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martes, 8 de febrero de 2011
Este jueves un relato: BESOS
Paco y María desde el mismo día de su casamiento deseaban un hijo, un hijo que se entretuvo en el camino y a los doce años de búsqueda y pensando que no vendría a sus vidas llegó así sin avisar, sembrándolos de una dicha inmensa. En este caso he de decir que el hijo fue hija y la llamaron Luisa.
Luisa creció envuelta en el amor maduro de sus padres, padres añosos pero muy amorosos. La colmaron de todo lo que una niña de corta edad deseaba, si sus amigas iban a clases de ballet, Luisa acompañada de su mamá María también hacia ballet, que si clases de piano, que si equitación, que si academia de ingles. En fin que la niña iba creciendo en edad, en actividades y conocimientos múltiples. Siempre bajo la atenta mirada de María y Paco.
Pero Luisa cumplió quince años y se sentía una mujer, así que les dijo:
- Mamá, papa ya es hora de que dejéis de acompañarme a todas partes, que me da vergüenza, que soy mayor, que mis amigos se ríen.
Entristecida María le comentaba a Paco, es que la niña tiene razón, ya es una mujercita hay que dejarla levantar el vuelo, poquito a poco.
Y así llego el verano de 1990 , en verano hay muchas fiestas en los diversos pueblos de Andalucia, y claro ¿como no iba a ser invitada Luisa con tantas amigas como tenia?
Fue duro dejarla ir, pero confiaban en ella. Cuatro días de auténtico disfrute , verbenas, paseos por el campo, bailes y risas, muchas risas.
Lo duro para Luisa, fue la vuelta, había conocido lo que era esa parcela ansiada de libertad.
Los primeros días dejó casi de hablar, solo monosílabos aparecían por sus labios y de tarde en tarde, dejo casi de comer y suspiraba, suspiraba mucho.
María se sentía realmente preocupada
-Paco a esta niña nos la han cambiado ¿no ves si parece un pajarito enjaulado?
Paco respondía:
- No te preocupes mujer echa de menos a sus amigos.
Luisa recibió una carta y corrió a su cuarto a leerla, su madre con tanto recelo se preocupó aún más.
Cuando a la tarde Luisa salio de casa, corrió hasta el dormitorio y vio la carta sobre el escritorio, y ¿como no? la leyó. Decía así.
Querida Lusi, ¿sabes que Alex esta por ti? Pero por ti total, se lo dijo a Alberto y este me lo dijo a mi. Cuéntame si al final te decidiste y te dio un pico, dime si se siente como decía Noemi, si da ese calor que sube desde los pies a la cabeza, si te quema la sangre y se te hace un nudo en el estomago y sientes un mareo horrible. Dime si luego ves todo nublado y te quedas en las nubes...
Aquí María pensó que se caía muerta, su niña, su niñita, !un pico! !hay Dios mio! que lo del pico lo vio ella en callejeros y eso era muy grave. !Que angustia ! tenia que llamar a Paco.
Cuando Paco llego la vio llorando a mares.
-¿Pero María mi amor que pasa?
-Paco la niña, la niña ya te lo decía yo que estaba muy rara, que nos la habían cambiado, que ha probado un pico, hay Paco, que se nos metió en la droga.
Paco palideció,
- Pero ¿que me estas diciendo? ¿hablaste con Luisa?
En esto estaban, cuando Luisa abrió la puerta. Ya podéis imaginar el cuadro, la pobre se asustó
- Pero mamá ¿ que ha pasado?
- Pues cuenta nos tú, como se te ocurre hija, un pico, un pico, que lo leí en tu carta, que si que no debí, pero estaba tan preocupada. y mira que llevaba razón, Hay Luisa que eso es muy grave. Que te puedes enganchar, que puedes enfermar,.
Luisa no daba crédito a todo lo que la madre decía.
-¿Por un pico me puedo enganchar? Pero mama, que todas mis amigas lo han probado ya. ¿que por un pico puedo enfermar?
-Que si hija, que si , que lo vimos en callejeros ¿no te acuerdas?
Luisa comenzo a reír,
- Mamá ¿que es pico?
- La droga hija, la droga (y se daba golpecitos con el brazo extendido sobre la vena)
Luisa se acercó hasta ellos los tomó de la mano y sonriendo les dijo:
- Un pico es un BESO.
La abrazaron y rieron de buena gana.
Por la noche María le decía arropada bajo las sabanas a Paco.
