Rompen el silencio las sirenas que alertan
del peligro inminente. Apresurado meto en la maleta hasta el último recuerdo y
la cierro. En este camino lleno de incertidumbre, no me detengo a mirar atrás,
por el temor de quedar petrificado. Mientras mis huellas se pierden en este
éxodo impiadoso, mi corazón golpea con fuerza mi pecho. Para calmarle le hablo
despacito de aquellos días largos de verano, en los que tus ojos se bebían mis
palabras y yo, huérfano de amor, me abandonaba prisionero entre tus pestañas.
Te siento cerca a pesar de esta soledad que todo lo impregna. No estás, te
llevaron los otros. El calor del hogar se tornó ceniza, pavesas que vuelan por
toda la ciudad en llamas. Por fin he saltado las alambradas que separan los dos
mundos y hoy en esta orilla, no tengo más compañera que la tristeza, amargo
sudario para cubrirme de este frío que cala hasta doler. Soy un extraño en un
mundo de extraños, un apátrida que perdió su identidad, aunque no la esperanza
de que algún día los gritos de júbilo, se escuchen invadiendo todos los
espacios.
Podréis leer más relatos bajo el mismo lema "Refugiados" en el blog de Matices, ella es quien dirige esta semana la convocatoria de este jueves.
Ante tanto dolor, realmente lo mejor que queda es la esperanza de que algo bueno vendrá.
ResponderEliminarQue bueno volver a leerte, entré de "casualidad" y te encontré!
Un cálido abrazo San
No solo dejar la tierra que te ha cobijado desde siempre, sino también saber que te han separado de quien amas, de quienes amas, de la familia, del amor, de las caricias, de los besos, de los momentos vividos... y huir cargado de recuerdos que arañan las entrañas y el alma...
ResponderEliminarBesines...
Comprendo tu relato, a veces lo que se encuentra , cuando crees que vas a tocar el cielo con la mano, que te planteas si hubiera sido mejor morir de hambre que de tristeza.
ResponderEliminarUn beso
Despacio lo he leído yo, como un poema de amor desesperado, como el último hálito antes de caer rendida... Con los pies cansados como los de quien camina sin ver el final de ese camino, con la mira del ilusionista sin ilusión o del mago que se ha quedado sin trucos ya.
ResponderEliminarAbrazos.
Un relato esperanzador, para estas personas que tienen todo el derecho de encontrar una vida organizada nueva y placentera.
ResponderEliminarQuerida San, me ha gustado mucho comentarte, hacia mucho tiempo que no tenia ocasión. Espero que estés bien, y te mando un abrazo lleno de luz y estrellas.
Muy bien retratada esa dolorosa soledad que seguro acompaña omnipresente, a los desterrados, a quienes no hallan refugio en su propia tierra y deben, arrancándose de todo, un día decidirse a partir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Lo peor es salir de tu tierra por obligación no por deseo, porque si te quedas tu vida corre peligro. Es lo más triste que hay.
ResponderEliminarMuy real.
un abrazo
La alegría de volver a leerte y la tristeza que deja la descripción de esa huída, con todo lo que queda solo en el recuerdo.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Dejan todo a tras y apenas tienen esperanza de llegar a buen puerto. Acompañarlos con el corazón es lo que nos queda. Un abrazo.
ResponderEliminarafortunadamente el ser humano no es insensible al sufrimiento ajeno. Se puede entender una emigración en busca de una vida mejor, pero nos posicionamos cuando el refugiado llama a nuestra puerta. Ojalá nunca seamos nosotros
ResponderEliminarCreo que es la primera vez que leo un relato tuyo y me ha encantado, dolor y ganas de huir, atravesar los dos mundos y olvidar. Triste pero real, besos.
ResponderEliminarLa verdad, no quisiera estar en el pellejo de ninguno de ellos..no creo que seria tan fuerte para poder soportar todo lo que ellos están pasando...veo niños..y personas mayores..arrastrándose para poder pasar de un país a otro..eso es inhumano..si yo pudiera le daría un espacio en mi casa a alguno de ellos..pero existen politicas acaso que te permitan decir "Yo quiero dar refugio a uno de ellos"...en vez de estar enviandoles comida o ropa usada, busquen quien quiere aceptar a las familias..no se..mi cabeza esta dando vueltas con este tema estos dias..ya ni me quejo de que se haya vuelto imposible conseguir comida..o medicinas..hay personas que estan en peor lugar....bss
ResponderEliminarEl final de tu relato sobrecoje y anima al mismo tiempo, San. Extraños y apátridas, esa debe de ser la sensación de quien no es bien recibido en ningún lugar, aun huyendo de algo más duro casi que la propia muerte. Pero al menos abres ese rayito de esperanza de que quizás un día esas almas tengan el cobijo que su desesperación y su lucha merecen.
ResponderEliminarUn abrazo
Condenada a huir de su casa cargando consigo una maleta llena de dolor y recuerdos, soñando un futuro lleno de esperanza.
ResponderEliminarUn saludo.
Quisiera quedarme con esa pervivencia de la esperanza, pero esta no basta para lograr sobrevivir con dignidad el día a día de un refugiado. Extraño en un mundo de extraños y en un ambiente, a menudo hostil, le resultará muy complicado conservarla en esa sociedad extraña para el que le vuelve la espalda.
ResponderEliminarMe ha encantado volver a leerte, San.
Un fuerte abrazo.
Tiempo de pérdidas, la mayoría irrecuperables. Pero nuevos tiempos también para empezar de cero, con la fuerza del pasado y la espectativa del futuro. Un texto que por más duro, no deja de inspirar un buen ánimo. Besos
ResponderEliminarPase a visitarte y desearte que esta semana disfrutes plenamente a los que amas
ResponderEliminarCariños
Es una descripción detallada y debe ser muy exacta, de lo que siente cualquier persona que se siente obligada a abandonar su casa, su pueblo y su país ante el temor de morir en un ataque indeterminado y sin esperarlo. Qué tristeza! Siempre es un placer leerte, San. Gracias por venir a visitarme, es todo un honor contar con tu amistad.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Mucha tristeza y un temblor de esperanza en este duro relato, que es un aldabonazo a aquellos, que ante tanto dolor, solo saben usar la calculadora.
ResponderEliminarGracias por tu visita y me alegra volver a leerte.
Un abrazo.
.....ser extraño en un mundo de extraños...
ResponderEliminarTerrible
Cariños