La memoria es una
daga que se clava y hiere, se dice, mientras se afana en descoser de su cabeza
la imagen de su rostro, de su voz, de esas manos recorriendo el camino del
pecado. Le dijo que la amaba cuando los colores del verano estaban naciendo y
le creyó entregándole cada segundo de su reloj de arena. Hoy siente que el
tiempo se ha detenido, que el viento no cimbrea las hojas de los árboles por
donde paseaban, y que las horas mueren entre las sábanas vacías. El sabor de la
ausencia es amargo, en esta noche donde el cielo escupe estrellas y la luna
entona una melodía machacona y cansina. Un sonido metálico emerge de entre las sombras
arrancándola del sueño más profundo, le anuncia el renacer de un nuevo día. Sacude la cabeza para desprenderse de
la espesura negra que la corroe. En
el horizonte el sol brilla y una bandada de aves quiebra el azul del cielo. Aspira
profundo y se llena de un aire limpio sin cenizas, la ensoñación se evapora
como las gotas del rocío que besan las rosas del jardín y el peso de sus
temores se vuelve liviano. Mientras se prepara para salir, se sorprende
tarareando la canción que él le regalo un día y toda ella se transforma.
En el espejo del
ascensor se echa una última ojeada, se encuentra bella. Los labios pintados de
pasión hacen juego con sus zapatos rojos, para ella son como un talismán, le
traen suerte.
Seguro que a la
vuelta de la esquina le encuentro de nuevo, piensa, desea, pide.
Otras historias con otras imágenes las encontraréis en el blog de Roxana
Has tejido una historia, la has recreado magníficamente, me estaba acostumbrando a leerla cuando se metió en un ascensor, me hubiera gustado seguir leyendo mas. Abrazos
ResponderEliminarSeguro que sí,Sam,seguro que le encuentra,que le verá aparecer,que olerá su sombra y la seguirá...
ResponderEliminarQUé bonito escribes ,con cuánto detalle!!
Besucos
Gó
¡Hola! Qué bonita historia, como dijo Ester, me quedé con ganas de más, de saber si viéndose así, espléndida, aun lo encontraba. Un abrazo y gracias por sumarte.
ResponderEliminarSí. Nos dejas con ganas de seguir los pasos de ella. Un final abierto bien llevado.
ResponderEliminarComo siempre, brillante y evocadora historia de un amor de verano. De esos amores que rara vez terminan felizmente.
ResponderEliminarBesos.
Ojala tu personaje halle la forma para canalizar los buenos recuerdos en esperanza y buenas energías para salir de la depresión producida por ese alejamiento. Emotivo relato. Un beso 😀
ResponderEliminarMuy bien narrado, con preciosas imágenes que nos dejan entrar en esos recuerdos. El sabor de la ausencia siempre es amargo.
ResponderEliminarUn beso
Cuando se pierde un amor, la tragedia ronda nuestra cabeza, los pensamientos amargos corroen el corazón, pero con el tiempo la esperanza renace, quién sabe si con un nuevo amor.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno, con una serie de recursos muy interesantes. Me encantó lo de que el cielo escupe estrellas (hay noches que así lo parece).
ResponderEliminarMuchos besos.
!Qué texto más hermoso e idílico!
ResponderEliminarMe gusto mucho ese ámbito otoñal que te inspiró la imagen.
beso
Un texto muy romántico y poético. Así es el amor, como dice Ricardo Arjona: ¿Por qué es tan cruel el amor?
ResponderEliminarQue no me deja olvidar
Que me prohíbe pensar
Que me ata y desata y luego de a poco me mata
Me bota, y levanta y me vuelve a tirar.
Bso =0)
Magnífica narración San. Todo un placer leerte.
ResponderEliminarUn relato lleno de poesía y final abierto.
ResponderEliminarMe gusta como el tiempo aparece tejido en el relato, pintaba negro el final pero ese giro me levantó la frente. Hermoso relato, esperanzador a la luz del nuevo dia
ResponderEliminarBeso grande!
Qué lindo es leerte, cada palabra una sensación distinta en un relato que pinta primero un tono de melancolía y termina con aroma a esperanza. Me encantan esos zapatos rojos recorriendo un nuevo día.
ResponderEliminarBeso enorme.
Cada día mejor y más profunda. Así es como percibo tu forma de escribir. En tu historia me han gustado especialmente los últimos párrafos en los que se aprecia un renacer, una complacencia en lo que tu protagonista es, en un nuevo día que se presenta diáfano, luminoso y brillante, como la imagen que el espejo le devuelve de sí misma.
ResponderEliminarBesos.
Situación idílica, al final y al principio, no en el centro.
ResponderEliminarBesos.
La esperanza es el motor que mueve su vida.
ResponderEliminarUn saludo.