martes, 24 de mayo de 2011

ESTE JUEVES UN RELATO: Tres personajes en busca de una historia.


¡Maldito loro! Maldito regalo de cumpleaños! Exclamo Cecilia.
 Cada mañana le pedía: Lorito repite, Buenos días Cecilia. Pero el loro un “negao” solo lanzaba graznidos atronadores.
Harta un día adorno su cuerpo con un ajustado vestido, calzó sandalias de altos tacones, negros ojos, rojos labios. Entro en un pub, se apoyó en la barra y mirando a todos los allí presentes dijo: El primero que se acerque, se llevará el premio, diciendo esto dibujo con una suave caricia todo su cuerpo.
 Sebastián, hombre cazador, se abrió paso a puro codazo hasta rozar la mejilla de Cecilia. Sonrió lo había logrado, iba a ser suya.
 Cecilia se giro, agarró al loro, lo deposito en brazos de Sebastián y salió corriendo.
Aún hoy la están buscando.




Más personajes en casa de Gustavo

sábado, 21 de mayo de 2011

Por fín es sábado.


 
Toda la mañana un pensamiento, llegar a casa.

Días llenos de prisa, sin una intensa mirada, solo miraditas de reojo, ¿estoy bien? Ummm!! No estás mal.  Un ir y venir, una leve sonrisa, una tímida caricia. No hay tiempo que perder, el tiempo corre, vuela, no se detiene, no te espera.

Pero hoy es sábado, es el día, es mi día.

 Durante el descanso de la tarde, salí a comprar unas velas aromáticas, me hablaron de una  pequeña tienda donde la encargada es especialista en aromaterapia,  ella me aconsejaría pensé, quería que el momento fuera especial. Al entrar una nube de dulces fragancias lo envolvía todo. Dije: Quiero velas, voy a alfombrar la noche con ellas, quiero que su perfume me eleve hasta el cielo, me gusta el olor a incienso, miel y canela. Ella sonrió y dijo: los olores del amor, yo añadiría tambien un poquito de sal y un poquito de pimienta.
Las envolvió en papel se seda y las ató con cintas de alegres colores. Hay que mimar cada detalle, dijo.

Al llegar a casa sin espera, fui sembrando toda la habitación con estas velas, sintonicé una suave música para relajar el huracán de pensamientos y deseos. Desvestí mi cuerpo, recogí mi pelo  y caminé hacia las humedades cálidas con olor a vida, burbujas revoltosas se enredaron en mis dedos, cascadas sonoras corriendo  por mi espalda hasta llegar al suelo. Cerré los ojos y me deje llevar a un mundo nuevo, que paz, que descanso, que sosiego. El tiempo se detuvo  y el silencio reinó, solo un susurro a lo lejos se hizo grito: MAMA SAL YA DEL BAÑO QUE TE VAS A ARRUGAR COMO UN GARBANZO!!!!.



PD. Hasta la semana que viene baño, mientras me conformaré con una humilde duchita.

viernes, 20 de mayo de 2011

No todo es lo que parece.



Me lo envia una gran amiga, una amiga con un gran corazón, una amiga que aún en la distancia sientes su presencia. Siempre cerca, siempre con los brazos abiertos, nunca pide nada, siempre ofrece todo. Mi amiga poeta.
Espero que os guste.

miércoles, 18 de mayo de 2011

ESTE JUEVES UN RELATO: ¿Hay vida después de....?


