Enlazando risas y juegos sin apenas darnos cuenta, se
engendró la amistad más perfecta. Las cinco nos pensábamos inmunes al
desencanto, nada ni nadie podría socavar estos lazos, o eso creíamos en la
inocencia de una edad, en la que deshojar los días quedaba fuera de nuestro
alcance. Pero el destino es cruel y no repara en daños, lanza sus cartas y al
voltearlas, descubres que todo cambia en milésimas de segundo. Aquella tarde
tras muchas risas y mucho alcohol, frente a la caseta de feria donde voceaban
papeletas a un euro, yo insistí en comprar cinco; una para cada una de nosotras.
La sorpresa llegó cuando al abrirlas, el premio gordo estaba en la mía. Han
pasado treinta años y aún no me lo han perdonado. Y es que un viaje a Cuba, es
mucho premio, sobre todo cuando a mi regreso volví con Sebastián; un escultural
cubano que no se cortaba medio pelo en susurrarme, mamita, delante de las que
se llamaban mis amigas.
Si os pasáis por el blog de Juan Carlos ( ¿Y qué te cuento?) encontraréis otros muchos premios.
El relato que nos has contado no dista mucho de la verdad , se sabe que el dinero más que unir desune es este caso fue un viaje , lo correcto hubiera sido que se alegraran que al menos una le toco pero ....
ResponderEliminarMe gusto gracias por compartirlo ..un abrazo.
Me has hecho reír (y que conste que el relato es serio y bueno) En el despacho las chicas jugaban a la primitiva y venían a por dinero para incluirme, siempre les dije que yo guardaba el boleto porque si tocaba me comprometía a mandar una postal desde Cuba. Un abrazo
ResponderEliminarQué sonrisa me has hecho brotar con tu relato.EL caso es que no esperaba ese final y ...es buenísimo!!!
ResponderEliminarvaya amigas...."Ale pa que vean".mala soy,jajajaaja
Muy bueno!!
Besucos y otro para el cubano(juas)
Gó
eso les pasa por envidiosas del cubano jaja.... saludos...
ResponderEliminarLas perfectas amistades siempre acaban deshaciéndose cuando llueve, es lo que pasa con el barro. Tu relato, en cambio, sí que es un magnífico botijo de terracota: redondo y fresco.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades, San.
¿El premio era Sebastián o dinero en efectivo? Porque ganar los dos , justificaría el no perdón de tus amigas.
ResponderEliminarBrillante relato, con ese humor soterrado, que lo hace aún más leible.
Besos.
Buen relato de chicas.
ResponderEliminarBeso "mamita"
¿No te lo han perdonado? ¡Pues vaya! Yo creo que deberían de haberse alegrado. Eso es suerte y ya está.
ResponderEliminarUn besote,
Noa
Jajajaja esa no era verdadera amistad, me parece, una verdadera amiga aprovecharia la afortunada situación de la amiga y le pediría a sabastian que le presente un amigo 😁😊😋 un abrazo
ResponderEliminarEl tiempo nos demuestra que no somos inmunes y que en cualquier momento nos alcanza
ResponderEliminarUn abrazo
Vaya premio, encima las amigas te dan la espalda. jajaja!!! Cosas de niñas adolescentes. Un abrazo grande y cariñoso.
ResponderEliminarJjajaja me imagino la cara verde de envidia de los demás que no fueron agraciados.
ResponderEliminarMe lo he pasado bien leyéndote.
Me encanta leerte
ResponderEliminarun abrazo inmenso
Jajajaja me ha encantado... menudas amigas que ya no le hablan jajaja Pero claro, si encima vuelve con Sebastián no es como para arreglarlo :D
ResponderEliminarBss
Boa tarde, os amigos não são para perdoar porque estão sempre juntos, o perdão ou não é para aqueles que se fazem de amigos.
ResponderEliminarFeliz fim de semana,
AG
Muy bueno, perdio amigas pero tubo un doble premio, besos.
ResponderEliminarJajaja! tienes razón, un viaje a Cuba ya es mucho premio, y encima Sebastian!..es que cuando viene la suerte viene en grande!!, jaja! he disfrutado mucho de tu relato
ResponderEliminarBesos San!!
Debieron alegrarse por su amiga, aun sintiendo envidia. Tal vez no eran amigas de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja, has relatado con maestría la vida misma. El boleto podía tocarle a cualquiera, pero te tocó a tí, surge la envidia.
ResponderEliminarPecados que se palpan en la sociedad
Felicidades
Saludos
Muy bonito relato :) Yo creo que lo que no te perdonaran es que trajeras a Sebastian...
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
Pues es que la duerte engendra envidias, es el lado malo que tiene.
ResponderEliminarY se parece bastante a ese premio que me tocó, que contaré en el cierre.
Me encanta haberte vuelto a leer después de tanto tiempo. Un fuerte abrazo.
De haber traído habanos, también, todo se solucionaba a la primera.
ResponderEliminarSaludos!
J.
¿Dónde está ese bingo de feria? Es por ir ahora mismo. A nosotros nos tocó una vez un balón de fútbol...me ha encantado el tono que le has dado al relato, primero suave (deshojar los días, precioso) y después un tono más "tormentoso" acorde con lo que ibas contando...
ResponderEliminarBesos
Ese si que fue un gran premio. Y es que la envidia es muy mala.
ResponderEliminarUn abrazo
jajajajajaja ¿y el cubano no tenía hermanitos?
ResponderEliminarBesos, San
¿Y dónde dices que está esa tómbola? ¡Muy bueno!
ResponderEliminarUn abrazo
Mencionaste a Neogéminis, que no pensabas participar en su jueves, porque tus musas están de fiesta. Podrías escribir sobre tus musas de fiestas, en que sean homenajeadas por un violinista, un escultor les regale una estatua de un angelito. O haya un angelito. Lo demás podría servir para definir el lugar de la fiesta.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchisimas gracias Demi, recien llego de vacaciones y veo tu comentario. Gracias por motivar la creatividad en mí, voy a tenerlo muy encuenta e intentar retomar la escritura.
EliminarUn abrazo
me ha encantado tu relato
ResponderEliminarMe sonreí al leer lo de tu cubano!!
ResponderEliminarQué guayy el premio del viaje(aunque sea un relato)
A ver si sigues escribiendo que ya estamos en Septiembre(otra sonrisa)
Besucos
Gó