Cuando
los hombres se reunían en torno a la hoguera, el nombre de Isabel siempre se
pronunciaba. Los más jóvenes, muy atentos, escuchábamos narrar las historias
del buen hacer de esta mujer.
Al
alcanzar la mayoría de edad, como regalo, mi padre me pagó el viaje hasta la
ciudad donde decían que realizaba sus trabajos. Durante las horas que
precedieron a mi llegada, no hice más que imaginarla. Dibujaba su rostro y su
figura, uniendo cada detalle escuchado en ese boca a boca. Pensé que su casa se
vería de una forma especial, pero mi sorpresa fue encontrar un lugar sencillo,
lleno de detalles delicados. Pulse el timbre, una mujer con el pelo recogido y
la cara manchada de harina, sonriendo, seguro que por mi asombro manifiesto, me
invitó a pasar. La seguí hasta la cocina, mientras me preguntaba por el motivo
de mi visita.
–Busco
a Isabel, me hablaron de ella, tengo dinero y puedo pagarle sus servicios. Su
mirada se entristeció.
–Eres
muy joven, cada vez sois más jóvenes. Isabel soy yo, y lo que buscas ya no lo
hago.
–Tengo
dinero, volví a decir un tanto avergonzado. Se encogió de hombros y siguió con
su tarea. Me dejó vivir con ella hasta que terminó el verano, necesitaba a
alguien que le ayudara en la tienda que regentaba.
Durante
ese tiempo pude descubrir cosas de las que nadie habló. Aprendí valores que mis
mayores olvidaron inculcarme y fui feliz. El verano llegó a su fin. El último
día de mí estancia allí, Isabel me dijo: ven, hoy tendrás lo que venías buscando.
Esa noche disfruté del Vuelo del Colibrí.
(Recordando una película que vi hace ya algún tiempo)
Otras leyendas en el rincón de Judith
El relato genera una intriga sobre Isabel, tan mencionada por los mayores, imaginada por los jovenes. El relato parece decir que tiene una apariencia juvenil, además de ruisueña.
ResponderEliminarLa historia de Isabel es especial... en tu relato breve emana tanta personalidad! Me gustan muchísimo ese tipo de personajes
ResponderEliminarBesos abisales
Me has engañado, creí que la cosa iba de otra cosa, el final logró sorprenderme gratamente.
ResponderEliminarBuena historia con un desenlace inesperado. Gran intriga sobre Isabel. Saludos San!!
ResponderEliminarTu historia es un viaje iniciático que me ha recordado algunos pasajes de Siddhartha, la novela alegórica escrita por Hermann Hesse. Y además es un relato encantador.
ResponderEliminarUn beso
No se como se las apaña, pero es que todo el mundo ama a Isabel.
ResponderEliminar¿volvió a hacer lo que hacía?
ResponderEliminarel colibrí bate las alas ¡hacia arriba! a más de 50 movimientos por segundo... hasta ahí he llegado... no sé si es una danza exótica o una postura a añadir a las 100 registradas (101 contando el misionero)...
ResponderEliminarque no todo es lo que en principio piensas que va a ser, y que incluso es mejor que no lo sea y que sea algo más y algo distinto, vale.
que el joven aprende esa diferencia del viejo que sabe, bueno.
un abrazo ó 3
Isabeles puede que haya muchas, pero lo del vuelo del colibrí... me ha intrigado. Puede que algún día sepa qué es ese vuelo. Mientras tanto... un beso.
ResponderEliminarES QUE, SAN, ESTOY CON TRACY...PODRÍA DEJAR LAS MISMAS PALABRAS.
ResponderEliminarTAN SÓLO AÑADIR QUE EN MIS TIEMPOS, CREO QUE CERCANOS, VI UNA PELI DE ESE MISMO CORTE: ALGUIEN QUE DECÍA QUE YA NO HACÍA "ESAS COSAS", PARA, AL FINAL, ACABAR HACIÉNDOLAS POR EXIGENCIAS DE LAS CIRCUNSTANCIAS.
PERO EN TU TEXTO, LLEVADO CON EL MISTERIO HASTA...NO, LLEVADO POR POR UN CAMINO FALSO, PARA ACABAR SORPRENDIENDO DE VERDAD, LO QUE S EPROPONE ES...ES EL MISTERIO VERDAERO: OBSERVAR Y VER Y DISFRUTAR DE LA BELLEZA REAL.
MEDIO BESO, SAN-CHELO.
Enigmático final, apara un bello relato. Entiendo que lo menos importante es saber en que consiste el Vuelo del Colibrí. Para mi, es la fantasía, lo no previsto, lo que nos queda por vivir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las leyendas urbanas son eso, leyendas. Hay que saber las cosas y verlas con nuestros propios ojos para juzgar .Besicos.
ResponderEliminarhola, ya estoy de vuelta, el estreno fué muy bien
ResponderEliminarQue hermoso relato. Me gustaría ver el vuelo del colibrí
Besos
... y que cada uno imagine el vuelo del colibrí. Felicidades.
ResponderEliminar¡Cuantas Isabeles harían falta para endulzar este mundo!
ResponderEliminar;o)
Ya te andaba extrañando yo, con tus escritos, que me gustan, me sorprenden y hasta me llenan de alegría, porque la vuelta que nos haces dar.
ResponderEliminarMe voy contenta, de leerte.
