(Autor Alberto Pancorbo) |
Quise ser como tú,
Quise tener el color de tus ojos,
los rizos de tu pelo,
el rojo de tus labios.
Quise pronunciar tus palabras
con sabor a miel,
aquellas que cautivaban
a todo el que se allegaba a ti.
Quise querer a quien tú amabas.
Clavar en su corazón,
cada fragmento de mi voz,
con el sonido exacto de la tuya.
Quise ser tú,
dejando de ser yo.
Tan solo para poder
estar tan cerca de ti,
como yo buscaba sentirte en mí.
Desde que te conozco,
a veces,
muchas veces,
olvido quien soy,
y me convierto en ese ogro
que devora todo cuanto toca.
Tan solo por ser como tú.
Ya ni siquiera recuerdo mi nombre.
Encontraréis muchos idolos más en casa de JUDITH
Como en la mayoría de tus textos, a todos nos gustaría ser ese tu.
ResponderEliminarUn beso.
Hola!!
ResponderEliminarA veces los ídolos se vuelven una obceción, eso me han representado tus palabras, hay que tener cuidado, el pasar los limites puede ser peligroso hasta para uno mismo.
Muy bueno!!
Gracias por participar!
Besos
Es un desafío la emulación sin perder la propia identidad.
ResponderEliminarHay ciertas edades en las que se admira y sueña con ser otro/a diferente al que somos, pero afortunadamente, es fase insistente parece que remite con los años.
ResponderEliminarun abrazo escritora/poetisa :))
EL relato es preciso y precioso,pero a los ídolos deberíamos "aniquilarlos"alguna vez para aceptarnos a nosotros mismos.Hay personas que tienen imán para atraer,mas....cada uno es un Universo en su unicidad.
ResponderEliminarDe todos modos,entiendo el poder de la atraccion.
Besucos artista!!
Gó
¡Muy bien SAN por tu TU IDEAL!!!!! ¡bien dicho!
ResponderEliminarAnsiar ser el otro o la otra, nos deja a cero, y resulta que amamos un reflejo.
ResponderEliminarTu ídolo despierta sentimientos peligrosos y ciertamente verídicos, genial reflexión, como siempre. Besitos.
Wooooommmm!!!
ResponderEliminarque genial poema me ha encantado y realmente me ha sorprendido, muy bien escrito FELICITACIONES!!!
Da miedo tener un ídolo como el que explicas. Te anula. y a mi esto no me agrada. pero sí que me ha gustado y mucho es tu forma de escribirlo, tan creible y efectivo. Un abrazo, amiga
ResponderEliminarCon lo bien que se sufre siendo uno mismo ¿para qué sufrir queriendo ser otro?.
ResponderEliminarEso es lo malo de los ídolos, que te hacen perder tu identidad.
ResponderEliminarLindo texto.... Confieso alguna vez haber querido tb ser otra ;)
ResponderEliminarUn Besico.
Hola :-)
ResponderEliminarHay muy poca gente auténtica, la mayoría nos sometemos a ciertos parámetros que chocan con nuestra forma de ver el mundo, y algunos intentamos no encorsetarnos con mayor o menor éxito. Pero es una tragedia querer ser OTRO en todas las facetas. Hemos nacido para ser originales, no copias.
Un beso :-), buen texto, conozco a gente como la que describes y es trágico.
¡Qué genialmente expresado! Así es San, así resultan ciertos enamoramientos.... afortunadamente se acaban curando. Besos.
ResponderEliminarComo dice Judith, cuando dejas que el idolo te absorba de tal manera que hasta sea capaz de robar tu personalidad mal vamso.
ResponderEliminarMe gusta tu poema.
¡Uf! ¡Esto sí que es una obsesión! Pero es cierto que a veces es así. Por ejemplo con los adolescentes... me ha traído recuerdos de cómo yo trataba de emular a una compañera y ya no era una adolescente; estaba en primero de carrera!!!!! Este jueves he participado. Un besito
ResponderEliminarPues yo no quisiera ni ser ni el tú del relato ni el otro tú ogro que ese tú qiería llegar a ser y lo fue, olvidando su verdadero yo...
ResponderEliminarAh, qué chulo el texto. Es que tengo una amiga artista... Beso.
Eso es lo peor, olvidarse de uno para querer ser el otro.
ResponderEliminarUna poesía muy significativa de lo que se puede convertir un ídolo.
Un abrazo
Exquisito y turbador. La idolatría a veces nos hace caminar por la frontera de la locura, de la enfermedad. Y tú has retratado ese sutil momento con inquietante lucidez.
ResponderEliminarPor mí lo consigues. Eres "tú" y tú.
ResponderEliminarBesos!
Y sin querer te vas metamorfoseando, motivada por la admiración, buscando meterte en la piel del otro, quien silenciosamente te llama y atrae cual imán.
ResponderEliminarPoética despersonificación del yo...aunque debo decirte que las letras te delatan :)
Besos!
