Hacía días que había prometido una visita a mi madre, hacía días que había prometido ordenar su caja de recuerdos, así es como ella llama a esa vieja caja de madera labrada en la que guarda amontonadas las fotografías de la familia.
Historias ilustradas aún sin orden, viéndolas así tan en rebeldía, parece que el tiempo no ha transcurrido, que los días se detuvieron en el instante en el que la cámara lanzo su flas, quedando en un solo momento, la vida dibujada en ese pequeño trozo de papel.
Sobre la mesa del salón comienzo a colocar una a una esas viejas fotos, como si armara un solitario, esta aquí, esta allí. Algunas llevan anotada en una esquina, la fecha exacta en las que fueron tomadas, la tinta algo gastada, el tiempo no perdona, otras las intuyo por el acontecimiento celebrado.
La pedida de la tía Paquita y el tío Jacinto, la bisabuela Ana en el campo junto a los girasoles repletos de pipas girados al sol , la boda de papá y mamá, el abuelo José vistiendo uniforme militar.
Mi abuelo José, hombre imponente, de niña me daba un poquito de miedo, yo tan pequeña él tan grande. Observo que siempre queda en el centro de los retratados, presidiendo la composición, hecho curioso me parece ahora que vuelvo a mirar una a una estas instantáneas, nunca había reparado en esta casualidad.
Sigo revolviendo en el pasado, cuando la caja se encuentra casi vacía, aparece una pequeña fotografía, arrugada, des tintada. Es mi abuela Consuelo, quizás en esta imagen no alcance los veinte años. Lleva el pelo recogido, sus carnosos labios entreabiertos parecen esperar un beso. ¡Qué guapa se la ve! Serena como el mar en calma. Dulce como la más dulce melaza. Junto a ella tomándole las manos un hombre, ¡un hombre que no es mi abuelo!, ¿Quién es este hombre que la mira tan embelesado? Curiosa estampa, ella reflejada en los ojos de él y él perdido entre los ojos de ella.
La giro para ver la fecha en la que fue tomada y quedo realmente sorprendida, no hay fecha, solo una frase escrita con una preciosa caligrafía.
“Tan solo una vez te soñé y entre mis sueños fui tuya”
¿Y esto?
Mi madre en la cocina prepara la merienda, distraída canturrea.
- ¡Mamá! grito, ¿en qué año se fue el abuelo a Alemania?
Buena historia.
ResponderEliminarMe gusto.
ResponderEliminarMe hizo ver tu relato, hasta sentir el olor a la fotos.
Un abrazo!
¡Qué bonito! He recordado cuando pude hacer algo semejante con los recuerdos de mi madra.
ResponderEliminarEs una muy bonita historia, entender entresijos secretos de una vida que nos presentan tan planas y simples de nuestros antecesores.
Besos, amiga.
Jajajaaa, a la larga se develan los secretos. Tengo también una caja de esas,..ahora que pienso podría ser tu madre San; digo por la edad y la caja de papeles y fotos viejas.
ResponderEliminarAhora recuerdo la historia de amor imposible de mi bisabuela,...algún día la cuento.
Abrazos y +1 ((:))
Qué bueno!
ResponderEliminar“Tan solo una vez te soñé y entre mis sueños fui tuya”
ResponderEliminarPrecioso!!!
Besos de fotografía
intuyo que tu abuela vivió o sintió algo especial por alguien especial. Muy bonita historia.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu comentario en mi blog.
Jaajaja SAN, otro final inesperado. Me encantó la historia tan familiar que todos tenemos por ahi.
ResponderEliminarBesitos
Ja,ja,ja, qué salada eres San,me has sacado la carcajada, eres genial.
ResponderEliminarUna historia preciosa, cosas que pasan, anécdotas entrañables y muy contadas.
Un beso.
Qué buena historia, San. Qué bien contada!
ResponderEliminarNo hay nada nuevo bajo el sol....jaja
Un historia "encantadora".
Te dejo un fuerte abrazo y unos panqueques para el desayuno...
Una historia preciosa para inciar unas investigaciones que te den todos los instantes y revivirlos por ellos y ése amor que tanto les hizo soñar...
ResponderEliminarEs lo que sucede cuando revolvemos los papeles que forman parte de nuestra propia historia.
Besos, guapísima!
Los recuerdos te van envolviendo y tu mundo se vuelve de color sepia. Pequeños tesoros que descubren nuestro pasado a través de nuestros antepasados.
ResponderEliminarExquisita redacción, sentida y casi vivida en tiempo y lugar.
Felicitaciones San.
Bello, bello, bello, todo ha sido un encanto para el alma.
ResponderEliminarY.....todos tenemos nuestro recuerdo guardado celosamente en nuestro corazon......tu no????
Cariños
Me ha gustado este relato en el que vas dibujando cual pincel de palabras una historia entrañable. Felicidades querida amiga. Cada día te superas. Besos
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