-Paco la niña se hace mujer, un beso, un pico es un beso.Ya dio su primer beso. ¿Te acuerdas de nuestro primer beso?
-¿Como voy a olvidarlo mi amor? Ven aquí.
Y así entre abrazos y besos les atrapó la luna.
(Besos muchos más besos en casa de Gustavo)
Jo, San, que relato mas bonito, lo has descrito con una ternura envidiable, casi se imagina uno a la pareja de padres preocupados sin saber que hacer suspirando aliviados al aclararlo todo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho por su sencillez.
Un beso
Bueno San, esos programas de TV hacen mucho daño, jeje. Divertida entrada, aunque pobres padres hasta que lo supieron.
ResponderEliminarBonito final feliz con beso, como buen final feliz.
Beso para tí, compañera.
Ay, los pobres, menudo susto!
ResponderEliminarMuy divertido y más real de lo creemos.
Un abrazo y besos para el jueves!
EL CHICO DE LA COLUMNA:
ResponderEliminarFántastico, me ha gustado mucho.
Un pico.
Un gran relato plagado de ternura.
ResponderEliminarsaludos, un placer
Eso les pasa por meter las narices donde no deben... jajaja muy fresco, bonito e imaginativo.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un besito
Y cuando cumplen ciertas edades... empiezan otras preocupaciones. Simpática manera de plasmarlo, la sobreprotección de los "papas" en evidencia.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos
menos mal que no la dio tambien una pala, Es que los lexicos cambian como la moda
ResponderEliminarjajajaja....por suerte acá se usa mucho esa expresión, así que me puse del lugar de Luisa... los padres muy cuidadores! jejejeje... lindo relato!
ResponderEliminarJajaja, genial, San. Muy divertido y que maravillosos eran esos picos quinceañeros.
ResponderEliminarUn beso
¡Qué susto!. Y es que el argot de ahora... ya se sabe. Nos cuesta un poco entenderlo.
ResponderEliminarTu relato, es precioso. Y es que admitir que nuestros hijos comienzan a volar, es duro.
Un besín
Hola San, es la primera vez que te leo y me encantó. Me ha parecido una historia muy tierna y a la vez simpática, las que somos madres, siempre hemos estado asustada en las primeras salidas de nuestros hijos adolescentes. Has sabido jugar con esas palabras nuevas, a las que ns acostumbramos, o nos llevamos un susto. Besitos.
ResponderEliminarMuy bueno!!! Si a mi me pascaba el '90 con una hija de 15 y diciendome eso, pues seguro que hubiera tomado para ese lado y el "pico" sería de presión, como el de Paco y María....jajaj Si habrá que estar actualizados, valgame Dios, pobres padres que todavía la paternidad los alcanzó creciditos y desinformados!!!!
ResponderEliminarUn relato entretenido y aleccionador, que más puede perdirse¿?Más bien darte las gracias.
Besos para tí, compañera.
Mistral, Pepi bienvenidos, gracias por vuestra visita, aqui os esperaré siempre que querais volver.
ResponderEliminarAla que precioso relato me cautivo desde la primera letra y me emociono al final
ResponderEliminarPrimavera
Muy divertido, y muy real. Cuando se tienen hijos hay que ponerse "al loro"... y no leer cartas ajenas. Pero ¿quien no lo ha hecho? las madres nos volvemos detectives implacables, lo confieso. Un relato muy entretenido.Besos
ResponderEliminarLa ética siempre debe ser un timón del comportamiento.
ResponderEliminarPaco
Qué decirte San? En medio de tu historia, la emoción y la risa. Pero te soy muy pero muy sincera: se me ha piantado el lagrimón (como decimos los rioplatenses), que hasta la piel de gallina se me ha puesto! Es que ante todo, soy mami de una quinceañera, y... me has tocado hasta el jardincito más profundo, allá en el fondo de mi corazón! BELLÍSIMO! Has sabido plasmar con humor una realidad que nos hace como madres, preocupación, asombro, duda, y la certeza de que nuestros hijos... crecen!
ResponderEliminarBesitos al vuelo! Y un piquito pero de pajarito! ;-)
Gaby*
Encantador relato, me ha emocionado la inocencia de los padres y solidarizado con ese sentimiento de impotencia cuando crecen los hijos y ves que ya no los puedes cuidar como cuando eran pequeños, al principio se sufre mucho hasta que vas viendo que se valen por sí mismos.
ResponderEliminarBesos para ti San.
