Me dijo mi marido que a su jefe si se le
quería conquistar, no había mejor manera de hacerlo, que con una buena comida. Mi
Felipe aspiraba a ser socio principal del bufete del que era presidente don
Avelino, así que pensó para impresionarle celebrar una cena en casa. Él se
jacta ante nuestros conocidos de lo buena cocinera que soy, y la verdad es que
lo soy, aunque esté mal decirlo, pero lo que es de una, es de una. Mima cada
detalle sin reparar en gastos, determinó. Y eso hice, como primer plato preparé
unas verduritas sobre un lecho de ternura con una pizca de picardía. De segundo,
peineta de cristal al crujiente de jamón de bellota con esencia desbordante de
caricias. De postre, sorbete de limón cuajadito de besos entre lazos de
chocolate. Yo observaba a don Avelino cómo se le volvían los ojos al introducir
en su boca, los pedacitos de cada uno de los alimentos, luego me miraba muy
sonriente y un poco agradecido. De reojo también miraba a mi marido, que ya
acostumbrado a mi cocina la tragaba sin paladear. Concluida la velada don
Avelino al despedirse, en un descuido del resto de invitados, me susurro unas
palabras al oído.
Hoy cuando volvía de mi sesión de spa con
Avelino, en recepción me entregaron un sobre, era de Felipe, en él con letra
temblorosa había escrito: Maruja vuelve, que ni las lentejas de mi madre me
saben como las tuyas.
Si os apetece saborear otros platos muy sabrosos, pasaros por el blog de Matices.
Es que donde se pongan unas buenas lentejas....
ResponderEliminarHay que cuidar lo bueno que se tiene en casa... porque cuando menos te los espera se va. :)
ResponderEliminarUn beso!!
Que sorpresa, lo solicitada que está esta mujer
ResponderEliminarUn abrazo.
Que ricas esas lentejas , jajaja ese último párrafo es genial . Y sabes hasta aquí me llega ese olor a puchero .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
"A los hombres se les conquista por el estomago" y se les mantiene por el resto del cuerpo. Me ha encantado el final. Un abrazo
ResponderEliminarjajajaja nadie sabe el tesoro que tiene hasta que lo pierde.
ResponderEliminarbesos
Y se fue con alguien que degustaba mejor su comida, si esque estaba tan buena que en cuanto se decuido se la robaron.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre se ha dicho que las mejores conquistas y las más duraderas se hacen por el estómago. UN ABRAZO
ResponderEliminarEstupenda reivindicación. Nunca valoramos lo que tenemos hasta perderlo, aunque en este caso, Maruja tenía claro que ella no pertenece a nadie.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bien empleado, por darle excesiva "coba" al jefe. En vez de ascender, perdió lo mejor que tenía.
ResponderEliminarBesos.
Si que conquistó al jefe, sí.
ResponderEliminarBesos.
jaja eso le pasa al marido por no valorar en su momento lo que tiene en casa! Bien, por don Avelino!
ResponderEliminarIngenioso relato
=)
Vaya que dejó satisfecho al jefe.
ResponderEliminarHay que cuidar lo que se tiene, cuando se tiene, que la falta de detalles y atención traen detrás cierta decepción
Un beso, San
Con una cocina asi cualquiera no conquista a Don Abelino y a quien se ponga por delante....Genial! Y lo de las lentejas ha sido un puntazo. Besos.
ResponderEliminarNo se sabe del tesoro que se tiene en casa hasta que se pierde...aiiissss.
ResponderEliminar(Ayer comenté pero no se porque no saleeee)
Creo que los platos que puso eran los mejores para ese evento(sonrisa)
ResponderEliminarComo en casa ,nada verdad?
Besucos de verduras
Gó
jajaj... es que a mi con la peineta de cristal, ya me tenías conquistada. Vente San, que no se qué cocinar al mediodía!!!!
ResponderEliminarbesos
Si es que ya lo dice la gente, que a un hombre se le conquista en la cama y en la mesa. Maruja consiguió que don Avelino se sintiera en la mesa como en la cama, y así se lo dijo al oído el conquistado a la princesa. Me ha gustado el desarrollo que le has dado: lento y meticuloso con una pizca de erotismo.
ResponderEliminarBesos
gran triunfo del gourmet que supo apreciar " un buen guiso" y de una cocinera inspirada , Y es que en la vida y en la cocina la rutina mata
ResponderEliminarJajá, muy divertido.
ResponderEliminarY el modo de escribirlo, ágil y elegante, me ha gustado.
Un abrazo, amiga.
¡Hola! ¡Qué don para la cocina! Que conquista a quien prueba su comida. Me encantó.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Nadie puede decir que esa mujer no fuera dedicada!, me ha gustado esos agregados que ponia en cada preparación, evidentemente esos que no se compran en los supermercados hacen la diferencia
ResponderEliminarAbrazo fuerte San!
Magnifico relato, San.
ResponderEliminarCon esta receta quién no va a sucumbir ante la gastronomía de tu protagonista. Me encanto ese postre, sorbete de limón cuajadito de besos entre lazos de chocolate.
Bso
lo mas cruel de todo es que quizás si consiguió lo que quería y obtuvo el puesto...pero, descuido lo mas importante...jajajjajajajajjaja me encanta ese final..
ResponderEliminarBesosss..feliz fin de semana
mirá vos lo que hace mimar cada detalle y que no se los traguen sin paladearlos!
ResponderEliminardelicioso!
besos, chica!
Esz lo que tiene allanar el camino a terceros. No hay que dar oportunidades. Cuando uno tiene un tesoro ha de hacer lo imposible por conservarlo. No le salió bien tan alto nivel de complacencia.
ResponderEliminarMe ha encantado. Un fuerte abrazo.
Me encanta Chelo, hasta a mi me han dado ganes de probarlo jajaaj.
ResponderEliminarMe he hecho un lio, Juan, Felipe?
ResponderEliminarSe coló un Juan en lugar de un Felipe, cosas de las malas cabezas jajajaja. Gracias Maribel si no te das cuenta, se queda ahí para los restos.
EliminarUn abrazo.