creo que cuatro o cinco.
Como
era la pequeña de la casa, todos pensaron que el primer día de colegio, sería
para mí traumático ¡Qué equivocados!, y es que no contaban con mi nueva “seño”,
Sor Dolores.
Era
esta una maestra dedicada en cuerpo y alma a la educación. No fue a rezar
precisamente a lo que enseñó, sino a leer y a escribir. Pero no con los ojos,
sino con el alma: aprendimos a amar la lectura y la escritura.
–Un
universo por descubrir, –nos decía, –la llave necesaria para que todo cobre
sentido.
Los
primeros contactos fueron con cuentos sencillos, de princesas y príncipes, de
hadas y duendes, de animales que hablaban y algunos, incluso, volaban gracias a
sus enormes orejas.
Pero
lo que realmente me impactó y dejó un recuerdo imborrable, como primer libro,
no sé si por su tamaño grande, o por que yo era tan pequeña, fue una Biblia que
cada viernes colocaba sobre un atril. Allí subida era tan alta como ella.
Estaba
toda ilustrada con unos dibujos de muchos colores alegres y llamativos.
Sor
Dolores con un puntero marcaba los renglones para que no nos perdiéramos entre
tantas líneas, nos contaba cada hecho, descifrando las palabras difíciles y complicadas.
Yo ensimismada la escuchaba sin pestañear apenas.
Así
de esta manera tan sencilla, aprendí el valor de las palabras y comenzó mi
pasión por ellas.
Cierto que los libros nos brindan todo un mundo por descubrir. Mi afición a la lectura se remonta a mis primeros años de adolescente.
ResponderEliminarbss.
A José lo alentó otra monja sor Angustias, a tí sor Dolores, nombres algo dramáticos para mujeres sensibles, capaces de inocular en una niña la pasión por leer, no solo bíblias béllamente ilustradas, yo la leía con grabados de Doré que me fascinaban.
ResponderEliminarEl poder de las imagenes primero y después el de las letras, deberíamos dar las gracias a aquellos o aquellas que nos enseñaron el camino de los sueños infinitos, todos.
Tu rindes homenaje justo, con bellas palabras aprendidas hasta que hoy eres capaz de hacer con ellas "milagros".
Besito.
Leer es como besar... quien no lo hace con frecuencia, se le nota en la lengua.
ResponderEliminarNo todo el mundo tiene buenos recuerdos de su paso por el colegio de monjas y, sin embargo, tu tienes el mejor que se puede tener.
Un saludo
Desde luego si una tiene un buen profesor que te enseña a amar la lectura, tienes un punto ganado, tú tuvistes esa suerte, lo mío fue más autodidacta, porque en el colegio, la verdad es que no sentí esa necesidad, el profesor hace mucho.
ResponderEliminarUn abrazO
Agradecer a los primeros maestros, en tu caso Sor Dolores, por esa semilla que planto en ti como a tantos otros. Para amar las palabras y llevarlas como alimento mas adelante para el alma.
ResponderEliminarUn abrazo San.
Cuánto debemos agradecer a esa inductoras, monjas, maestras que nos introdujeron en el mundo de los libros, que hicieron posible que nuestra mirada, nuestros horizontes, fueran más allá de lo inmediato. Que traspasáramos la barrera de la imaginación y viviéramos otras vidas. Y que amaramos los libros.
ResponderEliminarun hermoso relato
Saludos
Las palabras nunca fueron vanas, ni las dichas ni las escritas.
ResponderEliminarEse libro que mencionas es, quizá, el más extendido en los hogares y el menos conocido, y es una pena. Historia, leyendas, cuentos, amor, odio y violencia, todo sobre un fondo amarilleado por las centurias.
Esos maestros que son capaces de rozar nuestra alma de niños y nos muestras un camino, en este caso un camino de letras, esos, digo, son los únicos que merecen ese nombre: Maestros.
Un beso
En los libros para niños -sobre todo- la manera en que se presenta el texto, tanto por las ilustraciones como por el tipo de letra y la ornamentación de la cubierta, es fundamental para que su descubrimiento sea disparador de futuras lecturas. Muy afortunada fuiste entonces por haber tenido esa apasionada maestra!
ResponderEliminarUn abrazo
Tamaña manera de aprender a ver, a comprender. Porque existen las preguntas, porque podemos salirnos de nuestro yo para comunicarnos con esas otras voces, que si sabemos escucharlas nos traerán LA respuesta.
ResponderEliminarQué bueno que hayas aprendido a abordarla así. Ni en Teología de mi carrera de Letras lo he aprendido!
