Antes de salir se miró de
nuevo retocando el maquillaje que cubría su rostro. Esta vez se había esmerado
especialmente, su encuentro con el doctor Smith, bien lo merecía. En la sede
central le advirtieron, de lo exigente que podía llegar a ser el que fuera
primer ministro, durante la era crepuscular. Mara se encontró bella como nunca,
una mujer felina desde la punta de sus negras botas, hasta el mechón rebelde que
se negaba a quedar sujeto tras su oreja. Era la número uno, la mejor del
escuadrón suicida. Jamás cometió un fallo en las misiones que le asignaron,
igual pasaría en esta.
Puntual abrió la puerta del piso
A33. Un olor a humedad y putrefacción, la hizo dar un paso atrás. Tomó aire profunda
y pausadamente consiguiendo recomponerse.
En peores lugares había batallado, pensó.
–Doctor Smith, le llamó con
voz segura. La espesura del silencio lo envolvía todo, ni tan siquiera el eco
de su voz le respondió. Cruzó aquella estancia deshabitada buscando la
presencia de su cita.
–Doctor Smith, volvió a
llamar. Alguien se movió a su espalda, de un salto se giró.
–Hola Mara, no me esperabas
¿verdad?
–Demiurgo ¿qué haces tú aquí? Le
preguntó sorprendida. Las órdenes eran claras, entrevistarme con el doctor y
fotografiar los planos de los asentamientos enemigos. Pero esto…
–Lo siento Mara, no puedo seguir
así. Tu popularidad se está extendiendo. Hasta los del otro lado comienzan a hablar
de ti. No es aceptable. Tiene que terminar.
–De cualquier otro podría espera
esto, pero no de ti. Tú me creaste, toda yo giro alrededor de tus ideas,
envuelta en tus palabras y ahora… ¿Qué vas a hacer conmigo?
No volvió a mirarla, no pudo. Humedeció
la pluma en el tintero teñido de rojo. Sobre Mara dejó caer dos gotas, su
silueta se emborronó.
–Lo siento querida, una idea
no puede ser más famosa que su creador, aunque se llame Mara Laira.
To be continued…
Otras historia de la mujer felina, Mara Laira en casa de su creador El Demiurgo de Hurlingham
Tuviste en cuenta lo de que podías hablar de mí, además aprovechaste mi acuarela para la historia.
ResponderEliminarClaro que tengo que aclarar que no me identifico con ese demiurgo, tan celoso de su personaje, para hacer algo tan drástico.
Me dejaste intrigado con el To be continued.
Uyyy, el creador se rebela!! A veces ocurre que los personajes tienen más relevancia que quien los creó y en este caso, los celos de fondo están por liquidarla. Buena historia, guapa.
ResponderEliminarUn beso
Cuando el personaje va creciendo, hasta el creador lo cree tan real, que puede comenzar los celos en esa charla interna.
ResponderEliminarQue linda historia.
Un comienzo de novela.
Un abrazo San :)
jajaaj buenísimo san!...ese Demiurgo ya se estaba poniendo demasiado celosos de su creación, aunque lo disimulara jejej
ResponderEliminarUna brazo
Ocurrente y bien planteada, San. Y no me extraña que el Demiurgo no se identifique con ese demiurgo, lo digo por el asunto de cargarse a su propia creación y todo por celos, jajajajajaja
ResponderEliminarUn beso y felices pascuas
Su ego no lo podía consentir, hay que ver como somos los humanos, la creación más famosa que el creador, eso jamás.
ResponderEliminarMuy bueno amiga
Un abrazo
Es frecuente que los creadores acaben teniendo, si no celos, sí hartazgo del personaje creado, y rumien la forma de deshacerse del mismo, de hacerlo desaparecer
ResponderEliminarEs lo que tú has reflejado fenomenalmente bien en tu relato, Sam. Curioso, yo también he optado por la desaparición de Mara Laira.
Un abrazo..
¡la criatura supera al creador! e invade a éste de malestares..... Muy buen relato SAN!!!!
ResponderEliminarMuy buena historia! En especial, me gustó el modo en que relataste cada instancia, en ese asombroso final llevado a cabo por el creador -al que Demiurgo se niega asemejarse- pero valga la ficción y la inventiva para permitirse que lo menos esperado, acontezca.
ResponderEliminarBesos! -seremos dupla para la próxima :)
Gaby*
Estamos en un aprieto... Pero ya sabrá la historia devanarse.
ResponderEliminarMuy buena interpretación.
Besos
Pobre Mara Laira! Me cuesta imaginar a Demiurgo acabando con su personaje tan querido, seguro que lo repensará y buscará el modo de recrearla nuevamente: "Mara Laira versión mejorada". Será así?
ResponderEliminarMe quedé intrigada...
Un beso!
A este Demiurgo su ego lo devoró y ese final tiene mucho color! Bueno, aunque planteas cierta misión donde es importante la discreción y el ocultar identidades. En este caso, se cortó de raíz el problema. Saludos
ResponderEliminarel autor de Mara Laira creó una emboscada a su propia criatura, ideada con tanta fuerza que se sintió desbordado por ella.
ResponderEliminartal vez ocurran este tipo de cosas, no lo sé, pero creo que cuando alguien logra que un personaje alcance tal relevancia debería sentirse más que orgulloso, al fin de cuentas uno no es sin el otro.
¡saludos!
Bueno, bueno.bueno... y ahora qué hacemos?
ResponderEliminarMenos mal que nos queda ese to be continued... porque esto no puede quedar así :))
Me ha gustado tu ambientación.
Un beso!
Muy buen relato. Mara Laira pertenece a un escuadron suicida? Súper genial, me encanto.
ResponderEliminarPero que suspenso, el final es impactante! Espero leer el to be continued.
Saludos
Sabré esperar... para seguirte leyendo. Un saludo desde la distancia azul.
ResponderEliminarFestejar la esperanza es hermoso!!!!!
ResponderEliminarFelices Pascuas !!!!!!!
Excelente homenaje a una ficción, que de tu mano cobra vida a pesar de los borrones en rojo. Corto policíaco con inevitabls referencias a su creador.
ResponderEliminarBesos y Felices Pascuas.
Algo leí esta mañana, una creación tan perfecta se eleva y tomando autonomía propia, en este caso es un relato, afortunadamente porque difícilmente creería qué Demiurgo terminara con su creación.
ResponderEliminarUn placer visitarte, ha sido sorprenderte leerte.
Un personaje bien creado siempre debería ser más popular que su creador, ¿no está ahí la gracia de crearlos?
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos.
ibso
Jopelines! genial, lo he vivido comiéndome las uñas, lo de las gotas de acuarela roja toda una metáfora digna de los grandes poetas, lo que no sabe el Demiurgo que no la mata por celos, la mata porque todo tiene una subida y llegado al máximo solo queda bajar y su muerte la convierte para siempre en un mito, cual Marilyn con sus eternas faldas al viento, estupendo tu relato, no te has dejado nada en el tintero, miles de besosssssssssss
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