Nubes
de algodón
Rosado era el algodón de la feria de mi pueblo.
Nubes ingrávidas en manos infantiles.
Rosado era el algodón de la feria de mi pueblo.
Nubes ingrávidas en manos infantiles.
Yo,
me agarraba al palito que lo sustentaba
como a una ilusión, que no quería dejar escapar,
deseosa de que un golpe de viento,
como a una ilusión, que no quería dejar escapar,
deseosa de que un golpe de viento,
elevara por encima de mi cabeza de rizos
dorados,
esa inmensa nube dulce y rosada
de que estaban hechos mis sueños,
arrastrándome en su viaje. . .
esa inmensa nube dulce y rosada
de que estaban hechos mis sueños,
arrastrándome en su viaje. . .
Un
viaje hacia el país de nunca jamás.
se de buena tinta que alli estuviste, me lo contó la cotorra de Campanilla
ResponderEliminary que desde entonces, las nubes de algodon, te recuerdan tus amigos alli dejados
El aterizaje en tu blog no ha podido ser más...mmm...dulce...¡eso, volemos por esos mundos del nunca jamás! :)
ResponderEliminarTe sigo desde ya
Saludos
Yo me enchastraba toda al intentar comerla! jejeje...y el pelo, ni te cuento!
ResponderEliminarUn abrazo!
Las nubes de la ilusión... yo me comería uno ahora ¿tú no?... venga nos vemos allí en el país de "Nunca jamás"...
ResponderEliminarBesos
ummm, que nube más rica. Te cojo una poquita, así que se me peguen en los dedos, luego nos prestamos las alitas y viajamos, jeje. Me ha gustado este dulce domingo :-)
ResponderEliminarUn beso guapetona.
Tus palabras invitan a la fantasia. Hermosa imagen
ResponderEliminarUn abrazo
Algodon rosado es sinonimo de ni#ez!
ResponderEliminarNubes de color rosa que se nos fueron escapando con los años, a ese país desconocido.
ResponderEliminarBESICOS.
El olor del algodón dulce también me recuerda a la feria y los días que mis padres nos llevaban y disfrutabamos todos juntos. El recuerdo es precioso S.
ResponderEliminarUn abrazo
Menudas pechá de algodon rosa me comía el las ferias de los pueblos, bonita y dulce entrada, un saludo.
ResponderEliminarUn viaje hacia el país de la niñez.
ResponderEliminar¡Pero si tu sigues "en nunca jamás"! ¿cómo sino serías capaz de imaginar como lo haces?
ResponderEliminarUn besazo.
hermosos recuerdos te quedan de la niñez...de sus ferias y de aquella inocencia que la candidez. un dulce saludo.
ResponderEliminarMi querida San, adoraba esos algodones, bueno, no te voy a mentir, me siguen gustando, me encanta ese aroma dulzón que deja, ahora ya no me gusta tanto lo pegajoso que se te quedan los dedos, pero ahora existen esas maravillosas toallitas húmedas, antes no, y por mucho que mi madre me limpiara las manos, ellas seguían pringosas, je, je.
ResponderEliminarHace un par de años (lo conté en mi blog) mi amiga Francis y yo pasamos por un parque, allí estaban haciendo los ricos algodones de azúcar, ella me animó a comprar uno, y no veas como lo disfruté, lo curioso era ver la cara de los pequeños, nos miraban con los ojos muy abiertos y le decían a sus papás que nos mirasen, ellos no entendían muy bien que dos señoras, sentadas en un banco se estuvieran comiendo esa golosina. Ellos quizás no, pero nuestra niña interior fue de lo más feliz. Besitos.
Algodón rosado es sinónimo de manos y cara pegoteadas!
ResponderEliminarjijiji..
BACI
¡Que bonito, Chelo! A mi siempre me ha gustado mucho el algodón de azúcar,no solo de niña,ahora también. Si es que soy muy dulce,¿qué le hago? jeje. Lo importante es que esos sueños,por inancanzables que sean,nunca nos abandonen. ;)
ResponderEliminarY sigue siendo rosado, y seguimos agarradas al palito y seguimos soñando...
ResponderEliminarBesos