Queridos amigos bienvenidos  a esta reunión, como ya sabéis todos mi nombre es Ana.
Hoy seré solo la guía en este lugar de encuentro. Si habéis llegado hasta aquí podéis sentiros ya satisfechos, habéis conseguido vencer el primer obstáculo, el primer miedo.
El tema que trataremos es el siguiente ¿Puedo vivir sin…? ¿Hay vida después de….?   Y aquí cada uno de vosotros terminará la pregunta.
Comenzaremos presentándonos y poniendo nombre a nuestra de pendencia, porque de eso tratamos de dependencias.
Cuando queráis.
Siguiendo a este ofrecimiento una chica rubia de ojos color miel se levantó de su silla y comenzó:
Mi nombre es María y no puedo vivir sin mi música, para mí no hay vida sin mi música, no hay nada después de ella.
Todos corearon bienvenida María.
Mi nombre es Juan y no puedo vivir sin comer, para mí no hay vida sin poder disfrutar del placer de una buena comida. Antes reventar que parar.
Todos corearon bienvenido Juan.
Mi nombre es Antonio y no puedo vivir sin amor, para mí no hay vida sin amor, no concibo vivir sin sentir esa emoción que recorre cada rincón de mi cuerpo y atraviesa mi alma. Si el amor se apaga antes de que exhale el último suspiro ya estoy de nuevo enamorado de ¿Quién? No importa, siempre hay  de quien enamorarse.
 Todos corearon bienvenido Antonio.
Mi nombre es Pilar y no puedo vivir sin internet, para mí no hay vida después de mi blog .
Todos corearon bienvenida Pilar.
Mi nombre es Rosa y no puedo vivir sin mi trabajo, para mí no hay vida después de mi trabajo.
Todos corearon bienvenida Rosa.
El grupo se cerraba con otra asistente, pero esta no se levantó, no se presentó. Todos la conocían, ya hacia treinta días que acudía sin falta a la cita de cada tarde, pero jamás hablo, solo se limitaba a observar y a escuchar.
Tras la presentación cada uno de los participantes fue explicando el porqué de ese no poder vivir sin esa pasión hecha obsesión.  Las reglas eran no juzgar, cada uno de los que allí se hallaban sufrían de una tremenda dependencia, cada uno a su manera había llegado a sentirse así por ¡tan distintos motivos!
 Por ejemplo Rosa procedía de una familia muy humilde tanto que desde muy joven lucho por conseguir levantar una gran empresa, su mundo era solo ese, no se permitió jamás un descanso. No sabía lo que era tener amigos, lo que era amar a otra persona, lo que era sentirse amada.
La siguiente en explicar sus porqués fue Pilar, una mujer entrada en años ¿Cuántos años tendría Pilar? ¿ setenta, setenta y cinco? Había descubierto un mundo nuevo internet, había creado un blog y había hecho amigos, virtuales sí, pero amigos. Su casa, su blog, llevaba tres años funcionando, tenía 3.500 seguidores, desde que comenzó su andadura no se sintió ni un solo segundo sola.  Sufrió un ataque de  pánico cuando al intentar acceder  un día a su blog y al de sus amigos, le fue imposible, pensó que todo su mundo se venía abajo. Esta dependencia, tenía que superarla, aun podía llenar su vida con mucho más que una pantalla y un teclado.
Así  uno a uno fueron exponiendo los motivos por lo cuales habian llegado a ese extremo, creían realmente no poder vivir sin lo que para ellos era todo su mundo y juntos intentaron buscar otras vías que le sirvieran de motivación  para alcanzar su meta: conseguir ser felices, poder sentirse libres.  
Cuando la sesión estaba a punto de llegar a su fin, Ana se dirigió  de nuevo a la mujer que solo escuchaba y le dijo:
-Y tu San ¿no puedes vivir sin….?
Ella se levantó miró a cada uno de los asistentes, les sonrió y por fin el sonido de su voz llegó hasta ellos: No puedo vivir sin….. Dejadme unos días que lo piense.
Tomo su abrigo y salió. Hacia frío en esas calles heladas del mes de enero, introdujo sus manos en los bolsillos, en uno de ellos encontró el mp3 que recibió como regalo de cumpleaños, pulsó on y una canción comenzó …..






Más vidas muchas más en casa de Gus

martes, 17 de mayo de 2011

Volver a editar.

Hoy recibí un correo muy ¿original? ¿particular? ¿curioso? firmado por DV, después de hacerme sonreír, bueno mejor reír y mucho, me decía que  si podía volver a editar un poema que compartí con vosotros en enero.
Bueno pues no cuesta nada copiar y pegar. Tu deseo cumplido DV. Gracias por tus amables palabras.



