Kyle Thompson |
El ritual siempre era el mismo, dar tres
vueltas de llave a la puerta, mirar bajo la cama, correr las cortinas para que
la escasa luz de las farolas iluminara la oscuridad tenebrosa del cuarto y
encomendarme a todos los santos para que no vinieran a visitarme los espíritus
errantes. Pero cada noche llegaban. Un gélido soplo helaba toda la estancia arrancándome
de la placidez de mi sueño, yo apretaba los ojos para no verlos, me tapaba los oídos
para no escuchar ese respirar profundo venido de los confines del otro mundo. Jamás
me atreví a pronunciar una sola palabra ante ellos, pero hoy… ¿Qué queréis? grité.
¿Qué vamos a querer?, felicitarte y comenzaron a cantar, cumpleaños feliz,
cumpleaños feliz… De un salto me senté en la cama y allí estaban Laura y los
niños. Sopla la vela y pide un deseo, corearon. Soplé y pensé en ese deseo.
Luego volví a la soledad de la cama vacía y
al silencio de las almas en pena.
Otras oscuras fantasías en el blog de Yessy. MANIFESTKAN