Sor Valentina
La niña apareció en el torno del convento. Como yo era
la novicia más joven, la abadesa pensó que me sería más fácil cuidar de ella. Así
lo hice. La crié como una madre cría a su hija, solo me faltó amamantarla, que
bien que me hubiese gustado… Pero de haberlo hecho, todos habrían descubierto el
secreto que antes de recibir Las Órdenes, le confesé a su padre.
Otras historias sobre monjas, frailes y conventos en casa de Rhodea Blason
Buen corto, me gustó.
ResponderEliminarSaludos.
Escueto y redondo tu relato, no se puede pedir más.
ResponderEliminar¡una historia con sor presa!
ResponderEliminarQué bueno,qué bueno!!!Cortito y diciendo tanto y tan bonito!!!,porque imagino la historia de la confesión(genial!)
ResponderEliminarMe ha gustado millón!Felicidades.
Besucos
Gó
Dentro de lo que viene siendo una historia que supongo se habrá dado, un final, digamos, pseudofeliz (supongo que con el tiempo le diría que es su madre)
ResponderEliminarUn beso
Pues no habrá muchachas que se han criado, para regocijo de las cucarachas (perdón...) sin salir de las cuatro paredes y haciéndolas sentir madres... qué cinismo.
ResponderEliminarUn beso, compi.
Intrigante final abierto...
ResponderEliminarUn abrazo.
Por lo menos tuvo su secreto, hacer de madre no le vino postizo. Que de alas a la hija, que no la encierre dentro.
ResponderEliminarCorto y genial, amiga San, le has dado un matiz inquietante, besitos muchos.
Me encanta esta historia y tu evolución literaria.
ResponderEliminarVas a mejor a pasos agigantados.
Y me alegro.
Aplausos sinceros para ese microrelato.perfectamente urdido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uhmmm!! Delicioso misterio... Me encanta!
ResponderEliminarUn besito San.
Solo voy a ver la parte positiva, a disfrutarlo, no quiero darle vueltas. Me ha parecido perfecto.
ResponderEliminarBesos
Y que cada uno piense lo que quiera, no? Me gustó.
ResponderEliminarBreves palabras y un gran secreto que sin pronunciarse, se devela solo.
ResponderEliminarAl menos esos brazos, saben lo que es abrazar a un hijo. Pero, shhhh... sigamos manteniendo el secreto. Me ha encantado San!
Besos!
Gaby*
Breve y contundente relato.
ResponderEliminarBesos.
Todo el mundo guarda secretos, hasta en la iglesia
ResponderEliminarHay razones para pensar que la abadesa pudiera ser la suegra. En fin mejor no seguir tirando del hilo. Da mucho, mucho juego este microrrelato.
ResponderEliminarSaludos San
Magistral. Tan breve y sugiriendo tanto. Besos, amiga.
ResponderEliminarSiete renglones para dejarnos con la boca abierta. Geniallllllllllllll
ResponderEliminarAhora me pondré a inventar finales.
Un beso
A veces uno se va huyendo de la realidad, y ésta le persigue hasta el sitio más lejano e inhóspito, y esto le pasó a tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo
Fue un error recibir esas ordenes, pero la protagonista tuvo una salida.
ResponderEliminarjajajajajaja, me ha encantado, es una historia demasiado corta, es lo que me dije antes de leer, hasta pensé que me quedaría con las ganas de saber más y de quedarme insatisfecho, pero en verdad que me has sorprendido, todo un giro en tan pocas palabras, se dice que un relato es bueno cuando sorprende al lector, como siempre, abandono tu blog completamente sorprendido...... besos!!!!!
ResponderEliminarQué bueno! guarda la sorpresa y el deslumbramiento hasta la última palabra. Eres una experta en microrrelatos, genial!!
ResponderEliminarun abrazo :)
jejejeej estupendo San!...en ironía, síntesis y contundencia!
ResponderEliminarMuy bueno.
=)
Hola SAN
ResponderEliminarGenial! Una historia muy bien contada en pocas palabras. Cada día me sorprendes más. Felicitaciones!
Un abrazo
Qué bonita historia.
ResponderEliminarNo es fácil escribir cuentos breves porque todo se resuelve rápido pero tú lo has hecho magistralmente.
Te felicito.
Besos
Muy inteligente la novicia... le salio redondo su plan :)
ResponderEliminarBss.
Sí, pocas palabras para explicar una historia interesantísima. Te ha quedado perfecto, San. Un placer leerte y disfrutar.
ResponderEliminarBesazo enorme.
No sé si es producto de la imaginación popular, pero cuántas historia así uno cree que en verdad existen.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un beso grande.
HD
Lo haces tan sutil que llegará un día en el que con una sola línea nos dejarás sumidos en la más deliciosa de las inquietudes.
ResponderEliminarSencilla historia que al parecer, no lo es tanto.
Besos
Bueno, no sabemos los motivos por los que se mete a monja pero al menos se queda con su hija, tuvo suerte!!
ResponderEliminarUn beso
ni falta ni sobra una coma para este relato acertado
ResponderEliminarQue bueno San, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar
ResponderEliminarHay que ver que oscuros secretos guardaba Sor Valentina... Siempre un placer volverte a leer. Besos castos y puros.
ResponderEliminarBuena historia de conventos, claustros y secretos...
ResponderEliminarBesos
Ostras! Se lo tenía callado! Muy buen micro relato, San, como siempre.
ResponderEliminarBesos
Cita
Sintetizas una historia, sin dejar de lado la intensidad, la emoción, el suspenso. Exquisitas palabras, pero sobre todo, exquisita tu forma de enlazarlas.
ResponderEliminarbesos amiga
Pues solamente puedo pensar en el egoismo de Sor Valentina. Amor de madre no le va a faltar a la criatura pero la está condenando a estar encerrada entre muros de por vida.
ResponderEliminarGenial, corto pero encerrando una compleja historia.
Un fuerte abrazo.