El vaivén de las olas cuando el viento recio las azota,
se me antoja el origen de la vida; primario, rudo, casi salvaje. En su bravura
llegan, se alejan y vuelven, rugen o jadean, invitándome a seguirlas en su
baile ancestral. Con avaricia atesoro la etérea sensación de placer que me
embarga. Sin miedos me adentro hasta rozar levemente sus aguas de espuma y cristal.
Ellas como una caricia furtiva, se adhieren a mi piel amamantando mis hambres.
Me recuerdan tus caricias. Entonces pienso en ti, no sé por qué, pero siempre
que miro al mar pienso en ti. Y es que hay historias de amor que son
como el mar, unos días viven en calma y otros, verdugos insomnes, embisten
contra las rocas hasta tornarlas arena fina, donde los pies descalzos se hunden
dejando huellas deslindadas. Huellas donde se desnuda la tierra en un guiño
íntimo, donde los últimos rayos del día se filtran antes de llegar la noche,
pero que desaparecen cuando el mar lascivo las lame. Yo quiero ser como esas
huellas, ser el útero donde el arcoíris se cobije para perpetuar sus colores,
ser el estanque donde se bañe la luna llena de verano, ser el pozo salino donde
tu sombra busque refugio, antes de que
llegue la última ola y borre todos nuestros paseos a la orilla de La Línea.
Hoy frente a este horizonte que raja el cielo y el mar,
sé que volverás a mí, me lo dice el murmullo de las olas.
Otras relaciones con el mar, la mar, en el blog de Encarni.
El mar es romántico sin quererlo.. Esa unión calma con el cielo trae paz... Cuando está bravo trae incertidumbre... Como las parejas, como el amor...
ResponderEliminarPor eso también me encanta la playa... Besos!
Un bonito y tierno relato , donde el mar es la celestina de un amor .
ResponderEliminarUn abrazo.
El mar es lo que tu ves, es como tu quieres que sea. Incluso te habla. Un abrazo
ResponderEliminarQué bonito,Sam!!
ResponderEliminarCuando voy a la playa y entro en la mar ,mi mar,me siento como en vientre materno.
Y es una sensación que la tengo desde hace tiempo,aunque soy prudente con laa mar,perome fascina y tu poema me ha hecho recordar la experiencia.
Gracias
Besucos
Gó
!Bello texto! Generas una sensación de calma y relajación con esa profunda armonía con que describes tu inspiración.
ResponderEliminarBeso
Hay historias de amor que se apropian del paisaje en donde nacen y consiguen evocarse vivamente en cada regreso a ese lugar en que fueron confirmadas. Bello texto, San. Un abrazo
ResponderEliminarLas olas siempre vuelven, serán otras pero tendrán el mismo sonido, y cubrirá con su presencia todo el mar de recuerdos. Precioso Chelo.
ResponderEliminarUn beso salado
Excelente metáfora.
ResponderEliminarEs que el amor y el mar se compaginan más que bien....precioso tu relato con sabor marino. Besos.
ResponderEliminarMuy hermosas tus letras !!
ResponderEliminarBesos
He sentido al mar acariciandome mientras te leía. También a mi el mar me trae bellos recuerdos de momentos vividos junto a él. Me agrada esa espuma de esperanza que se desprende de ese "sé que volverás a mí". Es lo que te dicen el murmullo de las olas y pienso que está en sintonía con lo que quieres oir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
llevamos en nuestros genes que antes fuimos seres marinos, nos seduce siempre el mar, como la llama que baila en el leño.
ResponderEliminarMe confieso adorador del dios del trueno, pero también soy adorador del dios del mar y en esta segunda vocación me identifico con tu relato. Muy bueno, querida amiga. Besos.
ResponderEliminarMuy bello. Un saludo.
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