miércoles, 27 de junio de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: En los zapatos de otro


Sonrisa Sobre Estiletes Rojos

Cuando Alicia llegaba lo inundaba todo con su presencia. Su olor la precedía, el sonido de sus zapatos de tacón con un repiqueteo acompasado, hacían que girases la cabeza para mirarla. La sala parecía iluminarse con su sonrisa.
Yo la observaba maravillada. ¿Cómo era posible que estuviese perfecta todas las horas del día? me preguntaba una y otra vez. Ni un mechoncito de su rubio cabello se desordenaba, y si lo hacía, ella con un gesto de  despreocupación, lo regresaba a su lugar.  Preciosa, la veía preciosa, pero claro, me decía intentando a callar la envidia que sentía hacia ella ¿cómo no estarlo? Su vida era perfecta; socia de un prestigioso bufete de abogados y casada con uno de los ejecutivos de la empresa más importante de sector automovilístico.  Tenía dos hijos, pero  ¿y qué? Con el dinero que entraba en esa casa, tendría servicio, seguro.
Yo una simple secretaria, no podía compararme jamás con ella. A las ocho me levantaba y a toda prisa una ducha y un café,  los vaqueros y una camiseta, el pelo recogido en un especie de aro; la rebeldía de mis rizos no quería someterse, así que siempre algún que otro tirabuzón quedaba  fuera. Ella llegaba en su deportivo, yo envuelta en traqueteos y empujones en un metro donde hasta respirar, se hacía insoportable.
–Marian–  me decía alegre cada mañana, ¿nos tomamos un café? Yo entraba en su despacho con una bandejita y dos tazas humeantes. Para ella negro y poco azucarado. Para mi largo de leche, con tres cucharadas colmadas de azúcar. Y tras preguntarme como me encontraba, comenzábamos a revisar  la agenda del día.
Hoy cuando llegué con los cafés, la vi tumbada en el sofá de piel blanca que decoraba la estancia. Dormida, estaba dormida. Me quedé mirándola, se veía tan indefensa, tan frágil...  En una esquina había dejado sus zapatos. Unos maravillosos zapatos de tacón de un rojo brillante. Sentí un deseo irrefrenable de calzarlos. La volví a mirar, su sueño parecía tan profundo… despacio muy despacio me quité mis deportivos  y me calce sus estiletes. 
Todo ocurrió muy deprisa, de repente me vi ayudando a dos niños deseosos de caricias y palabras de mamá, a hacer sus deberes. Les preparé el baño, les hice su cena preferida, les leí un cuento y los arropé llenándoles de besos. Luego recogí todo lo que sus juegos dejaron desparramado por el piso. Trabajé unas horas, esperando la llegada de Lucas, pero Lucas no llegó. Mal dormí otra noche más. Sin el calor de su cuerpo ¡la noche se hacía tan larga! … ¿Dónde estará esta vez? me pregunté, mientras mis ojos se negaban al sueño que me vencía.
El sonido de una música suave y envolvente me despertó, miré el reloj ¡señor! son las seis de la mañana, no puede ser, solo han pasado cuatro o cinco horas, desde que me dejé caer en estas sábanas de seda. La música a medida que el tiempo avanzaba iba subiendo de volumen, me desperecé.  Preparé meticulosamente la ropa con la que me iba a vestir. Ordené la habitación, no me gustaba que nadie entrara en mi espacio, un espacio íntimo, privado. Fui hacia la habitación de los niños. –Vamos es hora de levantarse, les dije como cantándoles. Cuando salieron de casa. Me miré en el espejo del baño, el reflejo de mi rostro era desolador. ¿Cómo arreglar la falta de descanso? ¿Cómo borrar tanto desamor? ¿Cómo eliminar tanta soledad? Maquillaje, anti ojeras, iluminador…. Así, esto ya es otra cosa.  La vida dibujada con los colores del arco iris se ve mejor, mucho mejor. Entré con paso firme. Me oí decir: Buenos días Marian….
De un salto salí de sus zapatos rojos charol. Ella no se  había movido, seguía allí tumbada, tan indefensa, tan bella, tan sola...

