ESTE JUEVES UN RELATO: Jefe hoy no voy a trabajar, estuve de parranda.

Gorgojeaban  las palabras en su boca. Francisca se esforzaba por sujetarlas, vano intento, ellas eran más rápidas y sin medida se escapaban produciendo en demasiadas ocasiones un auténtico estropicio. -Debí callar, se castigaba cuando el desastre ya estaba hecho. No era comedida, no sabía silenciar sus pensamientos, ni lo que sentía. Respondona, decían los suyos, sincera se definía ella.

Hoy a sus “taitantos” se sentía sola. ¿Amigos?, si los contaba con los dedos de una mano le sobraban…casi todos. Vivía para trabajar. Los fines de semana, como único lujo salía el sábado a una sala de cine y allí entre escena y escena, se imaginaba la protagonista de las historias. Los domingos, solo eran la antesala del inicio de una nueva semana. Hasta aquel día en el que asomada a la ventana, le vio.

En el edificio de enfrente un hombre sin más adorno que una toalla al cuello, miraba sin pudor hacia ella, saludándola exageradamente. Luego desapareció.

-¡Que tipo tan ridículo! pensó, aunque ese tipo tan ridículo, tras unos meses, fue el culpable de aquella llamada: -Jefe hoy no puedo ir a trabajar, este fin de semana estuve de parranda.

Otros parrandeos en casa de Gus.