Vestida de blanco puro,
adornada de azahar,
camina despacio,
sin prisas hasta el altar.
Muñeca envuelta entre tules,
fruta sin madurar,
tierra sin conquistar.
Un quiero y no puedo,
un puedo y no debo,
el sueño de otros
en ella cumplido hoy está.
No quiero testigos
ni rosas, ni fiestas, ni vino.
Toma mis manos
salgamos a volar
que el mundo se detenga
escapemos de este lugar.
Tú y yo
yo y tú.
solos y nadie más.
Con un sí quiero
despacito en tu oído,
basta para comenzar.
Claro.
ResponderEliminarPara que más con esa tierna complicidad.
Un abrazo San!
Y hasta es posible que esas palabras ni siquiera sean para el que la espera en el altar.
ResponderEliminarSociedad de formas, más que de setimientos.
San...la dulzura y sencillez de tus palabras han hecho un hermoso poema.
ResponderEliminarPetons mi niña.
Pues si, solo es preciso ese Tu y YO para iniciar ese proyecto de futuro que es la pareja, odo lo demas..... simples testigos, importantes algunos pero nunca imprescindibles
ResponderEliminarUn beso
el corazón sabe lo que la razón ignora
ResponderEliminarbello poema primaveral San
beso
Yo no necesitaría nada más. Toda esa parafernalia de las celebraciones, me gustan muy poco, a veces dura más el fiestorro que la vida en pareja. Como dijo Saint-Exupery, " Amar no es mirarse uno al otro, es mirar juntos en la misma dirección"
ResponderEliminarBesitos San y feliz primavera.
El poema es muy bonito, pero la realidad de la pareja no tanto, algunas tienen suerte y les dura el contrato, pues eso de firmar papeles grises para amar... es una canción de Nacha Guevara.
ResponderEliminarEn todo caso, felicidades a todas las parejas.
Besos nupciales