Otras formas de calzarse los zapatos en casa de ...GASTÓN

domingo, 24 de junio de 2012

La espera

Lunes, primer día de la semana. Eloísa mira expectante por enésima vez el reloj. Son las once de la mañana. El cartero llega con retraso, no es su costumbre.
Desde hace un año, cada lunes a las once en punto, suena el timbre de la puerta del segundo C. Eloísa se da un tiempo para recomponerse el pelo y humedecer sus labios, luego abre. Tras pronunciar un: buenos días, dulce y suavemente, sin apenas levantar los ojos de esas manos de largos dedos, toma la carta que ella misma se ha escrito tres días antes.

sábado, 23 de junio de 2012

Fin del curso

Miré el reloj. Llego tarde, hoy llego tarde, si no tomo el autobús no habrá forma de ser puntual. La idea no me agradaba, prefería caminar. La mañana invitaba a ello, pero la cita era de trabajo, imperdonable retrasarse.
Al entrar en el bus, solo había un asiento libre, lo tomé. Detrás de mi dos mujeres charlaban animadamente. El sonido de sus voces se iba acrecentando a medida que la velocidad aumentaba y el vaivén de los adoquines nos balanceaba.
-Bueno, no me cuentas na der Yonatan.
-Pos hija, ahí que está, con sus cosas, trapicheando, aquí y allí.
-Sí, pero digo de la escuela, ya termina la ESO.
-La ¿ESO? Eso creíamos tos, pos la maestra que dice que no, que no promociona.
-¿Qué no qué?
- Pos eso mismo preguntamos nusotros ¿Promo qué?y resulta nena, que es pasar de curso, eso es, ¡mía usted que cosas! Tos los días se aprende hargo. Pos eso, que el Yonatan dice que no pasa, que este año tampoco va a ser, que la maestra le tie mania.
-¿Quicisteis? por que tu Dioni...bonico es tu Dioni.
-¿Er Dioni? Pos fuimos a la escuela y cuan la tuvo enfrentá le dijo ¿Tú conoces a la Anastasia? Y la saco allí mismo, jajaja. La mu desgracia casi se cae muerta, será panolis.
-Mujer no te pongas así, le dijo mi Dionisio, que es pa calá el milón que te traio. Por qué digo yo que te gustan los milones ¿no? Una cajica entera pa ti, Rosa alárgala.
-Entonces, diga me usted ¿promociona mi Yonatan?
-Promociona, promociona.
Si es que tengo  un chaval….

jueves, 21 de junio de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO: Mis jueves



Me gustan los números. Siempre tan exactos, tan políticamente correctos. Dos más dos cuatro, no cabe duda. Dos por dos cuatro, nada, ni un problema.
Sumas, rectas, multiplicas, divides y siempre un resultado formal,  sin medias tintan,  exacto y punto. Esto aporta a tu vida seguridad.
Pero… oye, que siempre tiene que haber un pero, También me gustan las letra y aquí sí que nacen los problemas. Unes, mezclas, tanteas, pruebas, compones y siempre un efecto diferente. Nada termina igual.
Una frase, un cuento, un relato, un micro, un nano, un poema… en fin, un mundo donde perderse.
 Y aquí andaba entre números y letras. Entre sumar y multiplicar. Entre un poema o una historia que invento. Entre ideas que te inundan, te atrapan, te arrasan. Entre un imaginar, imaginando, fue cuando me di cuenta, de que de eso se trataban los jueves.
Un grupo dando rienda suelta a la imaginación. Un grupo donde no se resta sino que se suma y se multiplica. Un grupo donde cada persona que se acerca comparte, sin división. Da lo que tiene desde el corazón y así se recibe.
Semana a semana se van creando lazos que anudan cada vez  con más fuerza. Comienzas a ponerle rostro a esos relatos que llegan en forma de abrazos.
Como en todo, cada cual abraza a su manera. De tímidos achuchoncitos  a abrazos de oso.  Siempre primando el respeto y el cariño. Uno se esfuerza en corresponder,  en presentarse con las manos llenas, siempre mejorando o al menos intentando.
No se pesa, no se mide, no se puntúa, solo se COMPARTE  y aunque parezca que esto no es suficiente para crecer,  se CRECE.
Muchos amigos y sus jueves en el mejor periódico de la historia.

