No tengas miedo ¿crees en mí?
Me tomó las manos y yo la seguí.
Perdido entre las tinieblas de la noche no alcanzo a recordar lo vivos colores del arcoíris de la vida. No alcanzo a recordar el color de las miradas. Con las yemas de mis dedos recorro tu rostro y descubro la fina línea que dibuja tu boca y me sorprendo al tropezar en tu sonrisa.
No hay luz que alumbre los rincones secretos de las grises aceras y entre tinieblas mis pasos van pisando sobre tus huellas, hasta llegar al sendero llano donde me siento seguro, donde cada instante está donde ha de estar, donde cada momento es lo que debe ser.
Tus ojos son mis ojos, a través de ellos descubro todo lo que al nacer la diosa fortuna me negó. Tú me has enseñado a mirar de frente este mundo que cada día descubro a pesar de mi ceguera. Has sido mi lazarillo, mi bastón, mi guía, mi compañera.
He saltado barreras, murallas, escalado montañas hasta alcanzar la cima. He aprendido el significado de quiero y de puedo. He aprendido a disfrutar de todo lo que pueda parecer insignificante para aquellos que mirando no ven.
Oigo, palpo, saboreo, camino, corro y con mis ojos cerrados veo.
No tengas miedo ¿crees en mí?
Cuando uno cierra los ojos, lo ve todo negro, yo siempre me he preguntado, que veran las personas con discapacidad visual. Pero cuando comencé a estudiar la carrera, en el trabajo de final del segundo año, me tocó en concurso, explicar este tema, ignorante de mí, quería mostrar a mis compañeros cosas que otros no mostraran, por ejemplo, esas preguntas que yo me hacía.
ResponderEliminarNadie supo contestarmelas, y un día decidí vendarme los ojos, y solo sentir, aunque únicamente fuera por unos momentos, hice una actividad con arcilla, que luego también he realizado con mis alumnos para que aprendan a empatizar, en ella con los ojos vendados, modelaba un pájaro de arcilla, me dí cuenta, de que aun así, en mi mente, iba imaginándome el pájaro y cuando me destape los ojos, en la arcilla solo había quedado un pegote.
Pero en ese momento, me di cuenta, de que estoy segura, que en su mente, mientras andan por la calle, tocan a su pareja, caminan, oyen ruidos, mientras ocurre todo eso, una imagen esta formándose en su cabeza, y probablemente sea mejor que la real, porque ellos la han creado.
Me ha encantado esta entrada, prueba de ello mi extenso comentario jejeje. Creo que si mañana tuviera que volver a exponer ese trabajo, los metería en tu blog a leerla.
Un beso.
¿No se dice "confianza ciega"?
ResponderEliminarSiempre me ha asombrado la capacidad tactil de los ciegos, el hacerse una idea del otro a través del tacto, esa unión reforzada de los sentidos al servicio de la mente.
Un beso
La fe mueve montañas, y la fe en uno mismo es esencial para sobrevivir. El sentimiento de supervivencia es superior al de cualquiera minusvalía. A través de la piel, con el tacto un ciego puede conocer a una persona igual que cualquier vidente. Estos sentidos multiplican su función al faltar uno de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
HOLA San este es el tercer comentario que intento escribirte, no se que le pasa a mi Wifi, esta mañana, que cuando lo tengo listo para enviar se me desaparece.
ResponderEliminarSolo queria decirte que estoy y conozco el problema, y que a pesar de no ver como nosotros, ellos perciben mucho mejor, en los intrincados vericuetos de las almas de las personas digamos "videntes". Tienen acceso libre a muchas sensaciones, que nuestros ojos no vén.
Un abrazo San.
También ellos necesitan sentir amor. Pero creo que lo que más desean (y siempre lo consiguen) es ser autónomos: es tan importante saber que querer es poder...Y cuando un sentido nos falta, todos los demás aumentan en proporción.
ResponderEliminarBello relato SAN
ResponderEliminarAunque carezcan de visión, estas personas llegan a desarrollar los otros sentidos mucho más que la mayoría de personas. Como sucede en todo, lo más importante es la actitud que tengan ante la vida y aún en situaciones difíciles ellos pueden "ver" lo que otros muchas veces no vemos.
Un abrazo
Cuando se tiene el amor, la amistad, el miedo se amortigüa, la vida cobra el color interno de todos los matices, complicado de decir con la luz en los ojos, pero esa ceguera cuenta con los demás sentidos y esas huellas para seguirlas. Besitos amiga San.
ResponderEliminarcierra los ojos un rato ¿te das cuenta de la cantidad de cosas que percibes?
ResponderEliminarun saludo
marian
La vida siempre nos recompensa. Ante la falta de uno de los sentidos, los otros se desarrolan y compensan ésa pérdida.
ResponderEliminarSolemos "ver" mucho mejor con los sentimientos, que con los ojos.
Buen relato, querida amiga.
Un relato muy bien logrado, San.
