Julián había luchado incansablemente para conseguir el lugar en la empresa que ahora ocupaba, mucho dejo atrás, demasiadas horas de entrega absoluta, dedicación total.
Cada mañana sin despertar a Lola salía de casa aún con la luna dibujada en la noche. Hoy no era un día distinto, afeito su rostro, vistió su cuerpo y amaneciendo se marchó.
Al salir sintió una punzada en el pecho, en sus ojos la figura de Lola se reflejaba, su cuerpo semidesnudo sobre la cama, el pelo alborotado y esa sonrisa. ¿Qué estaría soñando? Pensó.
Llegó al despacho inquieto, deseoso del olor de Lola.
No lo dudó: María anula todos los compromisos para el día de hoy. Me marcho.
Entro en aquella silenciosa habitación, Lola aún dormía. Se desnudo frente al espejo del armario, feliz, hambriento. Se miró y su mirada quedo petrificada, tras las cortinas unos pies descalzos explicaban la sonrisa de Lola.
Algunos pies más encontrareis en casa de Gustavo
Vaya, vaya, con la Lola. Ésta, no se fue al puerto, se trajo al marinero a sus cortinas.
ResponderEliminar¿Que tendrían esos pies descalzos que hasta en sueños arrancaban una sonrisa?
Divertido relato... bueno, no tanto para Julián.
Besos
Pobreeeeee.
ResponderEliminarMuy bueno, esta Lola es mucha Lola aunque estar en el pellejo de Julián debe ser tremendamente triste :(
Besos
Nunca se sabe por dónde nos saldrán los pies desclazos de la sorpresa.
ResponderEliminarUn guiño a los pies amantes que Lola oculta y que el traidor espejo enseña.
Magnífico entramado como de comedia de enredos con los pies...¿para qué os quiero?
Besito, San.
por deduccion, llego a la conclusión que tampoco llevaba calcetines?, posiblemente no llevaría pantalones, de ser hombre, Queda sin aclarar si los pies son femeninos, masculinos o neutros, lo que nos lleva a la conclusión que la historia posiblemente no termina aqui.
ResponderEliminarbeso
Lola! nos has sorprendido a los dos, vaya que momento.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, bueno, dá igual si los pies era de hombre o de mujer... era la prueba del delito... Es curioso si le pregutaran: ¿Cómo supiste que te engañaba?
ResponderEliminar-Porqué le vi los piés...Besitos
Pobre señor, que mal hacía TODOS sus trabajos.
ResponderEliminarUn peligro esas cortinas que no llegan al suelo, de todas formas un/a amante totalmente clásic@.... detrás de las cortinas, solo superado por el tópico de la cornisa, jajajajajaja
ResponderEliminarun beso
Qué divertido!!!!! Sorpresivo e inquietante final.
ResponderEliminarUnos pies ocultos...mmm...mmm...
Me gusta el comentario que dice del pobre señor que hace mal su trabajo....jajaj Tal vez Lola fuera insaciable, jajaj
Al pobre Julián no le caigamos, ya bastante tiene con el relato de nuestra querida Chelo!!!!
BESOTES AMOROSIENTOS.
jajajaja... tremendo! tremendo final! me gustó mucho de verdad! atrevido y perfecto! besos san!
ResponderEliminarjajaja SAN, siempre me divierto con ese final inesperado. Pobre Julián, menuda sorpresa se llevó, sin duda tuvo una mañana muy agitada.
ResponderEliminarUn beso
Vaya jugadita de la Lola con inquietante final,
ResponderEliminarescribes muy bien, un grato placer leerte.
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
¡Sexo!¡Sexo!, siempre el dichoso sexo. ¿No se puede hablar de otra cosa?
ResponderEliminar; P
Lo que cuentan unos pies, eh? jajajaj...
ResponderEliminarBuenisimo relato de jueves San :))
"Deseoso del olor de..." Me ha gustado mucho
Besos cómo los que da Lola
jajajaaja...esos pies delatores asomando bajo las cortinas! jejejeje ahh...me imagino la sonrisa picarona de Lola y la cara de estafado del pobre Julián!jejeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas veces la vida es una puñetera. Pero también entra dentro del juego del vivir, algunos veces les toca a unos y otra veces a otros, es así...
ResponderEliminarAbrazos.
Ah, picarona Lolita! Pues que lo pase bien la mujer! Haberle puesto su señor consorte la sonrisa que ella necesitaba... o a lo mejor le gusta demasiado sonreir a la señora Lolilla!
ResponderEliminarBesito, amiga!
Vaya marron para el pobre Julian, el todo ilusionado y ella toda satisfecha por el tio de los pies. Muy curioso tu relato, me gustó.
ResponderEliminarSoy nuevo por aqui, te dejo mi blog por si quieres darte un paseo, amigosdesabores.blogspot.com
Un abrazo
A veces, se piensa tanto en el trabajo que te olvidas de la gente que de verdad te importa. Julian estaba ilusionado, pero, tal vez, Lola lo único que quería no era que el tuviera mejor trabajo, que normalmente va unido a tener una mejor vida económica y menos tiempo. A lo mejor, lo que Lola quería es que la hiciera más caso a ella... Es la primera vez que paso por aquí, me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarEste engaño Me parece algo terrible. Además, narrado con tanta naturalidad por parte tuya. ¡No me esperaba francamente un desenlace así! Puede que ni siquiera se dé una oportunida al reproche de palabra. Mucho menos a la reciprocidad en la mentira. ¡Menuda metedura de pata la de ese amor a su trabajo!