ME GUSTA
Me gusta abrazar y que me abracen
me gusta besar y que me besen
me gusta acariciar, acariciarte.
Amar, amarte.
Me gusta que me mires y mirarte
descubrirte en cada instante
buscar y encontrarte.
Me gusta escribir y escribirte
dejar escapar mil suspiros encendidos
dibujados en palabras
palabras emborronadas entre te quieros muy callados.
Me gusta oler y olerte,
recorrerte en las mañanas soleadas,
descubrirte en el océano de una noche estrellada
que viste tu cuerpo con la luz de mi mirada.
Me gusta oír y oírte,
música en tus labios,
danza en mi boca.
Mi nombre en ti toma vida
cuando lo nombras.
Mis sueños en ti cobran alas,
sin ti todo escapa,
sin ti es la nada.
Me gusta el sol y la luna,
las estrellas, los cometas,
el viento y la lluvia,
el mar, la montaña.
El mundo entero me gusta
en tus brazos cobijada.
Me gusta la vida y la muerte
porque todo amor me lleva a desearte.
Me gusta amar, amor, amarte."

lunes, 16 de mayo de 2011

Volviendo de Madrid

A la vuelta de Madrid, en el autobús quedaba la luna a la izquierda y el sol se ocultaba a la derecha.
Entre ellos una carretera, dos caminos: un dia que muere y una noche naciendo.(Estas son las fotografías que hice).

 
Castigados por los dioses,
Cuando la luna sale a pasear,
El sol solo por un instante
La puede mirar.

Y  él se oculta y ella canta:

Tu recuerdo deja en mí
Humedades cálidas
Que día a día se diluyen en
soledades grises,
En lágrimas amargas

No hay voces que me arrullen
Ni  cobijo en tu regazo que me abrigue

Tus caricias, tus abrazos, tus te quieros,
Solo viven en el aire de mis sueños dibujados.

El olvido se abre paso,
Incrustando telarañas
En mi alma.

Crece la luna y su voz se apaga.
Para secar dos lágrimas
las estrellas le acompañan.

Y así la luna nace cada  noche
Y el sol se oculta tras la montaña.

sábado, 14 de mayo de 2011

Los pajaros no cantaron en la mañana.

 
      Amaneciendo desperté, no podía conciliar de nuevo el sueño, un sueño poco reparador el de esta noche, quise recordar, volver a él, para dulcificarlo pero me fue imposible. Sin dudar deje la cálida cama y decidí tomar un reconfortante café con unas gotas de blanca leche, una cucharadita de dulce azúcar y !cómo no! una tierna magdalena recién horneada. He vuelto a elaborarlas, las anteriores las regale a mis amigos.
Miré tras los cristales de mi ventana y como siempre quedé fascinada por el despertar del día. Desande mis pasos y volví a la cocina, en una bandeja coloqué mi humeante café y mi rica magdalena, me dije, voy a terminar mi desayuno en la terraza.
Sentada en mí hamaca contemple como el sol iba escalando montañas y situándose frente a mí, sobre el castillo que corona la ciudad, todo un espectáculo, y en ese ensimismamiento estaba cuando percibí un silencio doloroso, a esas horas el canto de los pájaros nos sirven de despertador, hoy no era así. Me levante y mire hacia el tejado, los nidos estaban vacíos, sin vida. La antena que reina majestuosa el tejado del vecino no tenía habitante alguno. ! Qué extraño.!
El cielo de un azul vibrante sin nubes dibujando figuras imaginarias, se veía desnudo sin los alegres pájaros en su ir y venir.
Un escalofrío recorrió mi espalda, entonces recordé lo último leído en algunos blog que visité la tarde anterior y sentí ¿miedo? no miedo no, dudas. 
Están esas extrañas llamadas de teléfono sin voz que Blanca  recibe. Esas raras historias que cuenta Hidalgocinis y Andy ¿qué decía Andy?.
No tonterías, solo son paranoias de una noche de malos sueños.
Ahora sí, ya llega el día.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Este jueves un relato: PORTUGAL

El ajuar en Portugal. Valenca Do Minho.


