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miércoles, 31 de agosto de 2011

ESTE JUEVES UN RELATO: Vamos a describir



Camino despacio por los rincones secretos de la ciudad. Una ciudad que esconde callejuelas que antaño fueron recorridas en un incesante ir y venir. Hoy olvidadas, desahuciadas, sin vida aparente. Al pasar junto a ella me llama, me habla, me entretiene y la miro y la veo.
Estrecha, empedrada, empinada, cuesta arriba dibujada.
Amarilla, su pared amarilla como los rayos del sol, me invita con deseo apasionado a entrar. Me despojo de todo prejuicio y me adentro con autentica devoción. Mis pasos descifran huellas entre añoranzas súbitas. Se materializa la vida pasada antes de caer la impalpable penumbra de la negra noche. Hipnotizada la siento y la observo.
Adorna esta calle, entre cristal transparente y negro forjado una farola que en las madrugadas oscuras y frías, regala su luz suave, tenue, silenciosa, delicada y discreta. Envolvente aleja las sombras de los cuerpos que la andan enfilados, en horizontal imposible caminarla.
Ventanas y balcones  solo por centímetros separados, acercan las manos de los vecinos despejando soledades y entrelazando complicidad. Las palabras sin espacios perdidos se entremezclan, se abrazan, se encuentran, tropiezan y se escurren en el pasar de las horas muertas.
Si la curiosidad te acompaña y tus pasos continúan en un avance seguro, al final de esta  calle un vergel escondido te espera. Un jardín prohibido, velado, secreto, abierto siempre para aquellos que hambrientos de aventura  culminan el final de este callejeo deambular.
                                    Algunas descripciones más en casa de Gus.

22 comentarios:

  1. me he dejado llevar, he visto lo que tú has visto, y te he sentido vibrar las emociones con las que describias el lugar

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  2. Atravesar esa callejuela estrecha, como podria ser algunas del barrio de Santa Cruz en Sevilla, alumbrando el farolillo como faro guia hacia un lugar abierto, puede ser un paseo agradable, como una secuencia de la vida con final feliz.
    Reciba mis saludos.

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  3. Quizá me aventure a cruzar esa callejuela, me atrae lo prohibido :))

    Un beso

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  4. tan próximos como esos balcones, la cadencia de tus palabras, describen un transitar que parece el paso de un baile. Hermosa imágen la que describe y no se ve, del vergel prometido...

    Un adjetivo: prometedor.

    Besos.

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  5. Gambetas de Lana

    ¡Qué bueno haber pasado por esa calle!
    Quizás sea la vida ¿No?
    Saludos

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  6. Llevame de paseo que quiero sentir lo que tu sientes , vivir lo que tu vives, emocionarme .
    Un saludo .

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  7. Supongo que dará pena pensar que por esa calle donde antes había vida ya no pasan esas mismas personas que le daban vida. Pero por mucha pena que de, te aseguro que yo no pasaría, cuestión de claustrofobia.
    Besos

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  8. Hermosa y nostálgica tu calle, ganas dan de perderse por ella y llegar a esa jardín soñado.
    Un beso.

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  9. Qué callecitas angostas,sí!...pero esta la que describes invita a ser andada y recorrida, mostrándose acogedora y cálida bajo ese sol tibio que en ella se derrama y nos contagia con su luz!

    Lindo!
    Un abrazo.

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  10. Me gustan las calles estrechas de mi Andalucía... y me agobian también, cuando cae la noche. Pero tu relato invita a superar ese miedo y adentrarse en ella, hasta con una sonrisa en los labios :)

    me encantó. Un abrazo

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  11. Creo que no se puede describir mejor el sentimiento de pasear por una estrecha callejuela, a veces misteriosas, pero siempre encantadoras.

    Un abrazo

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  12. Me gustó mucho tu forma de describir esa calle, a mi me llevó a Toledo, y te juro que me agobió, es un lugar que me encanta, pero la última vez que fui, me puse fatal en una calle así de estrecha. De todas formas logré pasar y ahora te escribo sentada en un banco de un maravilloso jardín. Besitos.

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  13. Dejarse llevar por la esencia para disfrutar de lo bello. Magnifica forma de describir esa sensación de ir descubriendo las sensaciones según van apareciendo, con la incognita de que nos espera metros más adelante.
    Un beso

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  14. Destaco:
    Ese despojarse de prejuicios para adentrarse en la calleja.
    El amarillo de las paredes, sorprendente en una calle de esas características.
    Las ventanas cercanas, razón de complicidad, también de enfrentamientos.
    Pero me fascina la idea de encontrar ese vergel tras haberla cruzado. Al paraiso se llega por callejuelas, que atraen.
    Bueno, no es mas que el maravilloso relato que San nos ofrece cada semana.
    Un abrazo, amiga.

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  15. Tomar el pulso a la vida que transita por las paredes, adentrarse desde el color, el silencio, la soledad de las piedras para llegar con el corazon o los pasos ¡que lindooooooooooooo!
    Un besazo
    (mi madre esta contenta con tu expresion en mi blog, acabo de leerle tu comentario. Tiene 93 años y está mas lúcida que yo) jajajaja

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  16. Gracias, San, una de las cosas que me encanta es cuando llego a un sitio nuevo y vivo en él es pasear por sus calles, es serenarme mientras encuentro callejas, mientras cada empinada, cada calle, respira, late y atento me dejo llevar por sus latidos, gracias porque veo que en tu descripción existe ese deseo, esa capacidad de envolverse, de hacerse armonía.... Besos

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  17. Me encantan esas callejas, ya sabes que aqui tmabien tenemos muchas y me ha parecido preciosa, detallista, anhelante la manera en que nos adentras en ella.
    Magnifico querida amiga.
    Besos

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  18. Calle estrecha, en la que apenas atisbamos el final, pero debemos andarla, así también es la vida, donde debemos atrevernos a posicionarnos, por muy arriesgadas que sean nuestras ideas.

    Genial el transito por tu calle San.

    Besos arriesgados

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  19. Merece la pena el paseo, por la calle y por el relato.
    Calle intima, con la vida escrita en sus muros y en las baldosas del suelo. Y no es curiosidad lo que me hace transitarla, es la esencia de uno mismo que se encuentra al final.

    Besos

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  20. hola San: una sencila historia de complicidades, que has tratado con maestria y buen gusto. Estupenda. Te deseo mucha suerte en el concurso , amiga.

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  21. Me declaro abiertamente callejero. Me gusta callejear, adentrarme en esos universos estrechos, recogidos sobre sí mismos, preservando la intimidad de sus habitantes. Calles donde el sol penetra con dificultad sumiendo sus viviendas de anchos muros en un pasaiso de frescor en verano y calidez en invierno y que a veces te sorprenden desembocando inesperadamente en pequeños oasis ajardinados.
    Un abrazo.

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  22. Un relato amarillo y fluido, que te arrastra en la cadencia de las letras y las vistas imposibles. La imagen, entre claros y oscuros, y ese callejón, reducido por la perspectiva, que parece conducir a otros mundos, es simplemente bellísima y tus palabras la acompañan perfectamente.
    Un beso.

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