(ISTVÁN SÁNDORFI) |
Espero el día,
en el que las palabras
dejen de ser cometas asidas a su cuerda
y por su propio peso
caigan en picado
a ras de tierra.
Espero que la torre de
Babel
construida a base de
visibles caricaturas
pierda su esperpéntica
identidad
dando paso al verde
creciente de la pradera
donde esparcir el amor contenido
en frascos saturados de
formol.
Espero que la áspera piel
que cubre mi cuerpo
con el vaivén de la olas
se torne suave
como los parpados de un niño impúber
en su búsqueda particular del arca perdida.
Espero trabar un día en la noche
y vivir los instantes
que completan su ciclo,
Evocadora respuesta a un acertijo
intacto de imágenes.
Aglutinar lo disperso, lo distante.
Me lo advertiste, lo sé
Los pétalos de rosas que ayer tendiste bajo mis pies
eran minas a punto de reventar
No lo creí,
juro que no lo creí.
Y ahora entre nuestros cimientos
crecen raíces profundas
amarrando tu alma a la mía.