Pages - Menu

jueves, 16 de agosto de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: El Calor, La Calor



Bajo la sombra de la vieja encina, se dejo caer. El sol azotaba con fuerza a esa hora. La espesa calina  arrastraba un aire irrespirable. La sequedad del ambiente y el duro trabajo acometido, hizo que su cuerpo le reclamara un buchito de agua fresca. Al inclinar el botijo, cerró los ojos. Qué placer sentir ese frescor abriéndose paso dentro de él…Saciar la sed de este modo siempre le pareció tan sensual… sobre todo cuando vio a Dolores beber de esta manera.
Él la observaba, cuando decidida agarró el búcaro empinándolo sobre su cabeza. Un chorro  cristalino se precipitó sobre su boca. Tanto cayó que no dándole tiempo a tragar, por las comisuras de sus labios, el agua se le rebosaba. Con el revés de su mano secó ese camino empapado, pero unas gotas revoltosas resbalaron por el cuello abajo hasta alcanzar sus pechos. Rió bulliciosa y alegre al sentirse invadida.
Él continúo mirándola mientras sus pasos se alejaban, hasta perder su imagen tras el horizonte.
Hoy, en las horas muertas de la siesta, rememora  el ardor de ese momento.
Los 46 grados, que la radio anuncia, nunca podrán compararse, con el calor que sintió aquella tarde.

Otros muchos calurosos los encontrareis abanicandose en casa de Mª José

30 comentarios:

  1. Es que es diferente el calor de la ardentía...

    ResponderEliminar
  2. Es que hay calores y calores y calores incomparables que se miden con otra escala jejeje
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Y esas gotas cayendo entre los pechos de Dolores subieron la temperatura y le causaron un dolor jejeje

    ResponderEliminar
  4. El agua deslizándose es una imagen muy sensual, que atrapa y no se puede dejar de mirar por lo que provoca, como tu texto, esa tarde no la podrá olvidar y exactamente no por los 46 grados.

    :)
    Un abrazo San.

    ResponderEliminar
  5. Bonito relato sobre el calor, y digo yo, ¿vosotros como escribís?, ¿el calor o la calor? siempre tuve dudas, un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Mi querida San, me da que nuestra imaginación de una forma u otra recorrio el mismo camino, no?, jajaja, relato costumbrista muy bien redondeado abrazando el caluroso tema, por cierto, un secreto, el agua del botijo es la que tiene la temperatura perfecta que nos gusta a las sirenas, emmm, juro por papá pitufo que nada tiene que ver que el agua acabe siempre escurriéndose por el descote, jejeje, miles de besosssssssssssss

    ResponderEliminar
  7. Hija mía, qué calores me has dejado, pordió. Ya hemos tenido un día por aquí bien apretado de solana, ya. Yo con faringitis, tos y ojos llorosos, sin poder ir a la piscina o beber frío... es la muerte, amiga. Para arreglarlo nos han traído el resto de muebles que adquirimos en mayo y... abre cajas, monta, dobla cartones ¡Ay, qué día!

    Besote de cuatro.

    ResponderEliminar
  8. Epa! que 'calorcito" se siente por alli!

    ResponderEliminar
  9. Un "buchito" de agua fresca en medio del calor tal vez sea el mayor placer que exista. Y que ese trago se lo dé la bella Dolores puede ser el máximo del morbo.
    Entiendo al hombre de bajo la encina.
    Bueno, San. Besos.

    ResponderEliminar
  10. Mucha sensualidad en un acto simple... creo que cuando la mente transpira, la imaginación se enciende; así prenden llamita esos recuerdos que uno rara veces puede quitárselos de encima (todavía si el calor apabulla los sentidos!).
    Muy buen relato! Me ha dado sed... ;)
    Besitos San!
    Gaby*

    ResponderEliminar
  11. Hombre, hay calores y calores, y el sensual es el mejor, y ese recuerdo seguro que le ayudó a soportar mejor el calor.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Es que hay calores y calores. A mí me ponen a un pedazo de hombre bebiendo agua de un botijo con la camisa entreabierta y tienen que venir a apagarme los bomberos...que chuli te ha quedado el relato.

    BESICOS.

