El
plazo para escribir la carta a los reyes magos estaba a punto de concluir. Éramos
conscientes, porque para evitar olvidos, mis padres cada año marcaban ese día en el almanaque
rodeándolo con un círculo rojo. Como siempre la más indecisa era yo, me
gustaban ¡tantas cosas! No tenía claro
si pedir el maletín de la señorita Pepis o unos patines azules de cuatro
ruedas. Una semana antes a la fecha señalada, sentada frente a nuestro
televisor en blanco y negro, la vi. Llevaba un gorro anudado a su cara de luna,
por el que se escapaban unos tirabuzones color
avellana, a juego un vestido
blanco del que asomaba unos pololos con lacitos rosas. Caminaba moviendo su
cuerpo de un lado a otro con los brazos abiertos, al son de un villancico como
música de fondo. Ese, ese era el regalo
que yo quería, no podía pedir otra cosa. Sin demora me fui a mi cuarto y
escribí la carta con la ilusión de que llegara pronto a sus majestades.
Una
tarde en la que me quedé sola en casa, teniendo la sospecha de que los reyes no
eran tan magos, eso me había dicho mi amiga Chus, busqué por todas las
habitaciones algún paquete que ratificara mis dudas. Sobre el armario del
dormitorio grande toqué una caja, con mucho esfuerzo me estiré cuanto pude
hasta conseguir llegar a ella, aún no estaba envuelta. Al tenerla entre mis
manos, todos los secretos quedaron al descubierto.
Fue
entonces cuando supe que había dejado de ser niña, aunque ese año la noche del
cinco de enero jugara a hacerme la sorprendida al abrir la caja que contenía a mi
muñeca Leila.
Otros juegos y otros juguetes lo podéis encontrar en el blog de Molí
AY¡ Esa curiosidad mato en parte la inocencia de la niñez y supiste que ya eras casi toda una mujer jjaja ,.Es tremendo como somos de curiosos pero bien por tú parte seguiste el juego de los reyes magos ..la sorpresa.
ResponderEliminarUn abrazo feliz noche.
Que pena cuando lo descubrimos tanto para nosotros como para los padres, esa creencia en los magos es lo mejor de la inocencia infantil. Un abrazo
ResponderEliminarjajaja... vaya la curiosidad de los niños va de punto fijo hasta conseguir lo que quieren, en todo caso personalmente nunca creí en esas cosas, siempre supe que era mi amada madre quien me comparaba los regalos jajaja...
ResponderEliminar¡Hola! Mira que esa curiosidad y esos amigs maliciosos son los que matan las ilusiones. En mi caso, fue un error XD jugaba a las escondidas y me escondí en un armario donde estaban los regalos XD lo malo es que te cae la ficha de uno, y ya empiezas a pensar en todos los otros cuentos que te contaban tus padres no eran tan reales como decían.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho <3
¡Un abrazo!
Qué bien nos has retratado a todos. Ya fueran bellas muñecas o simples pelotas de goma.
ResponderEliminarBesos.
Hola, San
ResponderEliminarQue linda y original historia. Me encanto el final, no dijistes nada para no estropear la noche mágica. Al igual me paso a mi cuando llegue a descubrir que el falso santa dejaba los juguetes en el closet un dia antes.
Un abrazo
Pues tiene su punto de tristeza eso de la perdida de infancia....Por cierto que tu Leila se parece bastante a mi Eliane, y las dos caminan.Precioso relato, besos.
ResponderEliminarLa pérdida de la inocencia trae sus consecuencias!... es así. Hermosa historia y muy bonita la muñeca!
ResponderEliminar=)
Un abrazo
¡Es tan bonita la ilusión! pero ya lo dice el refrán: La curiosidad mató al gato. Y tú no pudiste reprimirte. Es lo que tiene hacerse mayor.
ResponderEliminarUn abrazo
El toque de la tristeza el darte cuenta que el tiempo sigue su curso y la infancia va quedando lejos, muy buen relato, San
ResponderEliminarBeso
Escribí sobre ésta primera decepción de la vida ja... Un momento importante para todos los niños... Por lo menos para mi lo fue... Besos!!!
ResponderEliminarme estás diciendo que los Reyes Magos no existen? Yo aún empatizo con ellos y no se cómo, pero saben de mis gustos
ResponderEliminarHoLa: Menos mal,que no se rompió la muñeca ,Hubiera podido ser mucho peor. Un abrazuco amiga.
ResponderEliminarUna suerte el que no haya encontrado algún otro tipo de "juguete" de sus padres...
ResponderEliminarEso hubiera sido un poquitín más traumático.
Saludos,
J.
Esa amiga tuya!!!La ilusión nos la matan demasiado pronto,con lo dura que es la vida.
ResponderEliminarA mí los Reyes Magos siempre me seguirán produciendo ilusión,aunque sea yo quien los ponga .Y ese día será tan bonito como cuando era pequeña.
Tu muñequita la recuerdo,pero ya era otra época más cercana ,la mia era Mariquita Pérez(sonrisa)
EN resumen,que no nos roben la ilusión ,ni de pequeños ni de adultos.Sin ella ,qué nos queda?
Besucos y buenos recuerdos
Gó
¡Ay qué duro ese momento en que todo se descubre y hay que "cambiar el chip" para renovar la ilusión...las muñecas de Famosa...qué villancico tan cargante...jajaja
ResponderEliminarBesos y abrazos
A temprana edad que desilusión
ResponderEliminarLuego con el transcurso de los años nos damos cuenta del amor de nuestros padres
Cariños
Que duro lo de "todos los secretos quedaron al descubierto..."
ResponderEliminarBesos.