Imagen de Kyle Thomson |
Palabras y más palabras, incesante retórica en su día a día. Un embaucador
de gentes, hábilmente adiestrado, para captar la atención de cuantos se
detienen a observar, o lo que es peor, a escuchar. Aquel que cae entre sus
manos, abandona para siempre el anonimato, convirtiéndose en carne para un
público ávido de historias retratadas en papel couché. El piloto rojo le avisa
de que en tres, dos, uno…saldrá al aire. Cierra los ojos e inspira para tomar
impulso, afrontando esta marea que no cesa. Jamás lo ha confesado, ni tan
siquiera con aquellos que llama amigos. Pero entre los aplausos, a veces se
siente solo y perdido. Nadie es tan fuerte, como para sobrellevar este lastre,
piensa. Por ello, cada cierto tiempo y de forma aleatoria, invoca al silencio, con
la mera intención de reencontrarse con su esencia; el origen y significado de
todo cuanto le habita. De este modo, sintiéndose Osiris, vuelve a encarar la vida. Una vida,
para aquellos que no le conocen, sin sigilos.
Para leer otros silencios, visitad la casa de Matices.