-Cada cual tiene lo que se merece, le había dicho al cerrar la puerta tras de sí.
El sonido de la ruda voz quedo incrustada, cual asesina daga, atravesando su corazón. Roto ,se sintió roto.
No alcanzaba a recordar el instante, esa milésima de segundo en la que todo su mundo se desmoronó, en la que percibió la fría realidad de esa equivocación que le llevo al punto exacto en el que se encontraba en este momento.
Se había dejado llevar, siempre a la espalda de las más estúpidas excusas. “Es la juventud la que no me deja ver, es el compromiso ofrecido, es la familia, es, es, es.”
Pero nunca se lo achacó al miedo, miedo a levantar la voz y decir esto no lo quiero. Rutina, comodidad convertida en fría monotonía. La que olía ahora a podredumbre, la que no encuentra la puerta de salida y si la encuentra sus pies no responden a las ordenes de su cabeza.
-Bueno D. Marcos ¿se queda por fin con el coche? Le apremió el vendedor…..
-Sí, creo que sí (¡que remedio!
Sabes San, existen muchas personas así, a veces hemos pasado en algunos momento de nuestras vidas por situaciones parecidas. En este caso las apariencias y el estatus dan poder, lo mismo es el poder que nace del brillo de un bolso de charol y quizá dentro haya muy pocas cosas, pero la imagen es muy importante, el resto son accesorios de segunda mano.
ResponderEliminarDeberiamos ser más asertivos? Sí. POr supuesto.
Un abrazo.
El miedo mata.
ResponderEliminarLa canción elegida.... perfecta.
ResponderEliminarQue difícil es a veces decir que no, ¿verdad?, que difícil a veces no dejarse arrastrar por la rutina, por la via cómoda, y cuantas veces nos arrepentimos después de haberlo hecho y no haber tomado la opción que en el fondo queiamos.
Tu protagonista se comprará el coche pero en el fondo sabrá que no era eso lo que realmente quería.
Un beso
Cuantas decisiones guardamos en el armario, por temor, cuanto sueños sin atreverse a salir de nuestro interior...
ResponderEliminarLo has contado tu magnificamente.
Un beso.
Maripaz
Aprender a decir "no" es una de las lecciones más duras de aprender, difícil pero necesaria si no queremos pasarnos la vida lamentando el momento en que en vez de decir no, dijimos sí sin convencimiento alguno.
ResponderEliminarBuen tema San, que nos sirva de reflexión.
Un abrazo.
debemos decir sí o no cuando eso sea lo que queremos decir, sin presiones de ningún tipo, ser nosotros como somos en todo momento y lugar.
ResponderEliminarEXCELENTE ENTRADA.
BESOS
Tuve una época que me resultaba casi imposible decir 'no'... afortunadamente me liberé de ese lastre :)
ResponderEliminarEl miedo toma decisiones por nosotros, a veces.
ResponderEliminarel carácter es el fruto de la educación, y del hogar...
ResponderEliminarmuchas personas pierden su identidad en aras del SI,saludos San
Yo necesito un coche nuevo....teneis algo opara mí?..un beso desde Murcia..seguimos...
ResponderEliminarCuanto cuesta a veces decir que no, la presión del que diran, del aparentar, del miedo a sentirnos menos que el resto, creo que a mi, supongo que como a muchos, a veces henmos dicho que si cuando estábamos deseando decir no. Generalmente nos arrepentimos en el mismo momento de contestar.
ResponderEliminarBuen relato
Un abrazo
A decir "no" hay que aprender y no es tarea fácil.
ResponderEliminarBuen tema y mejor relato.
Un abrazo
Cada vez me alegro más de no tener carnet, no te imaginas lo que ahorro, además de no tener que decir: sí, ¡qué remedio! Aunque tento otros miedos.
ResponderEliminarBesos.
Que bien lo has narrado San, con lo difícil que es atreverse a decir "NO".
ResponderEliminarYo conviví durante 5 años con un varón, que le costaba la vida decir "NO", sobre todo en el plano laboral.
Besos pro-noes
Yo afortunadamente aprendi a decir No..
ResponderEliminarMe ha gustado tu entrada, esta muy bien relatado.
Besos
yo tambien me pase mi tiempo delante del espejo diciendo " no", Luego te das cuenta que es eso lo que de verdad quieres
ResponderEliminar