Un abrazo :)
interesante... no me dejas decir otra cosa, y es que muchas personas ven las cosas de diferente modo, no importa que sean tus abuelos o tus padres, siempre existe el modo diferente de observar y de aprender, me hubiese gustado ver esa película para poder entender mejor tus palabras, sé a donde lleva tu entrada ya que tengo la mente muy abierta, pero conocer los detalles de la misma es otra cosa, en mi casa al menos mi padre, nunca mencionó a ninguna isabel, ni de trabajos hechos con la piel, encontré a isabel en el colegio y menos mal que no tropecé, como todos tropezaron en el final de curso, quizás porque no tuvieron a una madre como la tuve yo, conocedora de toda circunstancia y de todos los tras pies de la adolescencia.... buen relato, me has atrapado con tus palabras y me has hecho recordar momentos casi olvidados.... besos!!!
ResponderEliminarahhh me ha encantado la manera en que con pocas palabras nos metes en la piel de este personaje entrañable, capaz de dar mucho más hondo de lo que aspiraban a recibir tantos hombres!
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel no envejece, es el tiempo el que hace a los jóvenes más jóvenes.
ResponderEliminarBss
Isabel es de esas personas que marcan, sin dudas.
ResponderEliminarLe has puesto sentidos y piel al personaje, brindándole un carisma especial. Creo que en la vida siempre nos topamos con alguien, capaz de transmitirnos verdades, sueños, vivencias que serán irrepetibles.
El final inesperado tal vez, pero bello y suave como el vuelo del colibrí...
Besos! Lindo fin de semana!
Gaby*
Hola San
ResponderEliminarVaya que Isabel se transformó en una leyenda para los hombres de esa ciudad. Me quedo intrigada acerca de saber quien era ella en realidad que enseñó valores al joven. Y el final no lo entendí bien, pero el relato bueno como todos los que realizas.
Un abrazo.
Pd.- Te acabo de enviar un correo
ya no se dedica a eso,por eso ella en la memoria de quienes la conocieron la recuerdan y sin duda se hizo mito urbano
ResponderEliminaracá existe un lugar tan mítico en las mismas lides
llamado la Casa de la Tía Carlina
hasta le han hecho musicales y obras de teatro basado en sus historias
muy buen texto SAN felicitaciones
haces que el ojo lector se adentre y descubra entre líneas tramas
y consecuencias
ten un excelente fin de semana
abrazos
Bonita la leyenda de Isabel, yo también quiero que me enseñe a descubrir el vuelo del colibrí!
ResponderEliminarUn beso!!
Isabel encarna la sabiduría y el conocimiento. Van a ella y sólo tras un período de aprendizaje, de convivencia con Isabel, están preparados para ese momento mágico de aprender el "vuelo del colibrí", son merecedores de aprender, de recibir aquello que Isabel puede transmitirles.Así es como yo percibo tu historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
No compró, Isabel le permitió ganarse lo que andaba buscando y seguramente por eso lo llevará consigo toda la vida. Bella y realizable leyenda.
ResponderEliminarBesos.
Buen relato, cortito diría yo (me habría gustado profundizar más en la historia), con una historia interesante y que no es la que parece.
ResponderEliminarBesos.
Una Isabel metida en faena con harina por el pelo y las manos y el delantal y la risa y la memoria. Queda entristecida. Al final conocemos a las personas y ya no hay que pedir nada.
ResponderEliminarSan, San, con colibrí o sin él que importante es la harina.
Un beso.
Una historia que nos despierta interés, porque está contada de una forma amena. Nos acercas el personaje pero la duda del vuelo del colibrí, la dejas flotando en el aire... Buen recurso amiga, que utilizas con calidad!!!
ResponderEliminarbesos
Ya ves que hay cosas que no se pagan con dinero jejejeje. Un besazo y muy buena leyenda.
ResponderEliminarBonito cuento con evidente revoloteo final. Es el Premio a la paciencia y a la curiosidad. Muy bien envuelto, justo y suficiente. Un regalo de texto para una Isabel agradecida.
ResponderEliminarBesos
Nos dejas con la miel en los labios, ese "vuelo del colibrí"....
ResponderEliminarBesos
Leyendas inventadas e infundadas. Me ha gustado que el chico descubriera que Isabel se ganaba la vida vendiendo otros artículos de primera necesidad. Es un relato tierno y muy lleno de humanidad, además de la dosis necesaria y sugerente de sensualidad.
ResponderEliminarun abrazo
Didáctica y bonita historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, yo creo que Isabel era una mujer que iniciaba a los jóvenes en el sexo, pero que ya no lo hacía por dinero, sin embargo, la última noche le regaló el "vuelo del colibrí" después de haberle enseñado otras cosas.Me dejas con la duda de saber exactamente qué es el "vuelo del colibrí", ¿tal vez algún tipo de danza?...Me ha encantado aunque no se si lo he interpretado bien.
ResponderEliminarBesos
plas, plas, plas
ResponderEliminarme has dejado impresionado con tu relato, con su final y con la historia en general. Genial
Me encantó de principio a fin. Un cuento más que leyenda con moraleja incluida: quien la sigue la consigue. Felicidades amiga. Un beso
ResponderEliminarMuchos detalles a descubrir en tu historia, redonda historia que nos descuelga con ese final inquietante... que estamos todos dandole vueltas al vuelo del colibri. ¡Que lindo!
ResponderEliminarUn beso
Muy interesante aporte; como dice una canción "qué será, qué ser..La referencia cinematográfica la desconozco. Un beso San!!!
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