    ResponderEliminar
  13. Calores diferentes. relato muy bien logrado
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. También me ha gustado mucho. Me ha recordado a las películas italianas de los años 50-60 de Sofía Loren :)), ella una mujer con un escote y un busto provocador y exorbitante jaja y mientras él, el pobre, disfrutando en silencio de esa imagen... qué bueno!!

    un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Sensual imagen que subió la temperatura más allá de lo que el termómetro marcaba. Gotas de agua fresca resbalando entre dos turgentes senos...inolvidable visión.

    Un beso, Leonor.

    ResponderEliminar
  16. Mmmmmmm ese tipo de calor, siempre acaba "refrescándote" :)
    Precioso recuerdo antes de los 46 grados que va a sufrir.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  17. El cántaro recuerda un pecho, el pezón, agua cristalina que brota.
    Gotas que resbalan, en lo mismo estamos, entre dos esferas la gota se pasea, similar inspiración que dejé caminando parecido sendero.
    Hay que aliviar la caló, también el frío.Lo he disfrutado ese recuerdo olvidada la siesta.
    Besito fresquito con espumas del norte.

    ResponderEliminar
  18. me apunto para un concurso de camisetas mojadas, Estoy dispuesto lo hagamos por antigüedad

    ResponderEliminar
  19. el calor interno del placer es divino.... en nada se compara con el calor del desierto o del más bajo de los infiernos..... es dulce como el agua del mar que nos refresca y nos empuja a querer más.... como una droga mortal que nos seduce hasta saciarnos y cuando haya pasado lo mejor volveremos por más..... es un círculo vicioso del cual no queremos salir, recordándolo a cada instante para así poder regresar al momento justo que nos gustó más.... además según dicen todos, recordar es volver a vivir, aunque yo no lo veo así, lo sugiere mucho tu escrito....

    ResponderEliminar
  20. Relato campero, si señó...y es que no hay ná como el chorrito del búcaro para refrescar el mediodía en la era.
    Un besazoooooo

    ResponderEliminar
  21. No me extraña que no se olvidara de aquel instante, esa Dolores bebiendo y el agua rebosando de su boca... Me ha encantado y ademas me ha refrescado tus bellas palabras. Hoy tb va a ser un día muy caluroso. Gracias por participar. Un beso

    ResponderEliminar
  22. Pues es que es eso, ya puede marcar el termómetro 46 grados y encima a la sombra...si hay una mujer, que bebiendo de manera tan sensual, se moja la comisura de los labios y encima los pechos; si además tiene el cuerpo empapado en sudor y sonríe mientras te cae la baba...pues el incendio está más que asegurado.

    Un beso

    ResponderEliminar
  23. Lo que da de sí beber un trago de agua de un botijo de barro... ;-)

    Saludos!

    ResponderEliminar
  24. Me ha gustado mucho San, especialmente la ambientación que rodea al instante del agua resbalando por los pechos femeninos. Ese tórrido calor, la acogedora sombra de la encina, ese reposo momentáneo en la faena, el botijo de barro, el recuerdo imborrable de un momento acalorado y sensual. Toda una preciosa y ardiente ambientación para un mágico momento.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  25. Es que hay calores que valen la pena pasar!!! Hermoso relato San!!!
    Besitos :)

    ResponderEliminar
  26. Exquisita descripción de algo tan simple y cotidiano como saciar la sed.

    Lo haces de una manera sensual, con ricas palabras e imagenes que nos refrescan al tiempo que nos encienden.

    Muy bello, muy bien recreado, descripto con buen gusto y el calor justo.

    besos querida Chelo

    ResponderEliminar
  27. Hay calores y "calores" y los de ese día, seguro que ni el mejor de los termómetros lo podría marcar.
    Muy bien descrito el calor junto al recuerdo.
    Besitos, hoy por fortuna algo más frescos.

    ResponderEliminar
  28. ¡Qué lindo y cálido recuerdo ese San!, un poco de frescura invasiva en formas de gotas cristalinas le deben traer muy buenas evocaciones sobre todo para pasar los inviernos crudos
    Un abrazo amiga

    ResponderEliminar
  29. Precioso este relato! Me gusta mucho la descripción que haces, el modo en que lo cuentas... Te felicito!, está genial

    ResponderEliminar