Aún no marcan las agujas del reloj las siete de la mañana, desperezo mi adormilado cuerpo y repaso entre bostezos lo que anote en mi cabeza: no olvidar, antes de viajar al mundo de los sueños.
-¡Importante! Resuena: fotografiar mi calle, la calle en la que vivo.
Cámara en mano salgo al balcón y me maravillo. La luna juguetona y traviesa se niega abandonar la noche aún a sabiendas de que pronto la descubrirá el día. Se ha quedado prendida en lo alto del tejado y se descubre plena, llena, grande. Bella y enigmática pareciera querer hablarme. ¡Qué cosas ¡ Hablar la luna…
A ver, vamos a lo que tengo que hacer, el tiempo apremia.
Mi barrio, mi calle. He de presentarlos.
Vivo en la zona norte de la ciudad, un barrio joven, con trazado moderno, de calles amplias que desembocan en un hermoso parque. La avenida principal la recorre un recién estrenado tranvía, recién estrenado y polémico tranvía, pero de eso os hablaré en otra ocasión.
Al venir a vivir aquí lo que encontramos fue presente y futuro, en esos días lo habitaban solares cuajados de grúas. Lo hemos visto crecer, formarse, llenarse de vida.
Hoy la visten distintos sonidos, sonidos que anuncian el comienzo o el final de la jornada. Bien de mañana las risas y los llantos de niños, cartera en mano, anuncian que el verano termina. Verano de relajadas noches, de animadas tertulias en las terrazas que pueblan nuestras aceras. Calle alegre, bulliciosa, bullanguera.
En la noche jamás la sientes sola, un ir y venir de chicos y chicas jóvenes apuran horas, minutos, segundos en el descubrir de un mundo secreto y atractivo, hasta ahora vetado para ellos. Lo prohibido les reclama, desean embriagarse de aventura y beberse la vida sorbo a sorbo hasta que los primero rayos del sol les desdibujen sus fantasías.
Tras catorce años paseándola, se han ido entretejido muchas relaciones. Las personas con las que cada día cruzo un buenos días o un ¿cómo vas? Dejaron de ser desconocidas, tienen nombre, Roberto el frutero, Sonia la dueña de la panadería, José el carnicero. Elena la odontóloga, que conoce cada diente de leche de los niños del bloque, muchos lucen su último modelo de brackers ¡no van a ir a la competencia! Ella es la vecina del primero.
Mundos y vidas entrañables, sencillas, nada estridente nada extravagante, todo dentro de la normalidad más normal o…… no.
Cuando las puertas y ventanas se cierran ¿Qué se esconderá tras sus bellas fachadas?
Más calles por las que pasear en casa de Gustavo y Any
(Agradeciendo este prestar conexión a los amigos, de no ser así difícil lo tenía)
(Agradeciendo este prestar conexión a los amigos, de no ser así difícil lo tenía)
Tendrás que volver a pedirles favor este fin de semana (el 30 empezamos el concurso).
ResponderEliminarMi calle es un camino. Pero es un camino tan vivo que hay que segarlo de vez en cuando. Y eso me encanta.
Me alegra leerte y conocer un poco más tu calle, que a buen seguro se siente orgullosa de que vivas en ella por tu alegría, y por la buena persona que eres.
ResponderEliminarUn besazo.
Entreveo una calle que ha crecido junto con vosotros, haciendose mejor un poco cada día.
ResponderEliminarUna calle a la que le has cogido cariño a la vez que la descubres de nuevo cada mañana como cuando has sorprendido a la luna todavía iluminandola.
Mucha vida queda por vivir en esa calle...
Un beso
Tu calle es preciosa querida San, llena de vida y con muchas vidas habitando sus casas hermosas.
ResponderEliminarLa has visto crecer año a año y has creado vínculos con sus habitantes, seres que ya no te son ajenos, a veces los vecinos son los mejores amigos que tenemos, al menos siempre están dispuestos a hacer un favor y nosotros a devolverselo en cuanto se presente la ocasión.
Encantador relato y fotografías.
Un abrazo enorme.
Hola, San.