Juan y  Luci habían estado toda la tarde dando vueltas a una idea, ya hacía tres años que se conocían y  consideraron que era el momento de poner fin a esta situación, tenían que enfrentar sus miedos y comenzar una vida en común.
-No hay paso atrás Luci, esta noche se lo decimos. Dijo Juan.
Cogidos de la mano frente a los padres de Luci, dieron la noticia. Ellos pensaban que se opondrían a su decisión argumentando lo jóvenes que eran, pero para nada fue así, se alegraron al ver a su hija tan decidida y tan segura de que eso era lo que realmente deseaba. El amor se reflejaba en esos ojos que una y otra vez cruzaban miradas cómplices y sonrisas traviesas.
- No os preocupes le dijo el padre, os ayudaremos en todo.
A la mañana siguiente Ana le comentó la noticia a la abuela Manuela y esta le dijo.
- Ana a esta niña hay que hacerle el “ajuar” porque seguro que tú no le has ido preparando nada, mira quiero recordar que  Rosa la del cuarto iba a un sitio llamado ¿Cómo era? Ya recuerdo iba a Portugal, allí compraba toallas, sabanas…. en fin todo lo necesario y por  unos precios muy, pero que muy buenos. Sin pensarlo dos veces Ana fue  a casa de Rosa a informarse de la dirección del pueblo en el que se podía comprar todo el “ajuar “de una novia.
Rosa le habló de un pueblo llamado Valenca do Minho  indicándole como podía llegar hasta allí, le entregó  mapas y direcciones de comercios, pero sobre todo le hablo de Casa Clara, uno de los comercios más antiguos de la zona, cuatro generaciones dedicadas en cuerpo y alma a la venta de ropas para el hogar.
-Cuando llegues preguntas por Rosita, es la dueña, ya vas a ver qué dulce mujer y que entendida en estos temas. El oficio lo aprendió del abuelo y codo a codo lo trabajo con el padre.  Se me olvidaba, lleva bien llenito el depósito del coche, en Portugal la gasolina es mucho más cara que en España.
Buena recomendación pensó Ana. Todo sea por la economía familiar y sonrío.
A los pocos días Ana y Pepe partieron rumbo a Portugal. Pepe le iba comentando a su mujer que los portugueses estaban viviendo momentos difíciles, el periódico hablaba de que Portugal había colocado obligaciones a un interés record. Que precisaba  de una intervención inmediata, de un rescate europeo. Dicen que el factor más importante es de tipo político.Fíjate Ana, el primer ministro ha dimitido.
Pero Ana no estaba en esos problemas, Ana estaba repasando la lista de todo lo que iba a comprarle a su preciosa hija.
Cuando divisaron a lo lejos Valenca do Minho,  se quedaron prendados. El pueblo estaba unido a España por dos puentes, uno más antiguo y el otro más moderno, el puente antiguo fue obra de uno de los discípulos del arquitecto que diseño la torre Eiffel. Bajo los puentes, corría el río Miño.
Era un pueblo amurallado, protegía calles y casas por una antigua fortaleza.
En seguida encontraron Casa Clara, estaba situada en una larga calle toda repleta de comercios, donde se exponían toallas, albornoces, alfombras, accesorios de cocina, todo lo necesario para equipar el hogar.
Al  entrar les recibió una mujer  muy hermosa  de unos sesenta años, tras preguntar lo que deseaban, les fue mostrando lo que su tienda ofrecía. Ana y Juan adquirieron todo lo que buscaban y felices se despidieron de Rosita.
Cuando se marchaban  Ana y Pepe, Rosita miró el reloj, era la hora de cerrar. Del mostrador tomo un cartel que decía, “Tras ofrecer nuestros servicios durante cuatro generaciones, Casa Clara cierra sus puertas para siempre”.
Cuando ordeno los estantes después del  último día de ventas, Rosita se miró en el gran espejo que presidía la tienda, en él centenares de mujeres se habían mirado, buscando ver como les quedaba ese mantón bordado que sería la envidia de las vecinas en las fiestas del pueblo. Tomo un mantón negro todo alfombrado de claveles rojos, se dejó abrazar por él y caminó hasta la puerta, volvió su mirada, una última mirada para recordar una vida hecha en esa tienda, dos lágrimas corrieron por sus mejillas. Salió y cerró.
Sobre el mostrador un periódico cuyos titulares rezaban: Recortes de sueldos en el sector público, congelación de pensiones, aumento del IVA, cierre de  cientos de establecimientos, se deja notar esta crisis especialmente en el pequeño comercio.

Otros ojos y otras formas de mirar en casa de Gustavo

domingo, 8 de mayo de 2011




Momentos,
La vida se alimenta de momentos,
Instantes,
Soplos que el viento arrastra hasta nosotros
Llegan y desaparecen
dejandonos huerfanos en el silencio.