Gaby*
Vacía de tanto darse, no hay peor ceguera que querer ser quien no se es.
ResponderEliminarPoeta para idolatrar, Tú.
Un abrazo
Adorar e idolatrar a alguien hasta el punto de querer ser como él, peor aún, ser él, es terrible porque en la medida en que damos pasos para asemejarnos al sujeto de nuestra idolatría, esos pasos nos alejan de lo que realmente deberíamos querer ser: nosotros mismos.
ResponderEliminarPrecioso poema, San.
Un abrazo.
Cuando se ama. e da a la persona amada todo lo que se es. En ese momento los dos terminan por ser uno.
ResponderEliminarBello poema.
Un abrazo.
wow!!!!! simplemente impresionante, me encanta, de principio a fin, tiene esa energía cautivante y misteriosa, que uno no deja de leer hasta llegar al final, como una dosis mixta de aquella droga que narcotiza a todo amante que intenta gritar un nombre prohibido..... adorable!!!!!
ResponderEliminarDolorosa metamorfosis convertirse en quien no se es dejando morir nuestro propio ser.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Besos
El poema es bello y como siempre exquisito. El tema me asusta un poco,
ResponderEliminarquerer ser otro hasta llegar al borde de la locura. Dejarse morir por dentro para ser otro, que quizá con el paso del tiempo se llegue a aborrecer.
Besos amiga.
San has llegado a la misma conclusión que el monje tibetano cuando murió y alguien desde la oscuridad le preguntó. ¿Quién soy? Yo soy tú.
ResponderEliminarSaludos
Tu relato me sugiere la alienación de la narradora, obsesionada en esa emulación de su ídolo. El final, glorioso.
ResponderEliminarBesos.
Genial tu lírica! Me ha gustado mucho cómo nos recuerdas el riesgo de anulación del YO cuando se abusa de la idolatría. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarDesde que nacemos vivimos aprendiendo de los modelos y así queremos ser como papá o mamá, como nuestro hermano mayor u otro familiar y por eso podemos parecernos a ellos en algunas cosas. Incluso de adolescentes cuando alguien nos fascina, llegamos a copiar algún aspecto de esa persona o ese artista. Pero cuando crecemos y seguimos manteniendo esa conducta al extremo de querer ser totalmente como el otro (cosa que es imposible), ya linda con lo enfermizo.
ResponderEliminarMe encantó tu verso pues nos hace reflexionar al respecto, pues cuanto más auténtico seamos, mucho mejor.
Un beso y feliz fin de semana.
Me ha encantado el poema, cómo refleja la anulación de una persona por la admiración que siente por otra...es tan insano que lleva a la autodestrucción.
ResponderEliminarBesos
Yo también quisiera ser tu , tus temas son una delicia y siendo yo no los consigo hacer míos, un abrazo de este amigo catalán que disfruta como un loco con tu poesía.
ResponderEliminarRenunciar a ser tu misma para ser el ídolo de quien lo mismo ni te ve... Es mejor quererse y seguir adelante, siendo tu misma/o con lo que tienes.
ResponderEliminarEstupenda reflexión!
Besos
Preciosista y efectivo, nos arrastras en el peligro de la admiración sumisa y despersonalizada. Menos mal que siempre nos quedará Pepe Grillo.
ResponderEliminarBesos
Como verás, querida San, estoy de regreso tratando de ponerme al día con esta interesante propuesta juevera que condujo Judith, El tema de los ´´ídolos es muy peligroso, porque nos pone al borde de negar nuestra personalidad por querer ser otro...claro que cuando el amor se pone en el medio, la lógica no maneja la situación...Un abrazo.
ResponderEliminarMe gusta como lo has expresado. Cuando la admiración casi es una obsesión perdemos nuestra propia identidad por el ansia de querer ser quién admiramos, algo peligroso.
ResponderEliminarUn beso!
Confieso que he vivido, digo emulando a Neruda... y que en algùn rincòn de mi alma,sonó una alarma alguna vez. Creo que en esos momentos de juventud y tan idolatradamente enamorada, comencé a escribir.
ResponderEliminarPor supuesto, no eran versos tan intensos y bellos como los tuyos que me han conmovido y recordado viejas historias, tan viejas que no se si fueron ciertas....;)
besos amigucha
El enamoramiento nos trastorna hasta tal punto que nos perdemos...
ResponderEliminarBesos
Muchas veces los deseos se cumplen, y no son como uno los esperaba.
ResponderEliminarEspléndido el relato.
Abrazos.
Me sale en el blog una actualización tuya reciente,pero no lo veo.TAl vez sea un error ?
ResponderEliminarGó
Gó me di cuenta ayer, no se porqué sale esta enntrada como actualizada, la verdad , sacarme de publicar y cuatro cosas más, es pasearme entre un laberindo, entiendo muy poco...!cosas de blogger! supongo.
EliminarGracias y abrazo.
Platón y sus sombras, formas proyectadas de un ser que ilumina y hace proyectar sólo un perfil gris
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