¿Bailamos?
Paseaba sus
carnes, sin importarle el bamboleo rítmico, que se producía alrededor de las
caderas, siguiendo el compás que le marcaba el sonido de los tacones sobre el
entarimado. Le gustaba sentirlas libres, sin opresiones que dejaran huella en
la blanca y suave piel, herencia de su abuela. Los tiempos de sentirse
culpable, por lo que otros decían eran excesos, habían pasado. Ganó la batalla
al desprecio, a la humillación y a la indiferencia, y como vencedora, arrancó
de los espejos, el manto negro con los que los había vestido. La imagen deforme
del otro lado, se alió con ella, saboreando el chocolate con churros que él le
invitó a tomar aquel lunes de pascua y que con auténtica lujuria relamió sin
dejar apenas una gota. Y para gota la que recorrió la nuca de Diego, viéndola
pasar su lengua por el borde hueco de aquella tacita de fina porcelana.
-¡Ay! Qué
rico…dijo sin desprender sus ojos de los de un Diego totalmente entregado.
Otras bellas pinturas en casa de Neo
Pardiez qué hambre! :P
ResponderEliminarBuenísima tu explicación de ese Botero tan sugerente.
ResponderEliminarLas formas generosas de los personajes de Botero -pese a la casi ausente expresión en sus caras- logran conmover al observador por la inusual estética que rescata del menosprecio y la postergación. Además maneja sutilmente el color para destacar lo que le interesa remarcar.
ResponderEliminarLinda historia de superación de complejos y temores nos traes, San, felizmente ellos se encuentran y hallan con ellos la felicidad.
Un abrazo y gracias por sumarte!
=)
Qué bueno San! y no solo por los churros con chocolate que ella tan buen supo sacarle partido jaja, sino por la forma tan original y brillante de aplastar los complejos que nos han impuesto la moda, usos y costumbres de la sociedad que nos ha tocado vivir. Te has fijado en sus axilas, no están depiladas. Esta chica era toda una revolucionaria :))
ResponderEliminarun abrazo
Uff!! Mi querida San, me gustó leerte.
ResponderEliminarHacía tiempo que no lo había podido hacer pero ya estoy aquí.
Un beso y buen jueves.
m
Que difícil la liberación de esos cánones de belleza que tanto exclavizan a la sociedad de hoy en día. Tierna esta historia de liberación de la protagonista. Besos castos y puros...jajaja
ResponderEliminarMe encantan las mujeres de Botero, esa otra belleza que no se esconde y me encanta la historia que has hilvanado con musica.
ResponderEliminarbesos
Buena solución al arte de Botero.
ResponderEliminarBuen cuadro y buena interpretación revindicando la autoaceptación y el estar satisfecho/a con su propia imagen.
ResponderEliminarDan gamas de pedirse un chocolate si no fuera por la hora que es, jejejejeje
Un beso :-)
LA BELLEZA ESTÁ EN EL OJO DEL QUE MIRA.
ResponderEliminarAsí me gusta, y sin despeinarse!
Bsssss
¡Bravo! Un placer para los cuerpos, ese chocolate, esas carnes sin complejos frente a tanta propaganda anorexizante.
ResponderEliminarY me has recordado muy agradablemente a Cabrera Infante, podría ser una escena de la Cuba de antes de Fidel contada por él.
Besos.
jajajajaja.... me encanta!!!! primero porque me sentí completamente identificado con imagen de tu entrada, y es que en mi familia existen muchas personas super obesas, tanto que existe como una especie de gerarquía, las gorditas se llaman "las mucho" y las supergoditas "las super mucho" pero existe entre todas una completamente excepcional y libre de complejos "la extra super mucho" quees simplemente la jefa de toda la manada de chicas de pesos pesados, pero aún así, cuando estamos todos juntos, la gordura simplemente sale sobrando cuando estamos en familia, todos nos divertivos y todos gozamos, liberándonos de los complejos, porque sólo existe un motivo para la reunión que es pasarla bien y ser feliz al menos por una tarde..... grandiosa entrada, besos!!!!