Una mirada,
Una sonrisa,
Una caricia,
Una palabra,
y siempre en la espera del momento.

sábado, 7 de mayo de 2011

!Que descanso...que recuerdos!

Amaneció un día radiante, un sol intenso inundaba las calles llenándolas de algarabía, Después de días de lluvia y viento, el cielo se vistió de azul y todo el universo pareció florecer.
Ella peino su pelo ensortijado, maquillo sus grandes ojos color miel,  unos polvos sonrosados dieron un aspecto de rubor a sus mejillas y por último el toque mágico, el rojo en sus labios.
Cuando se disponía a salir, giró sobre sus talones, ummm!!! Que  cabeza, flissss!, flissss!, dos gotas de perfume en su cuello. Ahora sí.
Salió a comerse el mundo. Se sentía la reina de la tierra. Cuando llego al despacho toneladas de sobres sobre su mesa, le anunciaban lo que iba a llegar.  Carmela, todas esas cartas has de entregarlas en mano.
Caminó, llamó, sonrió, entregó.  Así durante horas y ese sol que le pareció maravilloso, ahora se pegaba a su piel impidiéndole respirar.  Se sentía derretir, se fundía en el asfalto como nieve en primavera. Y entonces al pasar junto a un parque, vio un banco vacío y no lo pensó,se dejo caer, sacó sus doloridos pies de esos torturadores zapatos  y suspiro. Ahhhh!!!

 
A lo lejos se escuchaba una canción,  entorno sus ojos, la suave brisa le acercó recuerdos de un pasado casi olvidado, Lucas,.
¿Qué será ahora de Lucas?
 ¿De donde vendría esa música? A medida que las notas llegaban a ella y la letra era leída por su corazón, se dijo esta sí es una buena canción  para mí.
La canción cesó y Carmela volvió a un presente de pura libertad.
No entendió este hombre que Carmela era mucha mujer para tan poco pollo. 