domingo, 17 de junio de 2012

Jueves-Jueveros




¿Cómo lo has pasado? Me preguntan, cuando he abierto  la puerta de mi casa tras un maravilloso fin de semana.
¿Cómo imagináis? ¿Cómo se puede uno sentir después de compartir dos días mágicos, intensos, con los amigos?
Con los ojos muy fijos y sus bocas abiertas me miran. Cuenta, cuenta, me dicen.
Les sonrío.
Esperad, lo estoy procesando.

jueves, 14 de junio de 2012

La mentira.



Te quise, le dijo mirándole a los ojos.
Él, al enfrentar su mirada, se vio reflejado en ese inmenso mar azul. Hoy, en calma.
Sonriendo le contestó.
Es una suerte, que entre tú y yo todo se vuelva pasado. 


martes, 12 de junio de 2012

Peinando el tiempo




Al llegar la aurora
El aroma de tu cuerpo
Se adueña de mis pensamientos
Violando mis espacios más secretos.
Me Resquebraja
Me parte en dos  este corazón
Que hospedado en la vitrina del tiempo,
Cruel marca los días sin  tus noches
Y las noches sin  tus besos.
Son en esos instantes
Cuando estallo en silencio
Hasta ordenar la palabras que habitan.
En los recodos ocultos de mi  pecho.
Primero coloco los te quieros
Que brotan a borbotones codiciando
Llegar  a tu encuentro.
Luego están los para siempre
 Después soy tuya, eres mío
Somos dos, en un solo cuerpo fundido.
Ordenados mis terrenos más febriles,
Abro ventanas y puertas
Dejándome querer
Sin resistencias.

lunes, 11 de junio de 2012

La casita de cristal.












Engalanado sale el cazador en busca de su botín. Mira, husmea, rebusca la mejor pieza. Y la ve allí, a lo lejos. Le parece inaccesible, eso le gusta. Para atraerla, la observa, la estudia. Desgrana cada uno de sus gestos hasta conocer sus porqués. La siente segura en su casita de cristal. Segura hasta ahora, piensa.
Sabiéndose inequívoco en su elección, se prepara, apunta y al intentar disparar, ella coloca un dedo, solo uno. Su yema detiene el disparo.
Le mira, sonríe.
Comienza el juego.
Voy a comerte. Serás, el cazador... cazado, le susurra.

domingo, 10 de junio de 2012

Cuarto y mitad.



            La quisieron casar con Tomás el carnicero, era un buen partido para una niña que no iba a cursar más allá de las cuatro letras elementales. Un padre inquisidor y una madre amaestrada, tenían todo su futuro planeado.
Ella le miraba al salir de la academia de corte y confección a la que le obligaban  asistir. Una mujer de bien ha de aprender a coser y bordar, le decían. Pero ella tenía sueños,  inalcanzables tal vez, pero eran suyos, eran sus sueños.
En el verano del 65 un joven llegó al pueblo para pasar junto a sus abuelos esos meses de calor agotador. Joven de ciudad, esmirriado, blancuzco y desgarbado, según su padre. Sin embargo Gloria vio en él, el camino hacia la libertad.
Asomada a su ventana, le veía llegar cada tarde al parque. Buscaba la sombra del viejo  sauce, bajo sus ramas se acomodaba. Siempre acompañado de un cuaderno y un lapicero. Sobre sus piernas a modo de mesa, lo apoyaba. Él todo lo observaba, perdiéndose entre el cielo y la tierra, entre montañas y riachuelos, luego lo dejaba plasmado en las hojas blancas, sus fieles compañeras.
Gloria no dudo. Una tarde se sentó junto a él y le hablo, lo hizo directo al corazón.
Al terminar el verano se marcho con él.
Mírala, menuda elección, si hasta le saca ella un palmo a él, dijo su padre.
Gloria caminó sin mirar atrás.
Marcelo era arquitecto, afamado y reconocido. Viajaron por todo el mundo. Alta sociedad, gente refinada. Todo lo que Gloria anheló se hizo realidad.
Años más tarde regresó al pueblo. La madre había fallecido, su funeral fue la llamada.
Tras el entierro, permaneció unos días en ese lugar, hasta solucionar la venta de la casa que en herencia le habían dejado sus padres. Curiosa, una mañana se acercó hasta la calle Esperanza, quería comprobar si la carnicería de Tomás seguía en pie y sí allí estaba.
Tras el mostrador, Tomás, con menos pelo y más kilos. Junto a él, una señora rubio teñido, de mejillas carnosas, redondas como una luna llena; poseedora de un cuerpo que se le desbordaba sobre el blanco delantal que a su cintura se anudaba.
Gloria les miró y se vio allí. Ella podría estar allí fileteando un solomillo, de haberse casado con Tomás.
 Yo, una mujer que hoy  lo tengo todo, pensó, habría estado aquí entre tanta carne colgada y expuesta, de haberme dejado doblegar.
 Su pensamiento se detuvo en esa pareja de miradas cómplices.  Algo dentro de ella se removió, sus sentimientos se le revelaban.
Pero si todo lo tengo, se dijo ¿Por qué mis ojos no brillan como los ojos de la mujer del pelo rubio teñido?

