Hoy la señora oscura cruzó la calle que separaba ilusiones y esperanzas.
No dudó en atravesar,
no preguntó número, piso o escalera.
La dirección que le marcaron a fuego, en ese turbio papel, era clara.
A paso lento, cuervo negro, negro grajo,
sobrevoló el frío mármol del portal que le acercaba a ella.
Dos, tres, siete, ....
Frente a la puerta tocó: toc,toc, toc.
Abre, estoy aquí, acércate.
Ella extendió su mano tibia,
dos lágrimas se formaron en sus ojos,
unos ojos que jamás volveran a ver el azul de la mañana.
El día se torno noche y el silencio reinó.
quizás golpea puertas equivocadas muchas veces... nos molesta que aparezca cuando menos se la necesita... prolongamos la existencia y al fin y al cabo nos encuentra... quizás pensar que es un placer encontrarla cuando es nuestro momento de conocerla nos alivia un poco la tensión... no hay que temer lo que va a suceder... hay que prepararse para saber afrontar los miedos previos. saludos!
ResponderEliminarLo siento.
ResponderEliminarUn abrazo San!
Es cierto Gastón en ocasiones golpea en puertas equivocadas, pero así es la vida, en este caso son tres hijas las que la recordaran cada instante.Hoy ha sido una dura tarde.
ResponderEliminarGracias Ceci.
las palabras se quedan cortas cuando quieers expresar un sentimiento tan intenso como el del dolor por quien quieres
ResponderEliminarconsolamos con palabras para apoyar y dar fuerzas a quien su dolor es más intenso
y por educación, por respeto no gritas AAAAHAHHHH
que es lo que de verdad deseas, resignación es la llave que empleamos para templar espíritu
Lamento tu dolor San y aún lejos paso mi brazo por tu hombro
Lo siento, San
ResponderEliminarUn abrazo
Imposible evitarla, !qué injusto!
ResponderEliminarCon mi cariño, San, y sobran palabras. Sólo que en la memoria os perdurará siempre, en lo mejor de sí misma.
Ánimos, besitos.
¿ Sabes? Tuve entre mis manos las manos de mi madre el dia 4 de julio del pasado año, cuando se fué de este mundo...
ResponderEliminarDesde entonces he pensado que no es tan terrible...
Dejó de sufrir, dejó de sobrevivir, que no es lo mismo que vivir... Y se fué con mi padre que es con quién quería estar...
Desde entonces, no me dá miedo la muerte, La hecho mucho de menos, pero yo misma le dije:
-Mamá, márchate si quieres, has hecho un estupendo trabajo....Tienes derecho a descansar...
Es ley de vida, sé que no consuela, pero mitiga el dolor-
Un beso muy grande....
-
San, si tu sentida entrada tiene un trasfondo personal, permiteme expresarte mi pésame.
ResponderEliminarEs una visita segura esta de la Parca, y año a año se nos hace más presente que es lo único cierto por mucho que luchemos contra ella. Debemos estar preparados siempre.
Un beso
Gracias a todos. Sí, faltan palabras cuando llega sin avisar, es terrible, una joven amiga que deja mucha vida sin vivir.
ResponderEliminarLo siento San duele mucho el partir de un amigo que no verá los primeros brotes de esta primavera. Disfrútalos, contémplalos por ella que ella seguro mirara por ti en su jardín del cielo.Un beso
ResponderEliminarDoloroso es atravesar un trance así. Parece ser que nunca se logrará sobrellevar...pero el tiempo ayuda. Mientras tanto, una mano amiga logra mitigar en mucho la angustia y la desazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
No me gusta la señora oscura! :(
ResponderEliminarQue en estos días tan duros estés acompañada de tus seres queridos.
Muchos ánimos y abrazos.
La muerte es parte de la vida, pero cuando nos toca de cerca, duele y mucho.
ResponderEliminarBesos animosos.
Es muy triste, muy.
ResponderEliminarBesos, San
Esta visita, antes o después, siempre llega, pero como bien dices, a veces lo hace en momentos equivocados, cuando estamos seguras que esa persona, aún tenía muchas cosas por hacer en este mundo. Su visita, aunque esperada, es siempre muy dura. Lo siento San, te dejo mi abrazo.
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