Porque por mas que pasen los años, nuestros niños siguen siendo eso, niños.... lástima que no podamos guardar su inocencia entre algodones. La vida se encarga de ponerles alas.
ResponderEliminarMuy lindo relato
San, he disfrutado de tu relato desde el principio hasta el final, y me has hecho reír, todo sea dicho de paso ;) Cuanta ternura, y que bien administrada, en cada palabra, por tu parte.
ResponderEliminarEncantada de conocerte, y leerte.
Muchos besos.
La preocupación por los hijos nunca se termina eh? Por aqui se usa mucho el término pico, por eso no me llamó la atención. No sabía que alli se lo relaciona con la droga.
ResponderEliminarConfusión con final feliz, que bueno.
un beso
Vaya malentendido, pobre Luisa, ni un pico se podía dar. Los padres siempre preocupados por sus hijos, a veces tanto que no los dejan respirar.
ResponderEliminarMe ha gustado
Un abrazo
Que bonito San, las malas pasadas que puede darte el lenguaje o mejor dicho la jerga, a estos pobres padres.
ResponderEliminarReal y cotidiano.
Ósculos para ti, es por variar jajaja!!!
¡Que tierno! Y que reacción tan suave la de esa hija ante la invasión de su correo.
ResponderEliminarUn buen relato. Me ha gustado.
Un beso.
Mariví
Bienvenid@s nue@s visitantes Atalanta, Carmen,Ani, Solitude. Gracias por vuestros comentarios, ya nos iremos leyendo y visitando. Besos para todos jueveros o no.
ResponderEliminarPrecioso, me encantan las historias con final feliz, y amorosasssssss.
ResponderEliminarUn peto
San,
ResponderEliminarme enganchó tu relato. Son muy típicos esos malentendidos y es muy típica la actitud sobreprotectora de esos padres. Debemos aprender a echarnos a un lado. Y eso es duro.
Un abrazo
Jo que chulo y que cierto. Aún recuerdo una vez que me dejé el diario abierto encima de la cama y cuando volví mi madre estaba al borde del síncope jajaja.
ResponderEliminarUn beso
Inevitables confusiones... imagínate que por un pudor mal entendido no aclaran la situación con la rapidez y sinceridad que lo hicieron.
ResponderEliminar¡Bravo!, por los padres que no contemporizan y se sinceran de inmediato.
Besos
San!!! jajaja Pobre padres, que gran susto! El primer beso de la niña, ya mujer!!! Besos!!!
ResponderEliminaraquí llego yo con la lentitud que suelo tener para leer los jueves...
ResponderEliminarun pico? jjaja
se les olvidó decir que un pico también es esa cosa rara que yo a veces he utilizado cuando trabajo en el trabajo que últimamente desarrollo: peón de la construcción...¡uy si se tratara de ese pico,la niña no lloraría!
por otra parte, san...ay, por otra parte, cuán poco debe de gustar a los padres ver crecer a los hijos o todo lo contrario¡¡¡ que la vida sigue si camino avanzando para adelante y muchas veces ni nos damos cuenta...y la vida, este jueves tuyo es prueba de ello, suele ser una repetición generación tras generación...
besos.
jajajaj San es buenisimo esta confusión. Has creado una divertida escena paternofilial y estoy segura que real pero que muy real.
ResponderEliminarBuenisimo.
Un beso y perdona el retraso en venir a leerte.
Muy tierna tu historia del beso, el primer beso de esa hija a la que has tenido entre algodones y a la que siempre veras una niña por más años que cumpla, siempre será para sus padres añosos demasiado pronto y si además hay una mala interpretación (como es el caso) por hurgar donde no debieron el susto es como en este caso mayúsculo. Soy partidaria de preservar la intimidad de los hijos siempre y cuando no exista la sospecha de algo que pudiera dañarlos y yo anticipándome lo pudiera evitar, lo malo es cuando vemos el peligro donde no lo hay y usurpamos su intimidad, algo que a menudo muy a menudo puede pasar. Me ha encantado tu preciosa historia. Un beso grande
ResponderEliminarMaria Jose llegando da igual el momento, el dia, la hora. Tu visita es siempre deseada y bien recibida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantó san! Me conmovió y me llenó de ternura esa situación de los padres ante la inminente adultez de su hija. Yo aunque no soy madre todavía siento empatía por ellos.
ResponderEliminarDisfruté de su dulzura! Y disculpa que recién ahora tengo posibilidad de ponerma al dia con los jueves.
Un beso de mi parte