DE BLANCO
Mi amiga me había hablado de un hombre que
hacia cosas.
– ¿Pero qué cosas? Pregunte yo.
–Cosas, respondió, sin darme un solo detalle.
Si quieres saber, acompáñame.
Mientras nos acercábamos al lugar me adelantó: él, toca.
-¿Toca? A mí no me gusta que me toquen, tú ya
lo sabes. Me incomoda, me intimida, no me gusta que un extraño invada mi espacio.
Al llegar al lugar, nos recibió un hombre
vestido de blanco. Su voz, como su forma de mirar eran cálidas. Recelosa, no
sabía si eso me relajaba o todo lo contrario.
Nos condujo a una habitación pequeña, en
penumbra. Con un gesto, me invito a subir a una camilla. Allí tumbada mi
corazón comenzó a retumbar.
- Relájate, me dijo y acercó su mano a mi
frente, mientras explicaba lo que iba a hacer. Yo cerré los ojos, y como cuando
era pequeña pensé: No veo, no estoy, no está.
Todo era silencio, él se giró y de espaldas a
mi hizo como si rezara, luego saco un péndulo y lo fue pasando por distintas
lugares de mi cuerpo.
-Son tus chacras, explico y se detuvo en el
centro del pecho. Una y otra vez, lo fue pasando arriba y abajo por ese lugar,
mientras su entrecejo se fruncía. Su rostro dejo de ser inexpresivo, me miró
directamente a los ojos y dijo: Está cerrado.
Yo enfrenté su mirada de clara preocupación y
le conteste: Solo parece que lo está.
Entonces frotó mano con mano y las dejó
suspendidas sobre mi corazón. Un calor intenso llegó hasta a mí.
Al salir, mi amiga me miró y exclamó: ¡Lo que
no hagan unas manos!...
(Dedicado a mis amigos que hacen REIKI)
(Dedicado a mis amigos que hacen REIKI)
he recurrido a esas manos ¡tantas veces!. De hecho nací por imposición de manos de un cura que hizo mucho por mucha gente, el Padre Mario Pantaleo.
ResponderEliminarMe ha gustado el tinte de tu escrito, y el hecho de que además lo hayas transcripto.
Y es verdad, lo que no hagan unas manos...
ResponderEliminarHola Sam, unas manos sanadoras son una maravilla, el REIKI es muy efectivo si la persona que va a esas manos se deja curar.
ResponderEliminarPodemos hacer maravillas con las manos, con las palabras y con el amor, todo bien conjugado.
Mis felicitaciones por tus amigos del REIKI.
Con ternura te dejo un beso.
Sor.Cecilia
Conozco ese don de manos, esas piedras que desprenden energía (o no sé bien qué, solo sé de resultados), alguna vez lo he probado y ciertamente me hacía muy bien. Me encantó perderme en tu letra propia, es como escudriñar un poco en la persona, un poco más aún, adentrándonos en este conocimiento que vamos teniendo de unos y otros.
ResponderEliminarUn beso y un apretón de manos:
Gaby*
He llegado tarde a comentarte lo que dice Tracy. Bueno, que estoy de acuerdo, en lo del Reiki, digo. Un beso.
ResponderEliminarSan, yo tengo una amiga que hace Reiki y hace poco dio una charla a la que asistí. En verdad que resultaba fascinante.
ResponderEliminarBuen fin de semana juevero.
Un abrazo
Las manos tienen poder para muchas cosas y en muchos sentidos. Saludos y apretones de manos a los amigos del REIKI, otra forma de dar vida a las manos y con ellas. Saludos al surfista y a las olas hojas que lo persiguen.
ResponderEliminarBesito mano a mano.
En primer lugar, un privilegio conocer algo tan personal como es tu letra: acerca mucho esto de la virtualidad y demuestra que la blogos está hecha por personas, lo cual ya lo sabíamos, claro, pero jueves como este lo actualizan y lo hacen presente.
ResponderEliminarY luego, pues mira, mi esposa hace Reiki y eso del uso de las manos y el calor que generan (y sus efectos positivos), lo he podido sentir en mi propia carne.
Un beso
Querida San, he tenido la fortuna de experimentar lo que narras en primera persona. Es así.
ResponderEliminarUna oleada de sensaciones físicas que acompañan el acomodamiento y la sintonización de nuestros puntos energéticos, de todo nuestro sistema en sus distintos planos.
En mi caso, solucionó mi problema de pánico en siete sesiones. no fue "magia" o nada que suene a charlatanería, se trata de algo real, el permitir el libre fluir de la energía a través nuestro, destrabando nuestras obstrucciones permitiéndonos recuperar el equilibrio. Y las manos son los canales para lograrlo. Por lo que sé, nunca te tocan, sólo se posan más o menos cercanas a nuestros chakras pero es más que suficiente para que la energía fluya.
Hermosa y clara caligrafía la tuya!
=)
Un abrazo
Gracias, San, por la dedicatoria y por la descripción tan sensible y directa de tu encuentro con la energía. Yo también soy reikiana y puedo decirte que en mi vida hay un antes y un después de la iniciación.
ResponderEliminarUn abrazo de todo corazón,
Dorotea
San,
ResponderEliminarJamás he hecho REIKI, pero desde hace poco estoy en una terapia con plumas y cuarzos. La verdad es que las sensaciones que puedes llegar a percibir y lo que éstas dicen de ti, de verdad son interesantes. Me alegra que tus letras se extiendan hacia estos usos de las manos.
Un abrazo.
Esa energía y calor positivo que se transfiere a través de las manos es maravilloso, siempre admiré a quien tiene el don para poder hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
te había leído ayer y no te había comentado...
ResponderEliminarno me ha hecho falta volverte a releer para saber de qué te quería comentar...y te quería comentar que no estamos , creo yo, acostumbrados a manos ajenas, que no nos acabamos de hacer con esas manos ajenas que toqueteen nuestro cuerpo...no estamos acostumbrados a manos ajenas a que nos palpen, a que reconozcan nuestro cuerpo...a veces he pensado que ni nosotros mismos estamos acostumbrados a tocarnos...¡ah, no hablo de lo sexual! yo creo que el lenguaje de la piel se ha perdido en aras de la babosidad del pecado sexual...entre comillas esto último...
medio beso, agente secreto de jaén.
Dicen que la fe mueve montañas, y si a esto le añadimos unas manos amigas, el resultado puede ser de lo más satisfactorio.
ResponderEliminarUn abrazo!
Pd. Nunca había oído hablar del reiki. Me ha gustado conocer esta terapia.
Confieso mi total ignorancia en lo que a la técnica del REIKI se refiere. Sí sé de la importancia de la proximidad del otro, aún cuando no se produzca un contacto físico directo.¿Acaso, por ejemplo, no nos sentimos ahora como flotando después de haber pasado un par de días con grandísimos amigos? Gracias por haberlo hecho posible.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Chelo.
Y yo que me sentí identificada con tu relato ¿por qué será?
ResponderEliminarAdemás identifiqué al dueño de las manos, ¿a qué es extraño?
Creo que todo fue un sueño,jejeje.
Un beso.