ESTE JUEVES UN RELATO: Sí, estoy contenta.

Le observe mientras se acercaba. Siempre le vi como a un tirillas, un sin sustancia, pero hoy lo encontré distinto. Llegó chispeante y zalamero. Sus pasos levantaron un torrente de suspiros entre  las invitadas. La chica rubio prestado, entre el suave tintinar de un susurro comentó: seguro que tomó polvo de ajonjolí­. Luego rió maliciosamente. Él recorría con su mirada de niño malote todo el salón en busca de algo, de alguien, de mí­. En la distancia me encontró, sus ojos quedaron fijos en los míos. Se acercó. En sus manos dos copas desbordando burbujas hicieron lábil el encuentro. Hablamos de lo que fue, del desfile lento de los días pasados. Su voz era cálida, como un abrazo que protege y abriga, confiada me deje llevar, mecida entre un oleaje de palabras embriagadoras.

Solo mantuve un deseo, que vos me robaras el aire y te lo comieras a besos. Me dijo. 

Los corazones contentos de mis amigos, hoy los guardo yo