Carmen es una mujer de otoños, diría más, una mujer de inviernos. De días nublados, de días lluviosos. De días fríos, sí, pero de tardes de fuego.
La primavera, el verano, no son estaciones para ella, como el día tan poco los es. Ella es mujer de noches, de silencios y de espectros.
Cuando el sol comienza su marcha y la luna asoma contoneándose por entre los tejados, Carmen gira como girasol que busca el calor de los últimos rayos de un atardecer, ella busca en cambio el influjo de la luna.
La llegada de las horas brujas la embriaga. colocando la pieza final al puzle de su vida. Y es en ese preciso instante cuando las emociones domadas se le escapan, se le desbordan derramándose a sus pies. Caminan dibujando un zigzag de recuerdos inoculados, recuerdos que solo hallan sosiego en el compás de un reloj que marca la llegada de una nueva madrugada.
Un gato maulla, las farolas se apagan, el silencio la arropa y entre cálidos sueños se abandona.
(Trabajo taller de narrativa)
Has descrito a tantas mujeres que han perdido tanto pero que en la noche busca encontrar anhelos perdidos.
ResponderEliminarEs la segunda vez que escribo espero que este lo acepte...
Besitos
Te diré: Yo soy Carmen. Soy mujer de otoños, diría más, mujer de inviernos...
ResponderEliminarQue preciosidad de descripción.
UN abrazo.
algo tienen las tejas y las estrellas, unas parpadean, otras guardan el calor necesario que gatas, necesitan para subsistir. Miaooo, miaoooooo
ResponderEliminarMagnífico ejercicio. Bs.
ResponderEliminarSoy amante de la noche. La prefiero mil veces al día. La vida diurna carece de misterio, de embrujo. Pero, paradógicamente, soy de primaveras y veranos, tal vez porque en esas estaciones la noche se vive con más intensidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
olé olé y olé, precioso y muy bien contado. La noche tiene su aquél y su magia.
ResponderEliminarBESAZO.
La noche despliega su magia y bajo ella se deja llevar en busca de sueños que nunca se cumplieron…
ResponderEliminarMe ha encantado el relato.
Un cálido abrazo
Me gusta la noche de Carmen, porque en ella se siente bien...
ResponderEliminarUna noctámbula
Besos!!!
Hay alondras y hay lechuzas, tu Carmen es lechuza, le tienta la noche y quizas tambien la protege
ResponderEliminarUn beso
A mi tambien me gusta la noche, las ciudades iluminadas, la charla sosegada con la tenue luz de la lámpara que alumbra desde el rincón ...
ResponderEliminarPrecioso relato
Muy buen ejercicio, descripciones e ideas estupendas. Queda reflejada perfectamente esa personalidad.
ResponderEliminarLo de la última pieza del puzzle de la vida p.ej. me encantó.
Besos.
que linda entrada. irse así entre sueños es un placer... un beso
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