Lo tuyo es mío y lo nuestro también
Cegado por el amor que nos unía, nunca me negué a sus
peticiones, por absurdas y abusivas que estas fueran, a pesar de que siempre ha
dicho y se ha jactado de ello, que soy un pusilánime, que no valgo más que para
besar el suelo por donde pisa, un viejo ñoño que se encaprichó de una mujer
veinte años más joven que él, y que ahora con el paso del tiempo, doblegado en
voluntad, come de su mano. Aún la veo dándose con el dedo índice en la palma.
Aquí –decía–, aquí te tengo comiendo. Esto último reconozco que fue la gota que
colmó el vaso. Dice que se aburre, que
no aguanta más, que los mejores años de su vida los ha perdido conmigo y
que le firme este documento, donde leo, que le cedo toda mi fortuna.
Aún con labios temblorosos y balbuceando, por fin he podido
pronunciar un rotundo no. Ella ha abierto los ojos como un búho, incrédula de
que mi demencia aún me permita, de tarde en tarde, tener momentos de lucidez. Hoy
ha sido uno de ellos.
Otros chantajes en el blog de Pepe: DESGRANANDO MOMENTOS
Le faltó astucia a esa joven manipuladora, se jactó demasiado de su habilidad. Si lo hubiera tratado bien, aunque sea por hipocresía, habría tenido ese documento firmado. Pero la jactancia la perdió.
ResponderEliminarBien contada la historia.
Este chantaje parece que ha pasado a mayores, si tu relato siguiera mañana quien sabe si no se lo volvería a exigir con otras artes. Abrazos
ResponderEliminar¡Que fuerrrrrrrrrrrrte y qué duro! ¿Y pensar que se dan casos de esos en la realidad...?
ResponderEliminarLogró parar a la Viuda Negra antes de que ella se lo comiese del todo.
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente relato! Me ha parecido tremendo, que un ser se convierte en la marioneta de otro y no pueda imponer su voluntad por miedo a la pérdida es algo durísimo.
ResponderEliminarMenos mal que le diste ese final que le pone un poco de justicia a la historia.
Un abrazo.
Quien mucho aprieta poco abarca, dice el refrán.
ResponderEliminarCuanta más grande es su hipocresía, más grande su ego y más grande la jactancia de "aquí te tengo porque me da la gana", más fácil es que al final reciban de lo que han dado... porque el vaso se va llenando tan despacio, tanto, tanto... que no ven cuándo llega la que va a ser la última gota.
Un texto muy, muy real, lamentablemente.
Besos grandes.
Veo esos ojos abiertos de par en par ante la negación del personaje que siempre cede y acepta. Un momento de gloria! Ojalá le dure y haga testamento a favor de un refugio de animales.
ResponderEliminarUn beso.
Buena historia.
ResponderEliminarA esta chantajista se le fue la mano, se sobrestimó. Creo que no es extraño que eso ocurra, imagino que irá con el perfil psicológico de ese tipo de personas.
ResponderEliminarBuen relato, amiga. Besos.
¡Qué duro! ...pero lamentablemente tan real.
ResponderEliminarExcelente es poco San.
Un beso.
Nos traes un chantaje emocional que lameentablemente se da. El egoismo es capaz de sacar a pasear nuestros peores instintos. Al menos el protagonista de tu historia ha sabido reaccionar. ¿Por mucho tiempo?.
ResponderEliminarGracias por acompañarme, Chelo.
Un fuerte abrazo.
Despreciable... eso que creyó amor, cuando no era mas que la trama para desvalijarlo hasta de su voluntad.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy dura tu historia...........Gracias por visitarme, me quedo por aquí. Besos
ResponderEliminarLe dio más de lo qu merecía y al final su grado de lucidez pudo más que su soledad
ResponderEliminarAbrazos
Su desgracia viene del día que la dijo " Si quiero ", las-los trepas en el trabajo y en la vida me producen reacciones cutáneas como de ortigas
ResponderEliminarNunca es tarde si el NO es rotundo y lúcido. :))
ResponderEliminarbss
Siempre digo que los juguetes hay que pagarlos a su debido precio,sino....no comprarlos.
ResponderEliminarTe dejo carinos y los deseos que pases un grato fin de semana
Que fuerte! Pero si real como la vida misma, pero cuanto tiempo durara la lucidez? Esa arpia se saldra con la suya? Que incognita! Muy bueno, abrazos.
ResponderEliminarBien por él que logró despegarse!
ResponderEliminarUn abrazo
P.d gracias por tus palabras en el blog de mi papá.
San:
ResponderEliminarDeseo que esta semana seamos pacientes y escuchemos algún ser querido, que lo necesita pero, estamos a veces demasiado faltos de tiempo
Cariños
Para hacerlo, hacerlo bien y que no se note. Claro hace falta ser muy diestro en el "asunto"..
ResponderEliminarBueno que le hayas dejado a tu narrador, la satisfacción de algun día de lucidez. El que todos merecemos tener en casos asi...
besos querida San.
Eso es lo que ocurre cuando, obviando la gran diferencia de edad, un hombre se enamora de una bella mujer, joven y ambiciosa, cayendo rendido a los pies que acabarán pisándolo.
ResponderEliminarTarde o temprano se hundirá en la demencia senil y quedará sometido a su dueña, cual mosca atrapada en la telaraña.
Una narración excelente.
Saludos.
Buenas tardes San. Le dio todo pero al final rectifico, aunque haya sido muy duro decir NO.
ResponderEliminarUn saludo Paco