Cuando
me pongo mis gafas lo veo todo, pero todo, todo. No hay nada que se me oculte,
ni siquiera una insignificante mota de polvo. Con ellas soy capaz de eliminar
con la yema del dedo esa mota, o escribir un poema, o leer en inglés, a pesar
de que solo sepa decir thank you. Nada se me resiste. No hay miedo porque todo
lo veo, hasta me veo a mi misma así como soy, con esas arruguitas que se
dibujan cuando sonrío, o con esas canas rebeldes que cada quince días con
destreza cubro con el tinte rubio ceniza. Yo decido que ver cuando me pongo
mis gafas, como decido cuando no hacerlo; basta con quitármelas. Y he de decir
que esto último lo hago dada vez mas a menudo, porque hay momentos en los que
disfruto y mucho no viendo las cosas con tanta claridad.
Ojos
que no ven…corazón que siente y feliz presiente.
Otras formar de mirar en el blod de Pepe: Desgranando momentos.
Cuan fresco lo que nos comentas y que cierto que es
ResponderEliminarMe acostumbre a usarlas y sin ellas no seria yo, ademas hay armazones espectaculares
El no verme he decidido hacerlo con el espejo jeje
Cariños mil y buen fin de semana
Muy útiles esas gafas, el poder decidir cuando usar esa visión y cuando no usarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
un filtro para ver y/o no ver según sea más dulce o conveniente... buena receta jeje
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ay, mi jiennense guapa!, como te has escabullido quitándote las gafas para no bucear en tu interior, No hay derecho a que nos hurtes su belleza, pero me ha encantado tu entrada llena de humor e ingenio. Mucha guasa jaenera que no va a impedir que yo proclame alto y claro la enorme calidad humana que posees.
ResponderEliminarGracias Chelo por sumarte a mi convocatoria.
Un fuerte abrazo.
Que monada , permíteme como dice el anuncio de decirte que has hecho un relato atrevido y sobre todo divertido desde la honestidad de verte a ti misma ...me gusto mucho .
ResponderEliminarUn abrazo San y feliz fin de semana.
Me tendré que comprarme una de esas, porque hay cosas que mejor no ver, y otras que me muero de ganas.
ResponderEliminarUn abrazo
Las gafas eso es lo que tienen que te las pones o te las quitas según te convenga. Me parece estupendo, yo a veces hago igual que tú.
ResponderEliminarBesos
No es mala manera de utilizar las gafas. Te compro la idea, es una buena manera de ahorrarse disgustos. Como nuestra común amiga Ester, yo me apañaba con el espejo, en lo que a mí atañía.
ResponderEliminarBesos.
tener la capacidad de aislarse de "las motas de polvo" que nos rodean, es una ventaja que envidio.
ResponderEliminarPues yo pensaba que esas gafas no existian....me encanta tu sentido del humor, besos.
ResponderEliminarEsta vez me toca disentir, pues amo ver y también sentir, ya sea para bien o para mal (o en rima, no lo hice adrede jajaja) Aunque también admito que, para según qué momentos, viene de maravilla cerrar los ojos y dejarse llevar ;)
ResponderEliminar¡Un besazo!
Yo tambiēn prefiero no ver con claridad. Un beso.
ResponderEliminarY lo cierto es que algunas cosas (que cada vez son más) mejor ni siquiera saberlas, mucho menos verlas...
ResponderEliminarSaludos,
J.
claro que si, uno decide cuando abrir la puerta o no... saludos y nos leemos...
ResponderEliminarNo hay "mejor" ciego que el que no quiere ver. Sí señora, estoy de acuerdo con el modo interesante de utilizar tus gafas. Me las prestas, tal vez no me sirvan y así veré menos todavía, jajaj ( tienes pendiente una anécdota para cuando volvieras ;) )
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ResponderEliminarDisculpa la tardanza, San
Estupendas gafas, original y divertida introspección. Bonita manera para ver ver la vida más apacible, y relajante.
Abrazo
Muy original y claro.
ResponderEliminarBesos.
Buenas tardes, San:
ResponderEliminarMe ha parecido muy fresca tu reflexión, impregnada de naturalidad, y a la vez la encuentro muy actual, inspirada en lo que tienes presente.
Me cuesta escribir textos reflexivos frescos, imagino que en señal de que no me gusta mi impresión presente, y cualquier tipo de texto que transmita naturalidad, de ahí que siempre se los asigne a mi heterónimo. Por eso admiro tanto lo que has contado y cómo lo has contado.
Un abrazo, San.