Buffff, cuantos recuerdos, aún tengo alguno por casa...las monjas, no tengo muy buen recuerdo, estuve más de 10 años...,
ResponderEliminarSin embargo, simeprre hay peronas, sean mojas o no que nos marcan en la enseñanza y en lo sencillo está la clave
Que hermoso post San
Besos
¡Bienhalladas sean esas personas que nos descubren el poder de las palabras!
ResponderEliminarBesos de gofio.
Tener la suerte y el privilegio de dar a edad temprana con alguien que ame su profesión y sepa transmitir sus conocimientos y el amor por la lectura es una maravilla, no todos los docentes sirven para hacer esto
ResponderEliminarmi primer libro fue el patito feo, y creo que ese fue el problema desde un comienzo, porque pensándolo bien, me he sentido el ser más horrendo de todo el universo, y no puedo imaginarme de otro modo, aunque no me falte un ojo, me miro al espejo y me sigo viendo horroroso, tan horrible que desde muy niño evito verme en él y no tengo espejo ni en mi habitación ni en mi casa, tan sólo en el baño y muchas veces evito verme, aunque el mundo me repita que no es verdad, que soy hasta simpático, pues mis ojos y mi mente siguen viendo un ser diferente, con cuernos, dientes enormes y unos ojos que pueden matar de sólo verte, con el tiempo nació el demonio de la cámara oscura y según mi psicólogo tengo remedio, que hay que canalizar, aceptarse y tanta tontería de por medio que me aburre de sólo verlo, y creo que el culpable de todo fue ese libro, menos mal que no me regalaron una biblia porque sino, hoy sería sacerdote de alguna iglesia perdonando adulterios y siendo juzgado por ser un violador confeso.... ups!!!!
ResponderEliminarPermiteme Luis no estar de acuerdo contigo, hace unos días vi un blog donde habia fotografías bellas captadas por unos ojos que saben encontrar el instante preciso donde lo insignificante se convierte en magnífico, pues bien había una serie de autoretratos en los que descubrí a un hombre que de horrendo no tenía absolutamente nada. Creo que eras tú ¿no?.
EliminarSin miedos frente al espejo, somos lo que somos pero siempre en un intento de mejora.
Un abrazo, siempre gracias.
no me digas que has llegado hasta mi blog tan sólo para contarme cómo acaba ese cuento, acaso te imaginas que yo nunca lo acabé de leer? en verdad que me sorprendes, y yo que pensaba que era una persona extraña entre los blogs, pues tú acabas de superarme por un kilómetro y medio, jajajajajaja, pues gracias por el dulce comentario hacia mi album de fotos, y tienes razón, el único modelo hombre que tengo soy yo, y es por la sencilla razón que los hombres tienen miedo de posar desnudos, las mujeres son más valientes.... sabías tú que en muchas mentes masculinas el cisne es sinónimo de homosexual? prefiero seguir siendo un pato feo :)
EliminarSeguramente eres el más feo de entre los feos de todos los patitos, pero por esa particularidad tan extraña, paradójicamente serás el más hermoso (y esto te lo dice alguien que apenas te conoce y que no es homosexual).
EliminarPSD.: perdonad que me haya metido en esta conversación.
Ibso nada que perdonar, eres bien recibido en nuestra conversación, creo que tampoco a Luis le importará mantener un diálogo abierto con los amigos que se acercan hasta aquí.
EliminarGracias por compartir.
Un abrazo.
con principes y sin sapos , la fantasía brota de la fértil mente de los niños. Leer no es sólo comunicarse con la expresión verbal, es hacer nuestro los pensamientos de otro ser que lo escribió para que pudiéramos participa de ello
ResponderEliminarBien por Sor Lola si no imponia, si permitia que las historias de la Biblia estimulasen vuestra imaginacion.
ResponderEliminar"Morena, con rizos y pizpireta", a ver si acierto: en la primera fila ¿la segunda empezando por la izquierda?
Un abrazo.
Buen comienzo para la lectura las historia fantasticas.
ResponderEliminarMe fascinan los mitos griegos y tambien los nordicos, con la poesia que tienen.
Siempre hay alguien que nos marca el camino de la lectura cuando somos chicos. Y se lo agradecemos seimpre. En mi caso, fueron mi abuelos (el materno y el paterno)
ResponderEliminarHola, San.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte y la coincidencia que el amor a la lectura, como a mi, te nació de muy chica gracias a tus profesoras. Ahora, hay ocasiones que oigo quejarse a los crios de la cantidad de libros que les "obligan" a leer a lo largo del curso. Algo falla.
Un abrazo.
Lupe
No importa quien nos mostrara el camino de las letras, sino como lo hicieron de bien. En tu caso, describes a la perfección lo bien que se hizo y es lo único que importa.
ResponderEliminarUn buen relato evocativo, Matices.
Un abrazote.
