Pages - Menu

domingo, 22 de enero de 2012

El regalo.

Me gusta regalar, detenerme frente  a los escaparates de las tiendas en los que se ofrecen atrayentes objetos, pareciera que hablan incitándote a entrar, dicen: Ven pasa, no tengas miedo, escógeme y llévame contigo. Y yo soy de las que  los escucha y obediente los compra con la seguridad de que mi elección dará en el centro de la diana y será el mejor regalo del mundo.
 Me gusta disponer de tiempo para estudiar a la persona a la que voy a obsequiar. Sentir míos sus deseos, sus gustos. Así preparo cada regalo que voy a hacer, solo un pequeño fallo desdibuja tanto empeño y es que jamás acierto. Nunca doy en el clavo y mira que le pongo ganas, pues nada, no hay forma.
Que sí, que agradarles les agrada, pero nunca he sorprendido. Todos mis amigos se ríen de mí, algunos incluso sienten pena. Yo les digo que tampoco es para tanto, que seguro que con un poco más de esfuerzo y suerte, sobre todo suerte, conseguiré el regalo perfecto.
Y la ocasión llegó, con un jueguecito endiablado, el del amigo invisible. ¿En qué consiste? Pues en sacar de un caja un papel mil veces doblado , en el que va escrito el nombre de la persona a la que tendrás  que regalar y claro en esos papelitos también va tu nombre y si en regalar fallo ni os cuento los presentes que yo he recibido, esos sí que dan para hablar pero largo y tendido, aunque mejor lo dejaré para otra ocasión.
Hoy os contaré como decidí regalar lo que regale y a quién.
Cuando abrí el papel que con mano inocente extraje, en negras letras rezaba un GABRIEL, así en mayúscula. Y es que Gabriel es mucho Gabriel, pensé.
Se unió al grupo de amigos hace un año. Yo hablar con él he hablado poco, esa es la verdad. Es un hombre que me intimida por su arrogancia. Cuando estoy sola, así conmigo misma, intento buscar una explicación a esta especie de bloqueo que se me precipita si él está cerca, no hay forma de sobreponerme, soy incapaz de articular dos palabra seguidas, solo un buenos días y en ocasiones haciendo un tremendo esfuerzo digo ADIOS!!!. De ahí no salgo y ahora tengo que pensar en él, tengo que conocerlo mejor para saber que regalarle. ¡Diosssss  que marrón!
Quince días tenía para decidir. Ni un día más ni un día menos.
Durante esas dos semanas, Lola observó cada uno de sus  movimientos,  observo su caminar, sus sonrisas, sus miradas, escucho sus palabras y cuando el día quince se acercaba ya sabía que tenía que ofrecer a Gabriel para sorprenderlo.
Tras la cena, en los postres entre risas y aplausos fueron entregandose  los regalos. Al llegar mi turno el corazón latía con tal fuerza que creí que todos los presentes escuchaban esos tan, tan, tan… Lentamente me levanté y despacio me fui acercando a Gabriel, en un susurro pronuncie:
-Tu  regalo y bese sus labios.
El tomo mi  rostro entre sus manos, mirándome dulcemente a los ojos, dijo: gracias.
En la sala se hizo un silencio expectante, todos estaban sorprendidos. Yo no.
Por fin, acerté.

(Trabajo grupo taller narrativa)

19 comentarios:

  1. Guauuuuuu, un regalo con truco!!
    Eres muy generosa a la hora de elegir. ¿cuando hacemos el amigo juevero invisible?
    Un besazo

    ResponderEliminar
  2. Lo he vuelto a disfrutar como cuando lo leíste en nuestro encuentro, y es que ese final es graciosisimo, queda impactante.

    Un beso guapetona.

    ResponderEliminar
  3. Genial, por fin el regalo acertado...
    Está muy bien escrito.

    ResponderEliminar
  4. Me encanto el relato, sobretodo porque no esperaba el final, es muy bueno. A mi no me gusta el amigo invisible, lo siento, eso que me toque regalar a una persona al azar, no, no me gusta.
    Pero si que me gusta leer tus relatos. Besitos y buena semana.

    ResponderEliminar
  5. Me gustó mucho tu relato cuando lo leiste el otro día y más aún ahora al leerlo aquí. La verdad es que estabamos todos impactantes por saber en qué consistía el regalo y el final fue sorprendente, te quedaste con todos nosotros. A ver con que nos sorprendes en la próxima reunión... Un beso.

    ResponderEliminar
  6. ....que atrevida...gracias a ello acertaste....enhorabuena...Chao

    ResponderEliminar
  7. Qué bueno San, me ha encantado. Es el mejor regalo ;)

    ResponderEliminar
  8. Supongo que ante ese regalo, la mayoría se siente halagado, comprendido y sin palabras (sobre todo si la besadora es atractiva)

    ResponderEliminar
  9. ja!...de veras me sorprendió ese giro en el final! jejeje...ya esperaba yo que nos explicaras cómo habías elegido un libro, una corbata o un perfume! jejjejeje


    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. jejeje qué buen regalo. Yo hace años que no participo en amigos invisibles, qué pena, es realmente el regalo perfecto :)

    un abrazo para ti

    ResponderEliminar
  11. Debe ser que un beso es el mejor de los regalos.
    Un relato fantástico, te superas por días, me alegra no habérmelo perdido.
    Hasta dentro de dos semanas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Vale, otra vez nos has sorprendido. De nuevo esa introducción poniendonos en situación para después hcernos girar la historia sorprendiendonos con lo inesperado.
    Bravo, un regalo muy bien elegido.
    Un beso

    ResponderEliminar
  13. ¿Que decir?, pues que también me hubiera encantado, jajaja. Magnífico relato, no se si es real o no, pero engancha de verdad.

    Yo asistí una vez a una cena de compañeros de trabajo en los qeu habitualmente hacíamos eso del amigo invisible. A alguin se le ocurrió regalarle a director médico,es decir al jefe una alcachofa. Imagínate el cachondeo y la sorpresa general.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. El un arrogante y tú una maravillosa atrevida....jajaj QUE DIO EN EL BLANCO!!!!

    BESOSSSS AMIGASONRISA

    ResponderEliminar
  15. Vaya sorpresa¡¡, pero ese regalo no fue invisible :))

    Un beso

    ResponderEliminar
  16. Buen giro y sorpresa final, a lo mejor todo está mas fácil de lo que nos lo ponemos.
    A mi me pasa como a tú protagonista aunque no se me da mal eso de acertar, yo preferiría acertar la loto y hacerme el mejor regalo, ahí si que no acierto nunca...
    Besos!!!

    ResponderEliminar
  17. Con regalos así me pongo en la cola.

    (además te evitas el papel del envoltorio) :)

    Un beso de regalo.

    ResponderEliminar
  18. ¡acertaste!¡bien! hace muchos amños que no hago lo del amigo invisible,pero era muy divertido.
    un beso
    marian

    ResponderEliminar
  19. Eso no es un regalo, es un regalazo, porque lo damos de nosotros no tiene precio. Me ha gustado mucho y me ha sorprendido.

    Besicos.

    ResponderEliminar