Dio
la última puntada a la chaqueta color café con leche, y levantándola al
contraluz sonrió. Era perfecta, exactamente igual a la que Noah lucía en el
noticiero. Con cuidado le pasó la plancha, para hacer desaparecer las
arruguitas formadas en el proceso de costura, y la colocó sobre la percha en la
que ya reposaba el pantalón y la camisa blanca con lunares, dos tonos más
oscuros que el traje. ¡Ella vestida así, lucía tan bella cada noche!... Ahora podría
reproducir su imagen una y otra vez, llenando la insatisfacción de no poseerla.
Ante
al espejo de luna comprado en un rastrillo de la calle Salsipuedes, descubrió
que nunca sería ella, nada más, que en su oscura imaginación.
Su
reflejo le devolvió la caricatura de un hombre con peluca rubia y traje de
saldo.
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No habría imaginado ese planteo, pero bien. Estaba obsesionado con una conductora de noticiero.
ResponderEliminarSalsipuedes - he ahí la clave.
ResponderEliminarLos ensueños producen una felicidad pasajera pero la realidad puede ser muy dura para quien no la acepta.
ResponderEliminarSaludos.
Las obsesiones son mortales para quien las padece y a veces para quien está cerca. Abrazo
ResponderEliminarBuenos días, San:
ResponderEliminarFelicidades por el relato: sucinto y sugerente.
Tiene un ritmo ágil y su lectura es directa: su lectura me produjo el mismo efecto que el de una cámara que de una toma cenital va acercándose hasta mostrarnos un primer plano.
En mi caso escribí sobre la sugerencia 6 planteada por El Demiurgo, pero mi texto no quedó ágil.
Un abrazo, San.
Me parece que ese debe ser un bueño que se repite en la realidad del día a día.
ResponderEliminarUn versión interesante.
ResponderEliminarA veces soñamos ser alguien que es imposible; pero al menos en el sueño si lo es.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo
"ser o poseer" he aquí la cuestión! jeje... muy buen aporte el tuyo!
ResponderEliminar=)
Muy buen relato San. Esa dualidad del personaje, ese deseo interior que pone en evidencia su disconformidad por no ser quien quiere ser, y su esmero por lograrlo aunque sea en vano... al final, esa visión de sí mismo frente al espejo, termina siendo la llave que abre su propia e ineludible realidad. Buen enfoque!
ResponderEliminarBesos:
Gaby*
Las obsesiones, sean las que sean nunca son buenas. Me encanta el nombre de las calles: Salsipuedes....ja ja ja ¿ es real?
ResponderEliminarMuy buen relato San, siempre consigues contar muchas cosas en pocas palabras!
Un beso
Muy bien descripto tu relato y tu personaje Mónica!
ResponderEliminarA veces los sueños chocan con la realidad, no somos lo que quisiéramos pero podemos luchar por ello.
ResponderEliminarBesos.
Qué difícil debe ser querer ser quién no se es, más cuando la persona a la que se trata uno de parecer pasa a ser una obsesión.
ResponderEliminarMe gustó tu relato.
Un beso!
Ser dos en uno puede ser sueño o pesadilla.
ResponderEliminarUn sueño imposible...reproducir a una persona con unos elementos tan simples como un traje y una peluca...
ResponderEliminarCuenta mucho más de lo que dicen sus letras...enhorabuena..
Besos
No es fácil evadirse de las obsesiones. Diría que llega un momento en que es imposible. Tu personaje cultivaba la adoración al mito hasta el punto de pretender asemejarse a ella. Pobre intento fallido!.
ResponderEliminarUn abrazo.
tus letras nos introducen en un mundo que nuestro cerebro fabrica a partir de tus palabras
ResponderEliminary que siempre resulta seductor. Aprovecho el momento para felicitarte en este el día de tu cumpleaños Un abrazo San
Seguro que él disfrutaba con eso.
ResponderEliminarUn beso.
Parece un relato simple, pero funciona como espada de dos filos. Porque enfrenta a los lectores con sus propias frustraciones y necesidades afectivas.
ResponderEliminarBesos