“Hubo un tonto soñador, que una vez, creyendo que podía decir en dos palabras,
todo cuanto había en su alma sobre ti, para hacértelo saber, intentó escribir
algo para que lo leyeras, algo así, como una confesión...algo que, a veces, no
se dice...¡tan guardado está!...algo que, aunque quisiera gritarse, no se
podría…”(Junio 2012).
Así comenzó la primera carta de Eduardo, la primera
de una serie, que durante tres años y desde su blog “Cartas que no fueron enviadas” fue dejando impresas. Llegó a juevear de la mano de su hija Mónica,
de esta forma sus vivencias, sus pensamientos, sus reflexiones se hicieron palabras.
La vida fue generosa con él y él encontró la forma de agradecérselo
compartiendo todo lo aprendido en su día a día con aquellos que gustosos, nos acercábamos
hasta su espacio. Para mí un remanso de paz. Eso es lo que yo percibía cada
jueves al leer sus cartas, paz.
Una paz que
Eduardo disfruta, allí donde hoy se encuentre.
Otros recuerdo en el The Daily Planet's
Paz para él y felicidad para ti.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, san por tus cálidas palabras. Es cierto, la vida fue generosa con él en la parte sustancial, en lo otro, en lo que menos valor tiene, si bien no fue dadivosa, nunca le exigió más de lo que pudo dar, y ese ejercicio contribuyó para que llegara lúcido y entero hasta el momento en que tuvo que partir. Te agradezco infinitamente que te sumaras con tu recuerdo a esta convocatoria especial que los chicos del Daily le hicieron, mmmás aún, te agradezco que lo hayas hecho reviviendo sus propias letras.
ResponderEliminarUn fuerte, fuerte abrazo... te deseo lo mejor.
Pues es muy cierto, San, además de toda la sabiduría de la experiencia que transmitía, también transmitía paz, esa paz de las personas que se sienten bien consigo mismos y que desean disfrutar de lo que la vida te da en cada momento.
ResponderEliminarUn abrazo.
qué buena gente eres San...
ResponderEliminarSan: que bonito post el tuyo! Cuando él lo vea,(que lo verà) se pondrá muy contento y será feliz, No lo dudes.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz año 2016!!!
No recuerdo ese blog del que hablas pero intentaré buscarlo . Feliz año 2016. Un abrazo
ResponderEliminarYo siento lo mismo, llegar a leerlo era un remanso, un aprendizaje constante desde la experiencia de sus letras.
ResponderEliminarHermoso y emotivo homenaje.
Un beso enorme.
Muy feliz año para vos y tus seres amados.
Me has hecho caer en la cuenta de que, efectivamente, no sólo era sabiduría y experiencia lo que Eduardo nos transmitía cada semana con sus letras. Gracias a tí, percibo que sí, que la paz también era un valor que se deslizaba a través de sus escritos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Buenos días San. Una entrada bellísima y con mucho sentimiento, me a dejado un poco triste. Sus palabras escritas dan PAZ
ResponderEliminarTe deseo que pases unas muy felices Fiestas, en compañía de todos tus seres queridos y un prospero año nuevo 2016
Un beso Paco
un texto lleno de ternuras infinitas
ResponderEliminarfeliz diciembre
Me gusta de tu relato ese tono, muy acorde con la personalidad de Eduardo, con esa calma y esa bonhomía que mostraba cada semana.
ResponderEliminarPara tí, amiga, un abrazo y mis mejores deseos para este nuevo año.