Hormonas, edad o ansiedad.

"A las siete y media de esta mañana de fiesta, me despertó un timbrazo, casi me caigo de la cama con el corazón latiendo a mil. !Dios algo ha pasado! Me levanto descalza, ni tiempo me dio a meterme las zapatillas, al salir al recibidor, !madre mía! ¿que es esto? estaba andando sobre una mini piscina. Aturdida y aterrada abro la puerta. Mi vecino del piso de abajo. Toda azorada le digo: ni hables, te ha calado el agua .
Efectiva mente el hombre al entrar en su baño, !zas! goterón que le calló.
En fin un desastre, una tubería que por algún lugar hizo aguas, y nunca mejor dicho. Le despido entre mil disculpas y con la clara intención de solucionar este desaguisado.
Al cerrar la puerta y ver medio piso anegado se me fue el alma al suelo, bueno el alma y medio ajuar de toallas intentando empapar ese enorrrrrrrrrrrrrrrrme charco.
De repente sin saber porqué, porque hombre aquello era una odisea pero no el fin del mundo, me senté en las escalera y rompí a llorar, pero a llorar, llorar. Lloré por mi padre muerto, por mis amigos enfermos, por los amigos que no veo , por los que veo y quiero ver más, por mi hijo que está en Madrid, por que nos rebajaron el sueldo, por que cambie de compañeros, por las guerras, por el hambre, por el frío.....en fin que lloré. Y lo hice despacito, muy despacito, bueno para ser sincera, luego fui subiendo el volumen un poquito más.
Pero de pronto cuando el río de lágrimas se desbordó y la lluvia cesó, sentí una calma inmensa, una paz y un silencio....
!Joder! pero que bien me he quedado, casi tenia que innundarse la casa una vez al mes.
Lo cierto es que de repente me vi de rodillas en el suelo, retorciendo toallas, y dejando todo sequito, sequito, mientras tarareaba: Ven deborame otra vez, deborame otra vez, larala lala laralala.
Y es que la vida es una autentica montaña rusa. Una briznita nos hace subir y otra nos hace bajar."
(cualquier parecido con la realidad es pura, purita casualidad.)