Feliz cumpleaños
Perdone mi insistencia, pero
me siento en el deber de preguntarle de nuevo, si está segura de la decisión
que acaba de tomar. Sabe que cuando realice la llamada, no podrá dar un paso
atrás. Su presente, se convertirá en pasado.
Julia sin un atisbo de vacilación,
respondió con un rotundo, sí. Tras ese instante sus días, escritos en blanco y
negro, fueron borrados. Dejó de existir. Tras firmar aquel documento, su nueva
identidad tomó forma.
El viaje resultó infernal, tres
días en vuelta en la oscuridad más absoluta. Ni tan siquiera la levedad de un
halo de luz penetró por alguna rendija olvidada, en ese entramado de obscena
seguridad. Un solo desliz y la operación sostenida euro a euro, se hubiera
visto comprometida. El negocio era el negocio.
Hoy sentada en el banco de
madera, en este parque al otro extremo del mundo, disfrutaba feliz viéndola
corretear tras sus amigos. Ya hacía cinco años que era madre, su irracional
deseo se cumplió con María. ¡Que linda es mi niña! Se dijo.
Enrique tras llamar por
tercera vez a su esposa, entró en la habitación. La escena no le era
desconocida. Celia sentada al borde del abismo de la locura, sostenía la
fotografía de su hija. Sin mirarle susurró, – Cinco años, hoy cumple cinco años.
La perdí Enrique, yo perdí a María. Tan solo me giré un momento mientras
respondía a tu llamada y nos la robaron. Nos la robaron.
Otros maestros de lo ajeno en casa de nuestra anfitriona BRISA DE VENUS