jueves, 7 de junio de 2012

Silencio, el silencio.




Sobran las palabras,
Que solo hablen las cálidas miradas,
Que  se escuchen
Los latidos del corazón,
Y los de las almas inflamadas.

ESTE JUEVES UN RELATO: Relato Encadenado



Este jueves un ejercicio colectivo. Los jueveros, hemos escrito cada uno una parte de un relato, conociendo solamente lo que ha escrito el juevero anterior. Para leer el conjunto hay que encadenar las aportaciones colgadas en cada blog ,comenzando por el de Encarni, de ahí partimos siguiendo los enlaces que cada participante va indicando hasta llegar al final.
Esta es mi aportación, que le sigue a la de Neogéminis y continua en el blog de Juan Carlos


Marta se detuvo. Un parón seco la enfrento cara a cara con Jenaro.
-Lo que ahora vas leer y vas a escuchar, júrame que jamás lo contarás, de ello depende mi vida y tal vez la tuya.
La voz sonó firme, segura, había desaparecido todo el temor hasta ahora mostrado. Introdujo la mano en su bolso sacando un sobre. Desdoblo la hoja que había dentro de él. 
-Aquí encontraras todo lo que desde hace tanto tiempo andas buscando. Hallarás las repuestas a todas tus preguntas. Comprobaras que nada de lo que habías creído como cierto, lo es.  Hay nombres, fechas, lugares. Todo, todo está en esta carta.
Cuando termines de leerla, los fantasmas han de desaparecer. Serán enterrados en este claro del bosque. Tienes que prometerlo, hazlo ahora, antes de ser parte de este secreto.

martes, 5 de junio de 2012

SE BUSCA A GUSTAVO EL POETA


Pincho el Blog Gustavo en Micro,  un mensaje:

Lo sentimos, el blog de callejamoran.blogspot.com se ha eliminado. Esta dirección no está disponible para usted, ¿COMO QUE NO EXISTE PARA MI?

!ya he vuelto a hacer de las mías!, he tocado algún maldito botón y lo borre, yo no puedo borrar a mi poeta Gustavo, a mi cuenta historias Gustavo, a mi amigo Gustavo . Lo llamaré y que me cuente que tengo que hacer para regresarlo a mis blogs amigos.

GUSTAVOOOOOOOOOOO.......

domingo, 3 de junio de 2012

Me mira la luna


Imagino mis días sin ti    
Y se me antojan espacios deshabitados,
Carcomidos por la polilla del olvido.
No puedo borrar  amor
Las espirales que nos enredan
Tejiendo un universo de caricias y de versos.
Siento tu mirada seguir mis pasos
Como perro en celo
Husmeando mis huellas marcadas
En el jardín de los sueños.
Tus labios pronuncian mi nombre
Dibujando una salaz sonrisa en el viento
como sonámbula corro hasta alcanzarla
para  que no se pierda su eco.
En la quietud de esta noche.
Es la luna
No soy yo la que ahora escribe  esto.

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