miércoles, 25 de marzo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO...Palíndromos



Palíndromo: OIR TU RIO


Oír ese río es llenarme de ilusión,

Irme de entre los vivos a tu cauce,

Reír sin mañana, llorar sin hoy.

Estar inundada de tu agua limpia,

Saber que me dejas navegarte

Explorando lo profundo de tu alma.

Recibirte sentada sobre un lecho de amapolas,

Incendiarme abandonada en el tórrido fuego de tus ojos.

Oh, ¿Aun no sabes que tú eres mi río?

Otras propuestas de originales palíndromos en casa de Charo


miércoles, 18 de marzo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO...A través de la ventana



Hoy baja las escaleras sin encender la luz, ¿para qué? de sobra sabe encontrar su huella en cada escalón, después de tanto tiempo habitando este lugar. Dieciséis peldaños contó la primera vez que descendió a ese sótano frío y húmedo, los mismos que ella acababa de cumplir.
Miró fijamente el ventanuco, único ojo por el que acceder al mundo exterior. Es primavera, se dijo, y lo supo porque los pies con las botas de agua, que se paraban cada tarde a la misma hora frente al hueco con barrotes, se habían calzado unas manoletinas rosadas. No conocía a los dueños de los zapatos, que temporada a temporada, le avisaban del cambio de estación. Solo podía imaginarlos, por el calzado que usaban.
Cuando la tarde caía, unos viejos botines con las suelas gastadas y con algún que otro agujero, se detenían frente a ella, unas veces solo unos minutos otras horas, luego corría hacia la acera de enfrente donde estaban los contenedores de basura y no volvía a verlos hasta la siguiente noche, que regresaban para romperle de nuevo el corazón. Aunque últimamente no los había vuelto a ver.
Lo que más la alegraba, eran los zapatos negros con hebilla plateada de los colegiales, chapoteando en los charcos los días de lluvia, o los castellanos burdeos del señor que esperaba la llegada de unos estiletes rojos con tacón de aguja; o las zapatillas deportivas con los cordones sin atar marcando estilo, y sus amigas las de loneta roja. Llena de ternura  observaba como unas muy cerca de las otras, se enredaban hasta que las lonetas rojas terminaban de puntillas. Se están besando estos chicos, se decía, mientras soñaba que era ella la que de puntillas, saboreaba las mieles de una vida, vista solo a través del pequeño hueco de las cuatro paredes, repletas de fotografía de mujeres vestidas con los últimos modelos de Prêt-à-porter.
Un ruido en las escaleras le hizo girar la cabeza, unos zapatos italianos marrones bajaban ágilmente.

Otras ventanas donde asomarse en casa de Gaby.

miércoles, 11 de marzo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO...MIRADAS

Lisy Marion



Tú y yo

Cuando me miras,
el mundo en el que habitas
se te resbala quebrando el aire,
derribando ausencias.

Cuando me miras
los silencios se visten de fiesta,
esencia infinita,
que danza al compás de tus palabras.

Cuando me miras
ahuecas los tiempos de la espera,
amansas el mar embravecido de mis miedos,
espectros sigilosos,
que escalan los muros de mi pecho,
y muerden la voz de mi garganta.

Cuando me miras
me vuelvo niña y juego al escondite
enredada entre tus pestañas,
hasta que el alba llega,
me descubre, me delata.

Cuando me miras
un enjambre de deseos
se me desbocan enajenando la noche,
transgrediendo las normas,
alborotando sus aguas.

Cuando me miras,
cuando te miro,
acompasamos mis primaveras a tus inviernos,
mordemos con ansias
el rumor de las lunas en cuarto creciente,
aullamos como lobos heridos.

Cuando me miras,
cuando te miro.
El mundo se nos sostiene,
con tan solo coser en las sombras
dos palabras.


Otras miradas en casa de MATICES

miércoles, 4 de marzo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO...Con título sorpresa


Protegida y camuflada tras los cristales del balcón de mi casa, lo observaba. Como si de un ritual se tratase, cada tarde a la misma hora, oculto el rostro tras la capucha de su sudadera, dejaba la mochila en el suelo y bote a bote formaba una fila blanca en un orden perfecto. Luego se alejaba unos pasos para tomar perspectiva y comenzaba a trazar líneas y curvas, justo donde el día anterior había dejado descansar su obra. La tapia gris y sucia, muro separador de visitantes no gratos en aquella vieja fábrica abandonada, iba tomando cuerpo y color a medida que él y su obra se mostraban metro a metro. Siempre atento a su creación, el joven  parecía ajeno a cuanto le rodeaba.
El sonido de la sirena de un coche de policía, lo sacó de su ensimismamiento. El chico levantó la vista de su obra y con toda la fuerza de la que disponía, lanzó el bote de spray, con el que había puesto punto final, al lienzo de cemento y piedra. Y corrió, corrió hasta desaparecer, dejando su trabajo terminado ante mi vista. En su última tarde, no había dibujado figuras, ni campos rozando horizontes dorados, solo palabras de un negro brillante: El piojo viajero. Supe que jamás volvería a verlo.


Otros jueves con título sorpresa en casa de Dorotea

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