No, todo no son sombras, no creas,
la esperanza, la paz y la calma reinan en mi alma.
El camino se bifurca
pero yo tomo la recta o la curva,
no me importa,
soy la misma,
esto no me cambia.
Sonrío y abrazo lo que está por llegar, por venir.
Cuerpo pequeño y cobarde
latiendo al compas sonoro
del impulso de un sentimiento inmenso, grande.
Engañan las apariencias ¿verdad?,
pues que no te engañen,
soy la misma de siempre,
la de ayer, la de antes.
Encuentro en mi camino ojos cerrados a la luz clara del alba,
desoladas almas me abrazan,
esas que se acercan en busca de un átomo de ternura,
de un abrazo, de un beso, de una palabra,
las mismas que solo pretenden ser escuchadas.
Las mismas que a ti , te asustan, te destierran, te desbancan
Almas perdidas en un mar de extraños sueños,
universos inaccesibles ,
esclavos de imposiciones edulcoradas.
Almas que habitan tatuadas de absurdas palabras,
de pudores artificiales revestidas,
carceleros de una cárcel pulcramente tallada en cristal.
Se acercan sigilosas con el corazón en la mano
anhelando el consuelo jamás encontrado.
Engañan las apariencias ¿verdad?,
pues que no te engañen,
soy la misma de siempre,
la de ayer, la de antes.
Eres tú la que quiere ser escuchada, y sentir sus palabras llenas de ternura…
ResponderEliminarHay momentos donde dos almas habitan en triste soledad aun estando acompañadas
…soy la misma de siempre,
la de ayer, la de antes.
Un beso
Las apariencias engañan por poco tiempo. Ser uno mismo es el mejor sello de presentación.
ResponderEliminarLuces y sombras, almas que se buscan pidiendo compañia.
¿acaso han cambiado estas cosas con el paso del tiempo¿
Un placer leerla.
San cuando te conozca te diré si eres la misma de siempre, de momento parece que eres tú la que está detrás del poema, sin duda alguna.
ResponderEliminarUn hermoso poema que te descubre ante los demás.
Un beso, guapa.
Mientras tomes el camino que elijas sin importar si es curvo recto o redondo, lo importante es que te mantenga despierta tus convicciones.
ResponderEliminarAdelante San, que los engaños caen como fruto en árbol maduro.
Un abrazo!
Profundidad y belleza a partes iguales en este poema, San. Es tan difícil, a veces, seguir siendo la de siempre, la de ayer, la de antes...
ResponderEliminarun abrazo :)
La de ayer se queda siempre con nosotros y la que vamos siendo cada día, se incorpora y se queda. ^Por eso somos tantas que a veces ni siquiera nos reconocemos.
ResponderEliminarTal vez la que se engaña es la que escribe, porque nadie es el mismo un segundo después de pensarlo; con cada pensamiento configuras nuevas conexiones neuronales... ya no eres la misma.
ResponderEliminarBeso.
Sí..eres tú, tal cual, la que voy descubriendo. La que me va sorprendiendo y a la que voy reconociendo cada vez más en tus letras tan claras a veces hechas sombras. Así vale la pena irte conociendo y leyendo, querida San.
ResponderEliminarSi, cojas el camino que cojas eso es lo importante
ResponderEliminarser la misma de siempre,la de ayer, la de antes.
Bonitas letras. Un saludo
Las apariencias engañan solo a los que se quieren dejar engañar por ellas, los que se fijan un poco por dentro descubren a una persona extraordinaria detrás de cada una de tus frases.
ResponderEliminarUn beso
y es que no se puede cambiar de esencia asi como así.
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