miércoles, 24 de mayo de 2017

ESTE JUEVES UN RELATO... Los colores de nuestro Silencio


Siempre supe de Silencio, aunque no me lo presentaron de manera oficial hasta cumplir la edad en la que dejé de escuchar cuentos para dormir. Al tenerlo frente a frente lo encontré bello, seductor, nada que ver con lo que me había imaginado. Silencio era como el arcoíris que se dibuja en el cielo tras una tarde de lluvia. No cabía en él un único color que le describiera en toda su grandeza; se vestía de verde cuando los días se fosilizaban y las horas detenidas, acallaban todas las preguntas y todas las respuestas, de amarillo en las tarde en las que la luz estallaba sobre los estambres de las flores en el jardín del edén,  o de rojo cuando las palabras a modo de calambur, le removían derribando los muros de hielo y cristal, o de violeta cuando los ojos del universo se cerraban, creando un paisaje donde la tristeza no daba tregua a los cuerpos sin alma. En ocasiones especiales aparecía vestido todo de negro, algunos decían que resultaba muy triste verle enlutado, en cambio yo lo percibía elegante, sobrio, sin artificios que nublaran todo su poder. Era como ver los cauces de sus adentros, unas veces manantial de aguas cristalinas y otras ciénagas plagadas de esperpénticos engendros.
Con el tiempo nos hicimos amigos y compartimos confidencias, hasta que apareciste tú, fue cuando Silencio se volvió incoloro, no encajando en este nuevo papel, se marchó.
Lo que no te he dicho nunca, es que como buen amigo el Silencio, de tarde en tarde aún me viene a visitar.

Otras historias y otros silencios distintos los encontraréis en el blog de Maria José.

viernes, 19 de mayo de 2017

ESTE JUEVES UN RELATO... Mi relación con el mar.



El vaivén de las olas cuando el viento recio las azota, se me antoja el origen de la vida; primario, rudo, casi salvaje. En su bravura llegan, se alejan y vuelven, rugen o jadean, invitándome a seguirlas en su baile ancestral. Con avaricia atesoro la etérea sensación de placer que me embarga. Sin miedos me adentro hasta rozar levemente sus aguas de espuma y cristal. Ellas como una caricia furtiva, se adhieren a mi piel amamantando mis hambres. Me recuerdan tus caricias. Entonces pienso en ti, no sé por qué, pero siempre que miro al mar pienso en ti. Y es que hay historias de amor que son como el mar, unos días viven en calma y otros, verdugos insomnes, embisten contra las rocas hasta tornarlas arena fina, donde los pies descalzos se hunden dejando huellas deslindadas. Huellas donde se desnuda la tierra en un guiño íntimo, donde los últimos rayos del día se filtran antes de llegar la noche, pero que desaparecen cuando el mar lascivo las lame. Yo quiero ser como esas huellas, ser el útero donde el arcoíris se cobije para perpetuar sus colores, ser el estanque donde se bañe la luna llena de verano, ser el pozo salino donde tu sombra  busque refugio, antes de que llegue la última ola y borre todos nuestros paseos a la orilla de La  Línea.
Hoy frente a este horizonte que raja el cielo y el mar, sé que volverás a mí, me lo dice el murmullo de las olas.


Otras relaciones con el mar, la mar, en el blog de Encarni.

jueves, 11 de mayo de 2017

ESTE JUEVES UN RELATO...Contratos



La grandeza de un hombre no se mide por sus palabras, si no por sus obras, era lo que pensaban todos los que conocían a José. Un hombre honesto y cabal, que no necesitaba de papel alguno, para refutar lo pactado con aquellos a los que ayudaba o con aquellos con los que llevaba a cabo sus tratos de compraventa. Para él un fuerte apretón de manos era la ley y a la ley nunca se falta.
En casa, su nieta, siempre había oído hablar del abuelo el tratante y de su fama de honrado. Esto lo rememoraba mientras volvía al pueblo a saldar la última compra de José, una deuda que no pudo liquidar porque falleció repentinamente.
A su muerte sus padres y sus tíos no quisieron abonarla, porque suponía un bocado muy grande, en la herencia dejada por el abuelo.
Hoy ella, habiendo perdido casi la mitad de su fortuna, volvía al pueblo a pagar la deuda de su familia y a heredar el respeto de su abuelo.


Otra formas de contratos las podéis leer, en el blog de Matices.

jueves, 4 de mayo de 2017

ESTE JUEVES UN RELATO.. El escenario es suyo



La memoria es una daga que se clava y hiere, se dice, mientras se afana en descoser de su cabeza la imagen de su rostro, de su voz, de esas manos recorriendo el camino del pecado. Le dijo que la amaba cuando los colores del verano estaban naciendo y le creyó entregándole cada segundo de su reloj de arena. Hoy siente que el tiempo se ha detenido, que el viento no cimbrea las hojas de los árboles por donde paseaban, y que las horas mueren entre las sábanas vacías. El sabor de la ausencia es amargo, en esta noche donde el cielo escupe estrellas y la luna entona una melodía machacona y cansina. Un sonido metálico emerge de entre las sombras arrancándola del sueño más profundo, le anuncia el renacer de un nuevo día. Sacude la cabeza para desprenderse de la espesura negra que la corroe. En el horizonte el sol brilla y una bandada de aves quiebra el azul del cielo. Aspira profundo y se llena de un aire limpio sin cenizas, la ensoñación se evapora como las gotas del rocío que besan las rosas del jardín y el peso de sus temores se vuelve liviano. Mientras se prepara para salir, se sorprende tarareando la canción que él le regalo un día y toda ella se transforma.

En el espejo del ascensor se echa una última ojeada, se encuentra bella. Los labios pintados de pasión hacen juego con sus zapatos rojos, para ella son como un talismán, le traen suerte.

Seguro que a la vuelta de la esquina le encuentro de nuevo, piensa, desea, pide.



Otras historias con otras imágenes las encontraréis en el blog de Roxana

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