La calle del diablo
Aquel
día de feria, seria recordado por todos como el más aciago de la temporada. Lo
que se preveía como un final de fiesta apoteósico, se convirtió en la peor de
las pesadillas. Todo comenzó en la atracción más visitada de la Calle del
Diablo: El tren de la bruja. Yo les dije que se aunaban dos fuerzas terribles,
el diablo y la magia negra. Todos rieron mi ocurrencia absurda y pueril. ¿No
vas a cambiar nunca?–preguntó Lucas–, siempre tan supersticiosa y miedica, no
seas pájaro de mal agüero. Quise alejar ese presentimiento y disfrutar con
ellos, pero al acercarnos a la entrada de la atracción, un escalofrió me
recorrió todo el cuerpo.
Los
vagones se llenaron de gente, animados por un ogro y una bruja esperpéntica,
que dando escobazos, conminaban a los visitantes a tomar asiento. Música
tétrica, aullidos y temblores hacían reír a unos y a otros, pero yo no
conseguía formar parte de la diversión, algo que no sabía identificar me
intranquilizaba. Sonó una campana y el tren comenzó a rodar por los raíles. Un
chirrido hizo que todos se taparan los oídos. Dentro, en el túnel, la oscuridad
reinó. Cadenas y quejidos, sombras que sobrevolaban nuestras cabezas, manos que
tocaban sin rozar apenas, soplos como susurros, voces amenazantes, y sangre,
mucha sangre…
Durante
los días siguientes, la noticia central en todos los periódicos fue, el extraño
suceso del tren de la bruja.
Los
pasajeros del vagón de cola, habían desaparecido.
Participando
en la propuesta de Teresa Cameselle,
si queréis pasar mucho miedo visitadla y leer al resto de amigos y amigas.
Feliz Haloween.
Interesante recurso, se disfrazaron de lo que son o fingieron disfrazarse, para atrapar a incuatos.
ResponderEliminarEspeluznante y cruel. Nunca he querido montar en estas atraciones de feria.
ResponderEliminarDesde tu relato, aún menos. (jajaja). Muy bueno y muy bien hallada tu historia. Un besazo
Vagando por ese mundo bloguero, he recalado en el tuyo y lo que he leído me ha gustado hasta el punto de que, sin tu permiso (lo siento), me he hecho seguidor. Un relato muy entretenido y sugerente.
ResponderEliminarSobrecogedor. A veces hay que hacer caso a esos presentimientos que nos llegan sin saber cómo. Bien narrado, muy entretenido y con un final de impacto. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que ahora forman parte de "La Santa Compaña"
ResponderEliminarCoñé, ahora que viene la feria de todos santos, mejor dejo a los niños en los autos de choque... que cague.
ResponderEliminarBeso, compi.
Como he repetido en otros comentarios no es la literatura de terror el genero que mas me apasiona, de cualquier manera dejo mi comentario alabando la bondad literaria del relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi nunca me ha gustado el tren de la bruja, siempre he sido una miedica, y tú me has dado la razón. He sentido escalofrios.
ResponderEliminarUn abrazo
¡muy bueno tu Tren de la Bruja! te hace sentir presencias tu relato San....
ResponderEliminarQue historia. Siempre se suelen burlarse de hay que escuchar.
ResponderEliminarPues San, el asunto es que me has recordado LO MAL QUE LO PASABA de niño en la feria y en esas atracciones. Mi madre me decía que tenía demasiada imaginación porque, mientras mis hermanos se lo pasaban pipa, yo parecía que hubiera entrado en otra dimensión...
ResponderEliminarUn beso
Me gusta el final abierto que deja paso a la imaginación. Buen trabajo.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno pues el próximo tren de la bruja que recale por aquí, voy a mirarlo de lejos, creo que recordare esta entrada y pasare corriendo por si acaso.
ResponderEliminarMuy bien llevada la trama.
Besos querida San.
Excelente relato, me llevó a mi infancia...