ResponderEliminarTésalo
Nena, ¡que no me lo esperaba! ¡Qué corte!!!!! Pensaba que lo ibas a meter en la cama a él y que se iban a amar con locura, con todo su cuerpo, con píes también. Yo te mato!!!!!! Te mato a besos!!!!!
ResponderEliminarVaya con la prueba del delito!! No hay nada como una sonrisa delatora. La Lola que detalle!! jajajjajaja
ResponderEliminarUn besazo detras de la cortina.
Pobre Julián, creo que desde ahora en vez de cortinas pondrá visillos en las ventanas...jajaja.
ResponderEliminar¡Ah!, y la cama bajita para que no se esconda nadie debajo.
Estupendo relato amiga.
Besos.
Olá, boa noite!
ResponderEliminarSe puder, visite meu blog de Poesias! Felicidades e bastante saúde, hoje e sempre.
Se quiser me adicionar, me seguir, vou gostar de ter seus coments.
Grande abraço,
João,poeta.
www.ludugero.blogspot.com
Até mais!
Já te sigo com alegria!
Uyy! los pies que asoman bajo la cortina! Todo un clásico!
ResponderEliminarLe acertó Julian al asociar la sonrisa de Lola con esos pies descalzos. Muy bueno tu relato en clave de humor negro (sobre todo para el pobre protagonista), excelente tu síntesis como siempre, no tiene desperdicio!
Te mando un besito
Ceci
Está claro que Julián equivocó su escala de valores. El trabajo es necesario, pero mantener el amor lo es más, si no lo haces así, acaba alguien escondiéndose detrás de las cortinas con los pies descalzos e intuyo que el resto del cuerpo desnudo y alterado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me he leído de un tirón el relato buscando "los pies al gato". Y mira por donde estaban detrás de la cortina. Y Lola haciéndose la dormida...
ResponderEliminarEstupendo relato, San. Se me hizo corto.
Un abrazo.
Maat
Ohhh pobre Julián! Si fuera él me vestiría despacito, le diría a los pies detrás de la cortina "ya puede salir maestro!" y con un "pásenlo lindo" me iría para no volver y que labure otro para mantener a Lolita jajaja!
ResponderEliminarun beso
Me parece que debo entrar como Anónima, soy Any
Holis , te ví por allí y me vine por aquí , me gustó mucho lo que visto , éste post : QUE MOMENTOOOO ! Y pensar que generalmente le damos tan poca importancia a "Los Pies", jajaj ,(dicen que son los Cimientos de Nuestra casa,cuerpo)
ResponderEliminarSaludito Un Gusto !
Cris//mujeresdeSincuenta
Me incorporo por fin, varias cosas me han tenido alejada. Muy bueno tu relato, yo creo que es mejor avisar cuando se vuelve a casa a una hora no habitual, vamos, por si las moscas, eso de ver unos pies descalzos asomando bajo las cortinas, yo creo que no debe de sentar muy bien, prefiero darle tiempo a que se marche con los zapatos puestos, je, je. Besitos.
ResponderEliminarPar de pieses delatores esperando dar el sarpazo.
ResponderEliminarEstupendamente sutil
Felicitaciones por éste atrevido y bello relato, San.
ResponderEliminarRECUERDA QUE LA VIDA ES BELLA
Y QUE TÚ ERES PARTE DE ELLA
POR ÉSTA RAZÓN.....VIVE FELIZ....
Te deseo un feliz fin de semana y te envio un beso...
~Charo Bustos~☻
a parte de que es una historia...a parte de que explotas al máximo la extreches de las 150 palabras, a parte de que me encanta la historia, debo de decirte que acabo de descubrir, al leer tu relato que no sólo las mujeres disponen de un sexto sentido, del cual dios o el diablo me libres, si no que también los hombres lo tienen...aunque quizá, y es lo que me temo, lo tengan demasiado dormido...vamos, que tan sólo les funcione con mucho retraso...pero, oh, mujeres, si hago caso de tu relato, que dios o el demonio os acojan, pues parece funcionar en el momento más inoportuno...
ResponderEliminarmedio beso desde la cama y sin nadie tras las cortinas.
No sé porque blogger te pone como si la entrada estuviera recién escrita, pero, abundo en el comentario anterior: un señor rutinario, que hace todos los días lo mismo y que aun por encima no sabe ganarse el sustento, no puede aspirar a que Lola no se busque alegrías en otro lado.
ResponderEliminarYo le regalaría unos calcetines al escondido y me iría a trabajar...
Oh, no!
ResponderEliminarEs la exclamación que me ha salido al terminar de leerte.
Pasión que se agrieta, amor que se resquebraja, pobre Julián.
Para tí, escritora, un beso.
Uuuy, de nuevo abocado al anonimato. Soy (o al menos era) Juan Carlos