El hombre barbudo delante de la
barraca forrada de espejos vociferaba: –El bien, el mal, el destino, el miedo,
el ayer, el hoy, el mañana... Todo está aquí, entren y vean, prueben… He de
reconocer que llamó mi atención, tanto que detuve mi camino y espere para
descifrar qué acontecía en ese lugar apartado de la feria. Cada quince minutos,
gentes de todas las edades entraban y salían. Ya fuera, en la calle, comentaban
sorprendidos la experiencia vivida. Un grupo de jóvenes excitados, precipitaban
los hechos en un intento de explicar cómo había sido el viaje para ellos. Algunos
hablaron de una realidad ingrata llena de tonalidades fantasmales, pero estos
eran los menos. La mayoría explicaba que lo mejor fue vivir el futuro. – Como un
teatro de tu propia fantasía–, dijo una
chica de cara pecosa. Mi curiosidad crecía por momentos, sobre todo cuando
describieron la máquina que los transportaba en el espacio y en el tiempo. Tenía
que entrar y despejar las incógnitas que habitaban en mi mente sobre los días
no vividos aún. Me acerqué a la caseta para comprar el billete a ese viaje
impredecible, cuando te vi llegar. ¿Para qué saber de otras vidas pasadas o
futuras, pensé, si la nuestra se entretejía aquí y ahora?. Sin mediar palabra, tomados
de la mano caminamos en otra dirección.
Me miraste, te miré, sonreíste,
sonreí… eso sí era un viaje.
Otros ir y venir en casa de Alberto V.
Pero nunca sabrás que te tenía previsto el destino...
ResponderEliminarSospecho que ella viajó a su futuro, por eso sonrió.
ResponderEliminarImpecable e ingenioso tu relato, me encantó.
ResponderEliminar=)
Mejor no saber mucho del futuro, tenemos bastante con el presente y más el que se le presentó en ese momento.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola San,
ResponderEliminarNos gustaría invitarte para el próximo "Los Desafíos del Faro", un evento que se inicia hoy, el día 13, en nuestro Farol.
Sería un placer para nosotros contar con tu presencia y participación en esta iniciativa que, al igual que la anterior, promete ser animada y al mismo tiempo nos ayuda a acercarnos y fortalecer nuestros lazos de amistad.
Besos y abrazos de los amigos,
Argos, Tétis y Poseidón
Y mucho más seguro...
ResponderEliminarbuen camino les deseo
ResponderEliminarCariños y grato fin de semana San
Bonita historia, y una sabia decisión la de no entrar en la caseta...es posible que eso hubiera cambiado de alguna manera para mal el momento actual así que....¿para qué arriesgarse?.
ResponderEliminarUn beso
Ese si era el viaje, real y vivido con intensidad, descubriendo poco a poco ese futuro que se hace presente a cada minuto que pasa.
ResponderEliminarBesos.
Efectivamente, hay que vivir el presente, lo único real y tangible. Dejemos el pasado donde está, para visitarlo muy de vez en cuando y siempre para rebuscar entre los gratos recuerdos, y dejemos que el futuro nos sorprenda cuando llegue.
ResponderEliminarUn relato breve muy bien narrado.
Un abrazo.
Parece que no te has podido resistir a San Valentín jejeje. Me alegro de tu opción, vivir el presente respetando que lo pasado, pasado está, y, que al futuro, se le espera, no se le busca en una simple máquina.
ResponderEliminarUn beso grande San, y muchas gracias por participar.
Un texto envuelto en papel de regalo. Ir directo a tu propia realidad, de la mano del artífice de tus emociones. Lo otro era de caseta de feria.
ResponderEliminarBesos
Yo hubiera hecho lo mismo.
ResponderEliminarComo siempre, un relato ingenioso y sorpresivo. Volver al pasado sólo para evocar recuerdos y, en cuanto al futuro, es preferible afrontarlo como los protagonistas de tu historia, saboreando, disfrutando el presente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gran prosa este relato
ResponderEliminarmuy llevada y trabajada
algo que parece te sale natural
enhorabuena!!!!
Me ha encantado esa idea de la máquina del tiempo de feria y me ha parecido sublime como has rematado el relato. Muchos besos.
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