miércoles, 4 de mayo de 2011

Este jueves un relato: LA COMIDA


Me gusta cocinar, siempre me gustó.  Para mí es un arte, es como pintar un cuadro, lo imaginas, ves sus formas, sus colores y aquí añado sus olores, porque entrar en la cocina es  oler. El sensual aroma de la canela, ese picante curri, la albahaca, la hierbabuena.
Desde pequeña disfruté con todo el ceremonial de preparación antes de cualquier fiesta. Si era día de reyes el roscón, si era el día de los santos difuntos las gachas , las castañas, si era San Antón la calabaza asada y si era semana santa las magdalenas.
Ummm!!! Las magdalenas,  este año decidí hacerlas yo, recordaba las que hacia mi tía Amelia, de niña le ayudaba,  bueno ella mas bien decía: - Esta niña siempre enredando en la cocina, pero luego me dejaba antes de hornearlas cubrirlas con azúcar, me ofrecía una cucharita y con ella iba espolvoreando   esa nieve blanca.
Hacía años que había fallecido, supuse que  su hermana, tía Eulalia tendría la famosa receta, la llamé.
-Si cariño, me dijo, ven y la buscaremos.
Al día siguiente llegué a casa de tía Eulalia, una viejecita de noventa años, alegre y pizpireta  y con unas enormes ganas de compartir una tarde de charla junto a un humeante café.
Entre taza y taza tía Eulalia, me ofreció la libreta con todas las recetas familiares y la muy secreta receta de las magdalenas de tía Amelia. Al entregármela dijo:
-San cielo, estas recetas no puedes compartirlas con nadie, han pasado de generación en generación, pero sobre todo San, la receta de las magdalenas, esa sí que es solo de uso familiar. ¿Te contó tu madre como logro tía Amelia que fueran tan extremadamente deliciosas?
-Noooo, solo me dijo que después de la última hornada tía Amelia falleció.
-Pues ya tienes edad hija, de conocer lo que ocurrió. Y comenzó a hilar una historia de cuento o de pesadilla.
Con voz ronca y fría comenzó: Desde pequeña Amelia destacó en la elaboración de todo tipo de repostería, no había postre, pastel, confitura, crema o chocolate que entre sus manos no se transformara en  puro placer de dioses. Era la envidia de los mejores reposteros de la ciudad e incluso su fama llegó al extranjero.
 Un día la abuela le apeteció unas esponjosas magdalenas para merendar  y le pidió que las hiciera, por primera vez Amelia lloró de rabia. Cuando las probó no eran lo que ella esperaba.  Ella quería la perfección y esas magdalenas eran corrientes, muy corrientes. Desde ese día Amelia se obsesionó de tal manera que todos los días al amanecer metida en su cocina, mezclaba y cambia ingredientes, tenían que se perfectas, pero no, no lo eran.  Al principio las regalaba, a todos nos parecían exquisitas, pero para ella suponía una decepción tras otra comprobar su mediocridad.
Dejó de salir, de relacionarse con amigos y familiares. Todos estábamos muy preocupados por ella, insistíamos en que dejara esa estúpida obsesión. La hicimos visitar a innumerables profesionales de la medicina, para ver si la podían ayudar a superar esa especie de locura. Pero todo fue inútil. Un día dijo basta y desapareció.
Se fue de la ciudad, no supimos de ella hasta pasados unos  años. La policía a través de  una llamada de teléfono nos informó de su muerte. Cuando llegamos a la ciudad donde vivía,  nos contó un comisario muy amable lo que estupefactos descubrieron.
Amelia vivía en una pequeña casa a las afueras de la ciudad, allí comenzó de nuevo su  búsqueda de esa receta que hiciera de sus magdalenas las mejores, las inigualables, las insuperables. Cada día  a través de la chimenea las calles se inundaban del dulce aroma a azúcar tostado, a masa horneada. Nadie sabía que hacía con lo que Amelia horneaba, porque nunca la vieron salir y nunca vieron a nadie entrar en esa casa. Así día tras día durante dos largos años. Sabían que existía por la nube envolvente del  olor a magdalena.
Una mañana el cartero al pasar frente a su puerta, percibió que algo ocurría, no se sintió embriagado como era ya costumbre de los olores que aquella casa emanaba y fue quien dio la voz de alarma.
Tras llamar insistentemente  a  esa puerta que nadie abría, intentaron forzarla a base de golpes y empujones, pero algo impedía que pudiera ser abierta. Lo mismo ocurría con ventanas y balcones. No podían ver lo que había dentro,  persianas y tupidas cortinas lo impedían.
Tras mucho insistir la puerta cedió y un aroma a canela y azúcar lo envolvió  todo a su paso. Cuando por fin traspasaron la entrada, no podían dar crédito a lo que veían sus asombrados ojos, toda la estancia estaba llena de magdalenas, kilos de magdalenas por todas partes, toneladas de ellas, habitación por habitación rebosaban magdalenas. No habia un solo rincón sin cubrir por ese esponjoso relleno.
Al llegar a la cocina, encontraron a tía Amelia, sentada en su vieja silla, en la mano sostenía una libreta, esa libreta que ahora tú tienes entre tus manos, su cabeza reposaba sobre la mesa, una mesa cubierta por una espesa capa de harina ,  con un dedo había escrito: POR FIN.
-Bueno querida San, ya sabes cuan especial es esta receta. No hables de sus ingredientes jamás con nadie. Pero ofrece este dulce manjar a todo aquel que tú ames.
Y aquí estoy, amigos y amigas con una bandeja repleta de ricas magdalenas. Las magdalenas de tía Amelia ¿os apetece?
Si quereis comer más acercaros a la casa de MªJosé

domingo, 1 de mayo de 2011

Quiero un Hada

Llevaba días, semanas soñando con otra vida,
llevaba días, semanas pidiendo el milagro de tener un hada
a la que pedir un cambio, un giro en esta absurda rutina gris .
Y !!!!!ZAS!!!!! el milagro se obró.



-Pero, pero esto no es lo que yo quería......
¿qué clase de hada eres tú?.
-¿De qué te quejas ahora? Soy lo que has pedido, un hada para cambiar tu vida gris ¿de que color la quieres? Di. 

 Y es que "cuando los dioses quieren castigarnos, atienden nuestras suplicas.... " ABSURDOS PREJUICIOS...

Como bien dice Mar  menos pedir y más agradecer.

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