ResponderEliminarUn relato ideal para las que les cuesta perder kilos. Las pinturas de Botero son bellas e inconfundibles. y ensalzan eso: la gordura sana. Muy bonito tu texto San.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡muy buen relato con grandes tintes humorísticos y de realidad amiga San!!!!
ResponderEliminarjajaj
ResponderEliminarBuenísimo!! ganó la batalla perfecta y la guerra ;D
Besos abisales
Afuera los complejos!, no hay como la aceptación y quererse a uno mismo tal como es. Has dado vida a esos personajes tan característicos de Botero, ricos en carnes y despreocupación. Se lo ve espléndidos bailando juntos... y ni cuento la cara de satisfacción con la que me la imagino ante esos churros con chocolate! Por favor!
ResponderEliminarExcelente tu relato.
Besos!
Gaby*
Menudo filón encontró Botero con su arte, jajaja. Bien, vuelve a encajar en épocas actuales como encajaba a principios del siglo XX. A mí no me llama especialmente la atención. Respecto al fondo "social", no estoy de acuerdo con algunos comentarios ni de lejos, pero vale, cada uno es muy libre de decir lo que piensa o lo que no piensa. Yo siempre tiraré hacia el equilibrio (si puedo).
ResponderEliminarUn besito :-)
Un cuadro delicioso, como la historia que explicas. La libertad antes que nada. ¿A quien le importa lo que yo hago? como decía la canción.
ResponderEliminarUn abrazo
cero tranca, de eso se trata la vida
ResponderEliminarde hacerla un gozo y una vibración clara
te dejo el blog de mi querida compañera de taller, Jenny
http://prohibidodecirteamo.blogspot.com/2013/02/la-fiesta.html
es uno relato de tantos que tiene (como una saga) donde el peso o sobrepeso es el protagonista
abrazos y feliz fin de semana
Menudo festin le espera al bueno de Diego. Que ambos lo disfruten.
ResponderEliminarDespués de un buen chocolate con churros se quitan todas las penas, complejos, y otras historias. Me ha gustado el baile y el movimiento de caderas :) ahhhh y la combinación de texto y cuadro.
ResponderEliminarUn beso, guapa
Me gusta que además de aceptarse se sienta sexy, y lo haga sentir a los demás.
ResponderEliminarUn beso.
El primer paso para conseguir la felicidad que nos es permitida, es la aceptación de uno mismo, sin complejos de ningún tipo. No importa la fealdad ni la obesidad ni los defectos físicos. Lo que importa es lo que somos y eso no viene marcado por el continente, sino por el contenido. Una vez asumido que dificilmente cambiaremos nuestro envoltorio físico, la felicidad se nos muestra más cercana. Lo has resaltado magníficamente bien, San.
ResponderEliminarMe gusta el cuadro, sus colores y el ritmo de los cuerpos. No sé la verdadera intención de Botero al pintar esos cuerpos tan voluminosos pero tu le has dado una excelente interpretación. Un final erótico que pronostica una noche bien aprovechada.
ResponderEliminarBesos.
Leonor
Me encanta Botero, tiene una sensualidad especial.
ResponderEliminarY tus palabras le dieron voz, a los personajes, entrañables, gozosos, valientes, sensuales, lindos, hasta da una pizca de envidia de ser un ratito ellos.
Precioso San!!!!
Abrazo grande :)
Excelente historia te ha inspirado este cuadro, tiene ese toque de humor y a la vez deja pensando en cuanta importancia tiene la imagen para el ser humano, me gusta la parte en que saca esos mantos negros con que cubrió los espejos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Totalmente de acuerdo...
ResponderEliminar... entregado a TUS RELATOS...
Besos de verano
Al ritmo del baile y un chocolate de por medio, a Diego se le hizo la boca agua jajjaa.
ResponderEliminarInsinuante y delicada entrada.
Salvo el sobaco sin depilar de la mujer...Con este calor no se yo...jajaja.
Besos querida amiga.
pues, quién sino vos y tu mirada, encontrarían estas letras para esta imágen?
ResponderEliminarhe acabado de leerte riéndome en secretas carcajadas, porque eso es lo que hago cada vez, querida San! me paseo y me bailo,sin importarme el bamboleo rítmico, que se produce alrededor de mis caderas... y ni sabes!
qué bonito que lo pintas, chica!