En equilibrio,
sobre la cuerda floja de sus sueños se pasea, en un intento por sostenerse
erguido en este teatro que es la vida. No cubre apariencia alguna, su realidad
se palpa, no se adivina. Tragedia, drama, comedia… todos los géneros piensan
que los domina.
Enfrentando fuerzas invencibles ve lo que todos callan, tras la máscara de alegres colores, la que
oculta la realidad que les rodea, En ese intento por mantener los personajes
sobre el entablado, reescribe el guión forzando los espacios, convirtiendo los silencios en diálogos… Engendra lo que todos esperan, ese lado
alegre y festivo de los días. Sus trazos seguros dibujan un desenlace
feliz, apunta y dispara sin mediar palabras en el centro de la rutina
cotidiana, mientras observa, espera e incluso a veces gana.
Hoy en el
silencio del encuentro sincero consigo mismo, se interroga, a la espera de la
respuesta que le afirme que todo esto merece la pena, porque al llegar su
noche, también él desmaquilla su rostro y
su mirada se pierde tras el crujir
del telón que doloroso cae sobre un escenario vacío.
Tu relato me ha recordado la representación de la Canción del Payaso por Raphael, cuando poco a poco va quitándose el maquillaje.
ResponderEliminarLas caretas a veces para ocultar ese miedo a enfrentarse con uno mismo.
Dardo certero tu visión del tema.
Un beso
En realidad todos esperamos el aplauso, cuando lo que importa es nuestro silencio cómplice, que nos apruebe, ese que nos dice:"vas por buen camino".
ResponderEliminarMuy descriptivo, muy teatral, muy adecuado y disfrutable.
besos!
Excelente, San!...me encantó al forma en que -con breves palabras- nos muestras desplegadas las aristas de una realidad que no es tal, sino un compendio de apariencias y aceptaciones.
ResponderEliminarMuy bueno!
un abrazo y gracias por sumarte.
A mi me ha recordado la experiencia que tengo como bloguero (casi 4 años): al lado de personas realmente fascinantes; personas que de una u otra forma escriben por afición y por pasar un buen rato, al lado, digo, también he encontrado auténticas máscaras movedizas, verdaderas telarañas virtuales en busca de su presa.
ResponderEliminarEl nick no es la máscara. La máscara la lleva el que lo crea.
Excelente.
Un beso
No hay quien aguante esa máscara ideal, insoportable, agotadora. De noche, sin el maquillaje todo queda claro y diáfano, dolorosa duda.
ResponderEliminarSucede amiga San, en tu relato reflejas esa pesada máscara meticulosamente, aplauso verdadero, que se escuche.
Una gran reflexión sobre lo que es la vida, la falsedad, las máscaras que nos ponemos por no saber enfrentarnos con la realidad; pero que al final, en algún momento has de hacerlo sin remedio, y quizás en ese momento, un gran peso se nos quitará de encima.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues ese es el momento de aplaudir.
ResponderEliminarEvitar enfrentarse a uno mismo en el silencio de un teatro vacío... la realidad al final está a la vista de uno mismo, no siempre se puede mirar hacia otro lado.
ResponderEliminarUna reflexión muy acertada del tema.
Besos!!
intenso..... magestuoso.... has descrito con lujo de detalles la vida de muchas personas que deambulan por este circo construido de cemento en donde todos participan en una puesta es escena que no acaba nunca, van muriendo algunos, van desapareciendo otros, pero nuevos personajes van creándose en este tortuoso pero importante drama de la vida misma, donde al cerrar el telón tenemos el descaro de mirarnos al espejo preguntándonos si valió la pena tanto esfuerzo, la verdad es que si no valiese la pena, hoy estariamos simplemente muertos, pero la tragedia seguiría su rumbo con o sin nosotros...
ResponderEliminarQue bueno San, precisa reflexión. Al final lo que queda es nosotros mismos y nuestras propias evidencias, sin verdades ni mentiras, solo nosotros desvistiendo el maquillaje que nos une a nuestro propio entorno. Sin aplausos todo parece más vacio.