ResponderEliminarMe alegro de que esas obras pasajeras te hayan permitido acercarte a tu blog para relatarnos cómo es tu calle. Ha sido un placer leerte.
Un abrazote.
Maat
San, veo tu dulce sonrisa paseando tu calle, y al polémico tranvía como una herida, la luna llena se refleja en tus ojos, no quiere dejar la calle ni a la juventud que exprime la noche. Empuja el sol y huele al pan de Sonia y a la fruta de Roberto, !buenos días calle nueva!
ResponderEliminarPaseo tu calle de tu mano, en cada ventana se encierran vidas, enamora tu calle, una calle entrañable que reconozco en otras calles.
Besitos contentos por viajar tu calle acompañada de tus palabras.
Llevo 30 años en mi barrio conozco al frutero, panadero, carnicero ...pero soy incapaz de aprenderme sus nombres.
ResponderEliminarMe ha gustado eso de beberse la vida sorbo a sorbo.
Un abrazo
Entrañable la calle de uno, se construyen relaciones y se afianzan amistades.
ResponderEliminarLa calle y tú, sois testigos de momentos pasajeros, complicidades de madrugada y cotidianeidades a plena luz del día.
Es lo mismo tener una, que haber vivido en varias; en todas dejamos y llevamos algo de nosotros.
Besos
Lo cierto es que es imposible sentirse sola en una calle tan animada, menos cuando se cierran puertas y ventanas, entonces... a saber cuántos regresan a su soledad.
ResponderEliminarMe gustó tu calle, aunque yo prefiero algo más de silencio.
Un abrazo.
Yo he pasado varias veces por tu calle, cuando mi hija era más pequeña y celebrabamos, o nos invitaban a cumpleaños en ese local de bolas de colores. Luego he ido por otras cuestiones, y la verdad ultimamente con el tranvía(sin funcionar todavía) parece otra la calle.
ResponderEliminarLa foto con la luna me ha gustado mucho, parece un foco en mitad del cielo, y la forma como has descrito tu calle también.
Un besote guapa.
Jaja. Abres un interesante camino para continuar la historia. Interesante e inacabable narración de puertas adentro.
ResponderEliminarMe gusta la descripción de barrio tranquilo y armonioso.
Un abrazo.
Magnífico relato, lo que es una hcrónica costumbrista del día a día que todos vivimos en un barrio cualquiera, lo terminas con un desasosegante misterio que encierran tras de si todas las puertas y ventanas cerradas. Cada casa, cada vida es un mundo.
ResponderEliminarUn abrazo
Eso de ver crecer un barrio y como se va transformando está muy bien, ves que de la nada va surgiendo el primer edificio y como van viniendo los primeros habitantes formándose poco a poco el barrio con sus más y sus menos pero tu barrio.
ResponderEliminarMuy bien descrito
Un abrazo
Carmen Andújar
Querida San, bonita tarea la de fotografiar esa calle que te arropa desde hace tiempo, esa calle a la que has visto crecer casi edificio a edificio, esa luna que ahora compartes con tus vecinos y con nosotros, esas aceras sobre las cuales has paseado ilusiones y desilusiones, alegrías y preocupaciones esa...es tu calle.
ResponderEliminarPreciosa visión la de tu calle, la de su gente, en definitiba precioso tu relato. Un beso muuuuuy grande amiga.
Qué decirte que no te hayan dicho y yo coincida...
ResponderEliminarTú le aportas con tu relato encanto y alegría a tu calle y a todas por las que pasas.
un fuerte abrazo.
jajaja te imagino recien levantada y con la camara, algo asi me pasó a mi, me acoste pensando que escribir y cuando escuche la radios de los coches de madrugada no lo dude. En la calle que vivia antes, donde ahora vive mi hija, si tenia mas contacto con las personas de las tiendas. En la que vivo ahora, todo es mas anónimo y se echa de menos esos saludos.
ResponderEliminarMuy buen relato preciosa
pues muchas gracias a los amigos que han hecho posible que podamos disfrutar de este bonito relato...
ResponderEliminarun abrazooo
Se aprecia en tu relato una calle llena de vida, a la que has visto crecer y en la que has crecido.
