Dos por uno
En cuanto llegara al hospital le contaría todo, se dijo
Cándido infundiéndose ánimos. Seguro que Virtudes, su Virtudes, lo entendería,
total eran cosas de familia. El especialista le explicó ante su incertidumbre,
que era más que probable que su hijo naciera con ese gen. La ley de la
genética, sentenció, y su tatarabuela lo portaba…
El parto se adelantó un par de semanas, ante tal
imprevisto sin espera, tomó un taxi y llegó sola a la maternidad. Durante el
trayecto un único pensamiento le acompañaba. Tenía que haber hablado con
Cándido –se repetía Virtudes entre contracción y contracción–. Total solo fue
un desliz sin importancia, no creo que la suerte venga de espaldas…, pero ya no
había vuelta atrás. Inspiró con fuerza y empujando, dejó salir la nueva vida
que hasta ese momento había latido dentro de ella. Por la cara de los que estaban
allí, supo que sus sospechas se materializaron: el bebé era negro, como la
noche negra en la que se dejó vencer por un instante de locura, en la despedida
de soltera de su amiga Lola.
Cándido compungido entró en la sala de recuperación. Sin
espera abrazó a su esposa mientras acelerando las palabras, desahogaba su
corazón. –Tenía que habértelo contado antes de…, la tatarabuela era negra,
igual el bebé… balbuceó conteniendo unas lágrimas rebeldes.
Su comprensiva esposa suspiró dejándose abrazar, mientras
una sonrisilla sibilina en recuerdo del boy
color chocolate, se dibujaba a escondidas en su mente. Con palabras calmas
consoló a su marido.
– ¡Ay amor!, yo casi caigo muerta al ver el color de
nuestro hijo, y resulta que ha heredado el gen de la tatarabuela… Nada, no pasa
nada.
Más deseos y más oscuros en casa de CHARO
Jajaja un gen que le vino al pelo, jejejejejeje
ResponderEliminarDemasiadas casualidades en un texto lleno de ingenio y fino humor. No sé si reflejan una realidad, pero según algunos estudios, el porcentaje de hijos fuera del matrimonio que pasan por estar concebidos en él es muy elevado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y Feliz Año 2015.
Bueno para todos. Me encantó.
ResponderEliminarjaja por suerte esta vez todos salieron ganando
ResponderEliminar=)
Un match point en toda regla
ResponderEliminarQué bueno San, ja ja ...nunca sabremos si fue el gen o el desliz , en cualquier caso Virtudes respiró ante la confesión de Cándido. Por cierto, ja ja los nombres están muy bien escogidos!
ResponderEliminarGracias por participar y Feliz Año Nuevo!
Besos
Lo que hay que agradecerle a las abuelas y no digamos a las bisabuelas. Con su buen hacer han sabido salvar un matrimonio.
ResponderEliminarLa virtud fue flaca, pero la candidez borro toda sospecha.
Brillante relato pleno de humor.
Un abrazo.
Y a lo mejor fue una sorpresa de la genética debido a un desliz ancestral.
ResponderEliminarSiempre puede haber un negro en el árbol genealógico. Por otra parte, ya es el segundo relato que leo en que el objeto de deseo es un hombre de color. Parece que la fantasía de las chicas viene por ahí. ;-)
ResponderEliminarJajaja es genial este relato! Lo bien pensado que está y lo bien resuelto que queda!
ResponderEliminarA veces la suerte está de nuestro lado y creo que en este caso estaba del lado de Virtudes!
Me divertí mucho, y te felicito por tu originalidad.
Un beso enorme.
jajaja qué malas somos las mujeres!! :))
ResponderEliminarLo mejor de los cuentos es que todos/as acaban contentos y satisfechos de quedar conformes con el final. Bonito.
un abrazo
A veces es mejor esperar un poco antes de hablar.
ResponderEliminarBesos y feliz año.
Jajajaja...nada, no pasa nada...pero podía haber pasado...qué maravillosa casualidad la del nacimiento, la de la tatarabuela y magnífica casualidad que por unos segundos él confesara antes...
ResponderEliminarClaro, conciso y redondo...