Todavía me encuentro por la calle a mi primera maestra. Entre nosotras hay una especial relación, como si juntas hubiéramos inventado la vida.
ResponderEliminarCon las monjas fue otra cosa, pero no voy a hablar de eso.
Me encanta esa foto de colegialas y sobre todo esa carita risueña y tan expresiva de la morenita de la primera fila, que estaba más a la foto que a la explicación.
Un beso.
Una de las mejores enseñanzas que se puede dar a un niño, amar la lectura, los libros, las palabras...
ResponderEliminarBesito.
Hizo bien su trabajo Sor Dolores, a las pruebas me remito.
ResponderEliminarA juzgar por los resultados, hizo bien su trabajo Sor Dolores
ResponderEliminarA tí sor Dolores, a mí sor Angustias, si, también una monja, jeje. Lo importante es que de una manera u otra, esas personas supieron inculcarnos una pasión hacia la literatura. En aquellos años tampoco era cosa fácil. Bonitos recuerdos los que te traen.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que en la escuela se te motivase desde tan pequeña, es genial. No todos los maestros son inocentes al iniciar las lecturas de sus niños. El libro que me regaló mi maestra para leer en verano porque los del cole ya los había devorado, se llamaba "Cuentos, juegos y poesías". Todavía lo conservo.
ResponderEliminarSobre quién fue tu iniciadora y con qué libro instruía sutilmente me callo... la libertad entre todo.
UN beso bien gordo, como un elefante!
Pues despertó tu pasión por la lectura y por la escritura y doy fe que lo hizo bien. Recuerdo también de niño ver esos libros que encerraban muchas historias, tan fascinantes, nuevas para unos niños para lo que todo es nuevo.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Las primeras palabras siempre sorprenden e incluso, llegan a impactar. Bonitos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
aplausos a Sor Dolores-
ResponderEliminarsalud a su memoria.
lindos recuerdos; excelente relato, San-
besos
Destacas en tu entrada la capital importancia de aquellos que guiaron nuestros primeros pasos en la apasionante aventura de leer. Unos enseñaban simplemente a juntar letras, otros como la monjita de tu entrada, nos enseñaban a disfrutar del significado de esas letras juntas. Doy fé de que sor Dolores supo hacer perfectamente su trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una suerte que guardes este recuerdo tan especial por tu primer libro. Creo que si el primer encuentro con algún arte o asunto nos deslumbra logrará tenernos agarrado por muchos años. Un bonito texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bueno que hayan sabido llegar a despertar tu pasión por la lectura desde pequeña. La Biblia la leí por partes en el colegio, pero de más grande me dediqué a leerla como si fuera un libro de cuentos y la verdad tomándola así me pareció agradable.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Que recuerdos tan particulares... Los jesuitas, en cambio te castigaban a leerla, y uno texto tan valido como cualquier otro para disfrutar de su lectura, se convertían en algo odioso por su caracter coercitivo. ¡¡Que perdida de tiempo, para tan buen texto!!
ResponderEliminarBesos
Por eso resultó ser la personita que es....
ResponderEliminarun beso religiosamente afectuoso.
Gracias por visitarme, eso me ha permitido conocerte y leerte ¿Y sabes que te digo?: ¡¡¡Olé por Sor Dolores!!!, es tan importante encender la mecha de la lectura en los niños...
ResponderEliminarHe disfrutado con tu entrada y estoy encantada de haberte conocido.
Por cierto se me olvidó pedirte permiso para tomar la imagen "soy juevero", me gusta mucho para ponerlo en mi blog.
ResponderEliminarYa me dirás.
Tracy por su puesto que puedes tomar la imagen de los jueveros, aunque te aviso, cuidado, es un sentimiento que te agarra y es muy dificil desprenderse de el jajaja.
EliminarBesos.
Bonito relato que nos trae la infancia, tu infancia, y por extensión la nuestra.
ResponderEliminarUn beso
Hermoso recuerdo que tan gratamente has descrito en calidas palabras.
ResponderEliminarEnriquecciendo nuestra llegada hasta acá.
Cariños
Que hermoso es cuando alguien te explica las palabras "difíciles". Cada vez que leo un cuento a mi hija, continuamente me interrumpe para preguntarme que significa esta o aquella palabra. La historia seguramente ya se la sabe a base de repetírsela, pero me pregunto si con cada palabra nueva que ella entiende, va cambiando esa visión.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, yo de monjas voy a pasar, pero que guay la foto porque tú saltas a la vista porque no hay nadie que sonría así de bonito, y me ha llamado la atención Rocío porque está igual que ahora, a la niña que está detrás de ti también la conozco. Preciosa la foto y tus recuerdos.
ResponderEliminarBESICOS.