ResponderEliminarUna amiga mia les ha propuesto a sus alumnos intenten reconocer a sus compañeros, con los ojos vendados y sólo siguiendo las líneas del rostro con los dedos. A mí me ha parecido una tarea de lo más interesante.
Sólo puedo imaginar la importancia de memorizar los rasgos y la piel del otro en una relación tan profunda como la que describes.
Besos.
"donde cada instante está donde ha de estar, donde cada momento es lo que debe ser...."
ResponderEliminary va san-chelo y escribe esto...toma ya¡¡¡...por que no has dicho lugar, no te has referido a sitios, te has referido al reino del tiempo...toma ya¡¡¡ también los ciegos tienen instantes, cómo no o faltaría más, pero se supone que su seguridad priviene de los lugares, del espacio...se supone, pero, a lo que veo, por que yo sí eo, tu ciego está seguro en los instantes, creo yo que valdría decir también en las sensaciones...
medio beso
Una preciosidad de relato, no sabes como admiro a las personas que sin ver, caminan llenas de seguridad con su perro, o sin él, a veces coincido con una chica ciega en la guagua, me admira como se baja siempre en la misma parada sin preguntar a nadie. También yo pienso que al no ver, el oído y el tacto se agudizan mucho. Suelo cerrar los ojos al ducharme (es para activar zonas del cerebro que tenemos sin usar) me maravilla el aroma del gel, me llega mucho mejor con los ojos cerrados, y también los sonidos llegan mejor, haz la prueba. Besitos San.
ResponderEliminarConfianza ciega, como dice Manuel, ese "ver" por los ojos del otro, desde el corazon del otro, atraves de la piel del otro... vamos a llamarlo amor.
ResponderEliminarUn beso
Confiar, mira que es difícil, yo creo que es el verbo mas difícil de conjugar en todas sus formas y para colmo a ciegas.
ResponderEliminarBesos confiadísimos
Muy buen relato. Genial relato de Jueves.
ResponderEliminarcuando no miramos y nos dejamos llevar es cuando comenzamos a ver.
Saludos.
Y con los ojos cerrados vemos...
ResponderEliminary creo que al final, de eso se trata la vida...
paz&amor
Isaac
Muy bien reflejada esa ardiente oscuridad, con una escritura pausada y caudalosa.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Yo sólamente tomaría unas manos, las que ya en su día tomé y jamás me arrepentí de ello. estaría ciega en la vida sin él.
ResponderEliminarBeso.
Quizá tú no lo notes; como nos pasa con las saetas del reloj, que no las vemos correr y sin embargo, de hora en hora se han desplazado 360 grados.
ResponderEliminarTus textos son cada día más brillantes, más cuidados; describes con limpieza y claridad.
En fin, que está siendo un gusto leerte.
Besos
De pequeña, cuando me mandaban de vacaciones a Algeciras, había un vecino ciego y era él quien me avisaba de los baches del suelo o los posibles charcos... me fiaba totalmente de él, no se equivocaba nunca. Y sí, era totalmente ciego; pero según la hora del día podía haber charcos en el suelo porque para el calor, las vecinas, echaban agua en las puertas para refrescar las entradas de las casas ¡y él lo sabía! pero yo no jaja.. qué buen relato que me has recordado a tan buen vecino :)
ResponderEliminarun abrazo
Ver con el corazón deberíamos hacer todos, el corazón siempre nos dice la importancia de las cosas y nos enseña lo que es más esencial.
ResponderEliminarLa confianza ciega, de ganarla, es maravillosa y de tenerla en alguien es ideal, un sueño.
Precioso relato San.
Besos.
Se hace dificil un mundo sin luz. Ellos lo saben bien y saben desarrollarse como personas autónomas, gracias a su fuerza de voluntad y al desarrollo del resto de los sentidos.
ResponderEliminarUn cuento brillante.
Un abrazo
Bello paseo confiando en tu mano de escritora. Tengo la misma confianza en tus letras que el protagonista.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Este relato me parece excelente, deja poso. Esa mano amiga, esa confianza que si se siente se puede seguir a ciegas.
ResponderEliminarMuy bueno, amiga, abrazo fuerte.
Hermoso San! Lo disfrute desde la primera letra a la última. Me pareció un homenaje tierno y agradecido de ese alguien hacia su guia y compañera.
ResponderEliminarTe mando un gran beso
Ceci
Tener un lanzarillo uff no creo conveniente, porque que pasara si falta esa persona? como podra desenvolverse sin ella, sabes ante una discapacidad deben aprender a ser totalmente independientes no dependientes...
ResponderEliminarAunque tu relato me gusto...solo hablaba ante una discapacidad que muchas veces cometemos el gran error de proteger, pero hay que enseñarlo a ser autónomos..
beso
Cada vez es más complicado confiar, supongo que hay que esperar que esa oscuridad que no es conocer a las personas se abra en luz y aún así ante la merma de los sentidos, hay quien nos abre los sentidos y nos da su mano...
ResponderEliminarLo prometido es deuda, por aquí ando a medio gas pero leyendo vuestros relatos.
Preciosa descripción de la confianza ciega, Besos!!!!