ResponderEliminarSaludos.
me gustó la idea, aunque el diablo es el creador de la magia negra, osea es una parte y un todo, no pueden existir uno sin el otro, no existe magia negra sin el diablo, porque el diablo lo es el todo, las brujas invocan al diablo para poder lograr sus conjuros.... por lo demás está muy bueno el cuento..... me agradan los trenes de terror, me divierto mucho viendo a la gente gritar de miedo, la casa embrujada es mucho mejor porque allí todos van caminando y cuando uno corre, se genera el miedo mucho más intenso.... besos
ResponderEliminarel miedo es una sensación que todos deberíamos de conocer. por que hace amar la vida
ResponderEliminarEl instinto!... no es en vano su rol, y muchas veces le desobedecemos, y quizá, sean precisamente las veces en que más lo lamentamos.
ResponderEliminarMenudo viaje hacia lo desconocido... menos mal que perdí ese tren!
Inquietante historia!
Besos:
Gaby*
Esas percepciones son a las que hay que hacerles caso, que suceso espantoso y misterioso.
ResponderEliminarUn relato impecable San.
Besos
Uy, si que el miedo no es mi emoción predilecta, pero sin duda es un relato de lujo, como siempre.
ResponderEliminarUn beso SAN y buen fin de semana
Tenía que suceder, tantas veces va una a la Casa del Diablo que al final del viaje se encuentra en las calderas de Pedro Botero. La gente es muuuy frívola, la verdad y le está bien merecido.
ResponderEliminarLo cierto es que me he reído por tu genial ocurrencia, una risa sarcástica y lúgubre. Besito nada siniestro.
Ahora me explico porqué sigo aún por aquí. Nunca quise montarme en el tren de la bruja. No es que me diera yuyu, ¡no!, pero encontraba masoquista eso de dejarme machacar a escobazos. Magnífico relato, San.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
A partir de ese día nunca más pusieron un vagón de cola :)))))))))
ResponderEliminar¿Dónde estarán los pasajeros? Tú lo sabes..algo tuviste que ver...¡confiesa!
Bss
El cualquier esquina puede empezar una "calle del diablo".
ResponderEliminarBesos, querida San :D
Lo curioso es que el miedo y toda su espectacularidad se encuentran en cualquier lugar; muy bien escrito. Siempre es muy entretenido leerte.
ResponderEliminarun abrazo :)
Vaya!! ya no vuelvo a montar en ningún tren de la bruja!!!
ResponderEliminarbueno... los de delante se salvaron no???
jajjaja
Besos!
San, está claro que hay que hacer caso a esa fina intuición que a veces nos evita malos trances, como el genialmente descrito en tu relato, aunque otras veces acasoo nos prive de vivir alguna que otra apasionante experiencia. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo,
¡Qué inquietante paseo en tren! Aquellos que se burlaban debían haber hecho caso a tu fina intuición. Muy buen relato.
ResponderEliminarBesos!
Jime
Creo que no ha desaparecido, debe ser es OVNI que acaba de surcar el cielo de mi barrio con gente gritando y atizando escobazos a una bruja desarmada.
ResponderEliminarPerdona la broma, es una reacción a la inquietud que me ha provocado tu relato.
Besos, querida amiga.
Ay San, qué yuyu!!!!!! Nunca le he encontrado la gracia a pasear en esos trenes. Por suerte a mis hijos tampoco les gutaban y no me pedían ese paseo. Tendría que instaurarse el tren de los payasos! Inquietante desde el principio, desde el anuncio de tragedia. Conseguido! Mua
ResponderEliminarQué miedo! Aunque sé que todo es un montaje, siempre me ha dado miedo subir en esos cachivaches y lo paso fatal...pero aún así...siempre repito je je masoquismo puro!!!
ResponderEliminarUn beso
Cualquier atracción de feria, por segura que parezca, encierra un buen relato de Halloween.
ResponderEliminarUn saludo.
Disfrutamos con el miedo aunque éste llegue a poseernos. Muy buena la descripción del recorrido: escalofriante y al mismo tiempo conocida...
ResponderEliminarUn abrazo.