ResponderEliminarEscenario donde se entremezclan vidas, y donde las personas dejan de ser anónimas para tener nombre, para ser más próximas a nosotros.
Hermosa y humana descripción de ese espacio por donde diariamente transitas.
Un abrazo.
Hola SAN
ResponderEliminarComo siempre un hermoso relato que en esta oportunidad nos lleva a pasear por tu calle y lo cotidiano que sucede en ella, me vino al recuerdo la calle donde viví años atrás.
Me encanta tu estilo, las fotos hermosas, sobretodo la de la luna hablándote...
Besitos
Ese día a día hace que, a veces, nos sintamos más cercanos a los vecinos que a los familiares. Un saludo c una muestra de preocupación, de cariño o afecto de quienes tienes cerca puede reconfortarte el día, verdad?
ResponderEliminarBesito.
Me gusta tu calle y sobre todo las fotos que has puesto. Es bonito conocer los nombres de las personas que frecuentamos en nuestros barrios, yo los conozco todos, y eso que soy despistadilla. Me alegró mucho verte, espero que de nuevo te presten la conexión. Besitos.
ResponderEliminarDestacar, de todos tus vecinos,esa luna, inquilina primera de tu calle... Me gusta el ajetreo de ese amanecer despertando lo cotidiano y dentro de cada casa, un mundo.
ResponderEliminarBesossss
Que linda esa foto de luna redonda y brillante!
ResponderEliminarNunca me pasó, pero debe ser toda una experiencia que el barrio, la calle, crezcan con uno; verlos nacer y desarrollarse, conocer a los vecinos por su nombre, ser uno de los habitantes "fundadores" de la calle.
Muy bueno tu relato
un abrazo
Muy viva y repleta ilusiones, para qué la historia con todo el futuro por delante; así es como he visto tu calle: alegría que contagia.
ResponderEliminarBikiños
Sam, hasta para describir tu calle tienes encanto, hija, qué bien lo haces! :)
ResponderEliminarBesos
Por aquí ando, visitando tu calle y tu barrio ;)
ResponderEliminarUn abrazo
Ver crecer un lugar a sus personas y como van produciéndose los cambios, tal vez a primera hora, cuando el sol despunta es cuando la imagen queda quieta y uno puede ensoñar desde el pasado hasta la actualidad.
ResponderEliminarBesos!!
Una calle muy atractiva, a la luz de la luna y a la del sol, viva y bulliciosa, como deberían ser todas las calles.
ResponderEliminarUn beso.
PRECIOSO RELATO SOBRE TU CALLE MUY BONITA PROPUESTA
ResponderEliminarTU INTERROGANTE FINAL ME DEJA PENSANDO Y DA PASO A MI IMAGINACIÓN
SALUDOS
Interesante relato San. A veces la falta de tiempo y el estres en que vivimos nos impiden familiarizarnos con aquellos que nos rodean, así que me resulta muy agradable ver que aún existe ese toque de humanidad en nuestros barrios. Muy bonitas fotos.
ResponderEliminarTe dejo un cariñoso saludo
Ay San! espero que no se escondan psicópatas ni asesinos seriales, no..!
ResponderEliminarMe gusta tu relato que trasunta vida y normalidad, y la luna..para llevarsela.
Te mando un gran beso
Ceci
Muy bueno tu relato, me hizo sentir una calle jovial, llena de luces y actividades, pero a la vez con cierta intimidad que une a los vecinos. Un abrazo.
ResponderEliminarHola San: he tardado un poco en venir a verte. Y el caso es que merecía mucho la pena-. Ver tu barrio, tus vecinos y vecinas,yendo cada cual a su curro. ls colores de la madrugada, de tú msdrugada, también son especiales. TE deseo, que te encuentres como en casa, todo el tiempo que vivas ahí.
ResponderEliminarte envío contra reembolso, besos y abrazos,
Querida San, en mi blog tienes un regalo si lo deseas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
una hermosa calle con un lindo amanecer detrás... un amanecer de luna llena! :D un besito
ResponderEliminar