El
vaso se tambaleó mientras mi pensamiento pedía a gritos que no se volcase, pero
olvide que un vaso no tiene oídos y que mis gritos eran mudos. Todo fue en
cuestión de segundos. La señora se precipitó hacia mí y el ardiente líquido
negro cayó, sin tiempo para cubrirme. Sus manos rápidas, llegaron hasta el
mismo centro de mi entrepierna. Con movimientos enérgicos quiso quitar aquella
mancha negruzca. Yo solo acertaba a decir: _ No se preocupe, no se preocupe, si
no es nada.
¿Nada? apostillaba mi cabeza, arde, achicharra. Ni el grueso de la tela puede calmar la quemazón en mis zonas más sensibles.
¿Nada? apostillaba mi cabeza, arde, achicharra. Ni el grueso de la tela puede calmar la quemazón en mis zonas más sensibles.
La
mano de la señora era insistente, a estas alturas, mi corazón parecía salirse,
por entre la cremallera del pantalón. Los signos, visibles ya, los apreciaba mi
joven compañera que no paraba de reír. Agarre la mano de la señora y con los
ojos vidriosos, no sé si por la rabia o por la vergüenza, le supliqué: ¡Ya
basta!
Al salir, mi compañera me susurro maliciosamente: ¡qué mujer! Ha sido un encanto ¿no?
Este relato surgió de la lectura de una entrada de un blog al que me gusta acudir,Y de repente... sonó un BANG (os recomiendo su visita y la lectura de su entrada, titulada : Elige tu propia aventura). Lanzó la idea para que todo el que quisiera la continuara, yo me animé con un comentario, ahora depués de un tiempo y dandole unos retoques, ha quedado como leeis.
Al salir, mi compañera me susurro maliciosamente: ¡qué mujer! Ha sido un encanto ¿no?
Este relato surgió de la lectura de una entrada de un blog al que me gusta acudir,Y de repente... sonó un BANG (os recomiendo su visita y la lectura de su entrada, titulada : Elige tu propia aventura). Lanzó la idea para que todo el que quisiera la continuara, yo me animé con un comentario, ahora depués de un tiempo y dandole unos retoques, ha quedado como leeis.
Puntería que tuvo la señora.
ResponderEliminarUn efecto inesperado de un accidente inesperado. Y que maliciosa es la compañera.
ResponderEliminarCreo que conozco a esa señora....
ResponderEliminarJajajaja... Qué bueno!!! ^_^
ResponderEliminarBesos, San.
jajaja¡Qué situación San! los ojos vidriosos serían de dolor tal vez. Que pensaría la gente que iba entrando al lugar y veía a la señora frotando en esas zonas sensibles.Eres tremenda, me has hecho sonreír...Saludos.
ResponderEliminarLa dispuesta señora, solo trataba de mitigar la quemazón. Lo que nos queda por saber es a que quemazón nos referimos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué situación, no? Gracias, me quedo con mi sonrisa de lunes para todo el día, esa que tu me has dibujado con la historia del café ardiente...
ResponderEliminarUn beso!!
Negro y muy caliente nos gusta a muchas.
ResponderEliminara mí particularmente detesto el café, y caliente mucho menos, aunque con leche podría ser, pero caliente tampoco, con la justa que se sienta el calor, tibio por favor, que no queme, es lo que siempre pido, aunque me gustan más las infusiones, creo que las bebidas calientes no son para mí, quizás porque siempre tengo la temperatura demasiado alta, casi nunca siento frío, aunque en algunos inviernos pues ni modo, tengo que abrigarme pero no demasiado, sólo para no enfermarme, pero aún con frío mis bebidas son tibias..... excelente la señora, yo diría que fue muy atenta, tú sabes, necesita el empleo, y no le gustaría ser la causante de perder una clienta, yo no lo veía con malos ojos, si fuera un señor quizás sí, tú sabes, son más pícaros, al menos yo, sí lo haría con doble intención jajajajajaja..... besos!!!!
ResponderEliminarCreo que el protagonista no se olvidara del "negro y muy caliente"
ResponderEliminarCariños
Esas manos que no se están quietas... Haces de lo cotidiano un regalo para los que te leemos y escuchamos. Un besooooooooo.
ResponderEliminarNo diré lo que me pasó por la cabeza cuando leí el título :p jajaja!
ResponderEliminarQué accidente más engorroso! A veces quienes quieren ayudar, no hacen más que poner las cosas más difíciles!
Besos y linda semana!
Gaby*
Inoportunas situaciones que hacen arder nuestra paciencia, jejej... con encanto!! Me ha gustado mucho ;)
ResponderEliminarUn beso
Vaya situación comprometida!!! Entre el quemazón del café y el alivio que pretendia dar la buena mujer a este pobre desventurado... no se si lo pasó peor por lo del cafe o por lo de la mano jajajajajaja!!!
ResponderEliminarQue bueno, San.
Bss.
Jajaja que bueno Chelo. El título es muy sugerente.
ResponderEliminarbueno picaronamente, me importaría más o menos donde me hubiera manchado
ResponderEliminarJajaja, me he reído y eso ya es mucho para mí en estas épocas tan inciertas o quizá excesivamente ciertas.
ResponderEliminarCualquiera hubiera dicho que sentiste ese café en tus carnes y viviste la situación.
Un saludo
Aire
Bueno ella solo buscaba traer algo de alivio y remediar lo irremediable de la situación :D
ResponderEliminarPor suerte nunca nadie derramo nada encima mio jaja
Abrazos!
Jajaja... muy bueno!! ¡Caramba con la señora!
ResponderEliminarLas segundas partes de tus palabras y por consiguiente -jaja suena a discurso político...- de tu imaginación e interpretación, siempre superar a la anterior: perfeccionas las ideas originales :))
ResponderEliminarun abrazo
San, me encanta el buen humor que siempre se encuentra presente en tus relatos y por supuesto lo haces con gran maestría. Vaya señora, cómo va a pretender quitar la mancha con sus manos, imposible verdad? hum cuales habrán sido sus intenciones, bueno, pensemos que fue por nerviosismo jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.
Gracias por siempre estar!!!!!
ResponderEliminarBuena semana
Cariños
No tomo café, me da taquicardia, pero imagino que habrá alguna cosa negra y caliente que me sirva de sucedáneo, si puede ser que camine.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola San: me llamó la atención,el titulo de tu entrada, porque tengo un amigo fracés que siempre dcie que el café a de ser como los maridos:
ResponderEliminarBON, FORT ET CHAUD. ya sé que no viene a cuenta de tu texto, pero me ha hecho gracia comentártelo. Así de paso también te saludo. Un beso.
Traduc.: BUENO, FUERTE Y CALIENTE.