ResponderEliminarUn abrazo
Que triste, una máscara de falsa alegría frente a los demás que se quita al quedarse en soledad
ResponderEliminarRelato intenso, casi agotador y derrotista, que deja un final más delicado y esperanzador. Un beso guapisima
ResponderEliminarEstupenda reflexión sobre las máscaras, lo que esconden, lo que pretenden,porque la gente las utiliza tanto.... enfin un post que dà que pensar. Una puesta en escena completa y brillante,
ResponderEliminarUn gusto leerte. saludos.
uuuffff!!!
ResponderEliminarmuchas veces sucede y vaya que este reato es sumamente real...
"En el encuentro sincero consigo mismo..." Ese es el final de la representacion diaria en el teatro de la vida. A veces nos perdemos entre bambalinas.
ResponderEliminarUn beso
hasta que no caen las máscaras nadie es auténtico tanto en la alegría como en la tristeza, es entonces cuando hay que aplaudir.
ResponderEliminarBESICOS.
Imagino la tristeza que se debe tener cuando al final no hay aplausos y sí soledad y un silencio que da para reflexionar.
ResponderEliminarBss.
¡Caramba! Hemos coincidido mucho en la historia, eso sí, tu has empleado unas expresiones tan geniales como "... sobre la cuerda floja de sus sueños ..." o ese "Enfrentando fuerzas invisibles ..."
ResponderEliminarEstupendo relato, amiga. Un fuerte abrazo.
Yo no participé, pero si que he meditado mucho sobre el tema de la semana, actualizaré después, (si el cuello me deja) me pregunto a quién tratan de engañar los aficionados a llevar máscaras.
ResponderEliminarMuy bueno San, me encanta la forma en que lo narras.
Besitos.
A veces se usan las máscaras para cubrir nuestras propias realidades, y se logra por un momento evadirlas. Pero tarde o temprano hay que enfrentarse al espejo de la verdad y allí quedamos desnudos con nuestros aciertos y nuestras miserias.
ResponderEliminarUn relato muy emotivo San.
Un besote.
Sin duda "todo esto merece la pena", aunque por momentos, haya que disfrazarse olvidándose de la verdadera interpretación de nuestra vida.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Hola, San.
ResponderEliminarEl encuentro sincero consigo mismo...Pasear sobre la cuerda floja de los sueños... Ambas cosas son primordiales para asegurarnos una buena interpretación en este gran teatro que es la vida. Y los primeros que hemos de estar convecidos, somos nosotros mismos. Con nuestros respectivos "yos".
Un abarazo grande.
Lupe
es una arte y lleva tiempo construirse la máscara que se usa ante el mundo. Es difícil llevarla puesta sin dañarla con el tiempo por los errores o contradicciones. El aplauso nunca llega realmente o es tan falso como la misma máscara
ResponderEliminarSaludos San
Los aplausos son necesarios, ese pequeño reconocimiento que nos reconforta tanto y que nos alienta a continuar y a seguir luchando, como nuestros comentarios cada semana.
ResponderEliminarLuego, nos quedamos cada uno con nuestras circunstancias...
Muy bueno, San.
Besitos.
Máscara para representar mil y un personajes diferentes. No importa cuales pues todos son representados con éxito. Luego cae el telón, cae la máscara y queda la realidad desnuda, agotada, la verdadera faz al descubierto. Así es también el teatro de la vida.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Ssn.
P.S. Disculpa la tardanza pero estoy fuera de casa y el internete dichoso me va de pena.
El maquillaje es otra máscara. A veces sólo por razones estéticas, en otras puede que más de uno quiera esconderse de la realidad.
ResponderEliminarUn beso
San, pásate un momentito por aquí
ResponderEliminarhttp://patchworkdeideas.blogspot.com.es/2012/09/nominaciones-y-premios.html
Tu texto me recuerda al grupo Dream Theater, teatro de sueños, si no me equivoco. ¿Es la existencia un teatro de sueños?
ResponderEliminarSi puede ver lo que callan los demas es que se conoce muy bien a si mismo. Ya me gustaria a mi.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha dado pena. :/
ResponderEliminarBesos, San.