Hay día en los que los recuerdos andan revoltosos y sin previo aviso llegan y se instalan en tu cabeza o en tu corazón. Hoy ha sido uno de ellos. ¿Qué fue lo que hizo de detonante? Tal vez la noticia que acababa de leer en el periódico, hablaba de una granja de gallinas.
Fue leer gallinas y ¡zas! La habitación del hospital ante mis ojos y ….bueno os cuento.
Hace ya unos años sufrí un embarazo ectópico y diréis ¿Qué es eso? Pues esta es su definición: Embarazo ectópico es aquel en que el huevo fertilizado se implanta en cualquier lugar diferente de la cavidad endometrial uterina. También se le denomina embarazo extrauterino ya que la mayor parte de las veces ocurre fuera del útero. Tiene distintas clasificaciones, en mi caso fue Tubárico: cuando se implanta en una de las trompas.
Desconociendo todo esto e incluso desconociendo que estaba embarazada, se produjo una rotura de la trompa con su correspondiente hemorragia interna, con su correspondiente internamiento y con su correspondiente intervención vía urgente.
Yo me sentía más allá que acá, cuando tras salir del quirófano me subieron a la habitación.
Una habitación a compartir con una chica, que al mirarla de reojo parecía no ser de este mundo, apenas mantenía los ojos abiertos por tantos sedantes como llevaba la pobre mujer en su cuerpo.
Solo un hola susurrado, pudo pronunciar.
Junto a ella un hombretón con cara de luna, pero una enorme cara de luna roja, le acompañaba.
Saludó educadamente o eso me pareció entonces.
Ya instalados llegaron las presentaciones. Imaginaros la situación, yo llena de cables y con la sensación de haber sido pateada por una manada de elefantes. Mi compañera drogada perdida por tanto sedante y calmante y los dos acompañantes allí, frente a nosotras con sus presentaciones.
Cara de luna preguntaba, contestaba. No esperaba respuestas, solo hablaba, hablaba.
Y fue cuando tras contar que su mujer estaba ingresada porque era el séptimo embazo que no “cuajaba” esa fue su palabra. Dijo: tenemos una hija, pero yo quiero un macho y con un gran suspiro pronuncio;” TIO QUE MALAS PONEORAS HEMOS TENIO”.
¿Queeeeeeeeeeeeeeeee?¿Poneoras? ¿Nos estaba comparando con unas gallinas?
Sujétame mi amor que me levanto y le pico.
Muy buena tu anécdota, jajajajaja, nunca lo habia oído y mira que he oído cosas....
ResponderEliminarMe alegro que todo se solucionara tan bien como para recordar la situación posterior, lo que tuvistes no fué una cosa menor.
Un beso, Chelo
Si, después de tremendo susto, qué bueno que de para reirse y en grande por ese cara de luna roja, qué se piensa!!!!! Tremendo gallo se creerá él, pero a mi, no me engaña: es un -por lo menos- grosero hombre del campo. Me hiciste reir, San, de verdad que sí!!!!
ResponderEliminarun besote enooooooorme.
Hay gente para todo, en fin, a lo mejor el problema era suyo, que no apunta bien.
ResponderEliminarun besazo
Marian
¡Uf! Qué susto! No es broma lo que tuviste. ¡qué C. el tío!!!! Joder, yo lo mato. al día siguiente, pero lo mato.
ResponderEliminarUn beso guapa, has narrrado este recuerdo de forma muy entretenida y me has hecho reír. Gracias. Besosssssss
Una buena lectura para la noche de un sábado.
ResponderEliminarVengo siguiendote por otros blog, veo tu casa y me gusta, permites que me quede en ella?
Besos, guapa!
Pero qué ganas de patearle los h...., no si estos tíos machistas no los soportoooooooooooo!
ResponderEliminarun besito.
En principio pensé que ibas a hablar de un sindicato...
ResponderEliminarPobrecito cara colorada: no daba para más. Seguramente, además, sería un mal gallo, con una mala polla...(él solo era una granja)
Siiiiiiii, no es la primera vez que oigo lo de "las poneoras" mi infancia y adolescencia transcurrieron en el pueblo y alli se sembraban los machistas hasta en las grietas de las piedras. Te cuento como anecdota uno de los piropos que un buen mozo, solteron, él, me dedicó cierto dia cuando yo tenia unos dieciseis años...pase por su puerta y se me quedó mirando mientras se le caia la baba y me dice: ¡que buenas llantas tienes! (refiriendose a mis piernas) jajajajajaja.
ResponderEliminarBesos
Vaya, conocía ese tema y creo que es muy peligroso.
ResponderEliminarArgh, el gallito ese tendría que pasar un ratito de parto, pensaría antes de hablar.
Besitos
expresiones del machismo, su mujer está sólo para parir como una buena gallina o una buena coneja, de los huevos colgaba yo a este.
ResponderEliminarun besito y siento lo que te pasó.
Bueno, San, me consuela pensar que estas cosas las dicen sólo los "gallitos" de corral con una neurona tambaleándose en su cerebro: media para excretar tales pareceres y la otra media para "cacarear" y mover sus fluidos...
ResponderEliminarEn cuanto a tu experiencia, amiga... ¡no sabes cómo te entiendo! Hace once años sufrí un aborto espontáneo :(( que se convirtió en una endometritis y grave infección por lo que tuve que ser ingresada (por segunda vez) con carárter de urgencia... No se me olvida una cosa: mi compañera de habitación me vio tan asustada que me dijo: "Guapa, ya te acostumbrarás si vuelves por aquí, ¡nos tratan como al ganado!"...
Afortunadamente, nunca he vuelto por allí...
Un besito, Sun
Uhauuu yo tambien lo picoteaba, bastante bocón no????
ResponderEliminarSan
Que la semana se presente buenisima, son mis deseos para l@s amig@s blogger@s.
Recibe mi cariño
................
Frase de la semana:
Mira en cada atardecer, la promesa de un mañana.
(web)
Poquita sensibilidad con su pareja y con las personas que comparten la habitación... El brevaje tiene de todo, machismo, rudeza, carente de educación...
ResponderEliminarUn beso
(ahoraaaa, ya me ha dejado comentarte)
Mira me ha hecho reír tu final, pero el resto te produce un asco tremendo, no había escuchado lo de poneoras, pero sí que sé de casos de mujeres que lo pasaron muy mal, algunas hasta murieron, tras sufrir un embarazo tras otro en busca del machito que hiciera feliz al gallo que les tocó por marido. Pobres mujeres, menos mal, que gracias a Dios, hoy, a la primera de cambio se le manda a paseo, y a otra cosa mariposa.
ResponderEliminarTe advierto que no soy aficionada a que las parejas se divorcien, pero aguantar esto, ni hablar. Me alegro que salieras bien, una amiga lo pasó muy mal con un embarazo como el tuyo. Besitos y buena semana.